A primera hora de la tarde saltaba la noticia de la imputación de Besteiro, pero hasta las nueve de las noche no hubo reacción del líder de los socialistas gallegos. Entonces llegaba a las redacciones un comunicado de cinco párrafos firmado por el secretario xeral del PSdeG, defendiendo su inocencia, remarcando que las decisiones tomadas en su etapa de edil de Urbanismo en Lugo estaban sustentadas en informes técnicos favorables, pero también había reproches. Lamentaba "la situación de indefensión inadmisible" en la que se encontró al enterarse por los medios de comunicación de su imputación, y no por una notificación oficial.

También cerraba su escrito, exigiendo "todas las garantías y la resolución de esta investigación con la mayor celeridad posible". ¿Por qué? "Por el perjucio que causa sobre mi inocencia", concluía Besteiro, que ha sido el último cargo público imputado por Pilar de Lara en el marco de las diversas causas que investiga y en las que se han visto tocados todos los partidos.

Besteiro, que quiere ser ahora senador y después ser proclamado candidato del PSdeG a la presidencia de la Xunta en las elecciones del año que viene, aseguraba ayer que "todos los trámites administrativos referidos a Garañón se ajustaron estrictamente a la legalidad y a las determinaciones del Plan Xeral de Ordenación Municipal aprobado por el PP en 1991". "Así se puso de manifiesto en todos y cada uno de los informes técnicos favorables emitidos", justificaba ayer Besteiro.

La imputación del líder socialista se produce antes de su designación como senador. El PP bloqueó el nombramiento en el Parlamento autonómico y aunque todo apunta a que finalmente habrá un acuerdo para darle el escaño a Besteiro, en el PSdeG hubiesen preferido que el nombramiento estuviese hecho ya, y nadie pueda pensar que busca su blindaje como aforado.