Al área de Atención Primaria en Galicia, la puerta de entrada al entramado sanitario, no le bastan los sucesivos planes de mejora que en casi todas las legislaturas se pusieron en marcha. En su propia jerga, el pronóstico es reservado. Un informe que tiene entre manos Sanidade, pensando precisamente en una reforma, llama la atención sobre el "espectacular aumento de la demanda", con problemas de salud por parte de los usuarios "cada vez menos complejos", que está provocando una "hiperutilización" de los servicios. Una "sobrecarga asistencial" que deja el sistema "en una encrucijada" y que necesita "importantes cambios para poder garantizar su necesaria supervivencia". Las medidas que propone el documento, elaborado por doce expertos, son tan rotundas como el diagnóstico, con una apuesta en firme por echar mano de "barreras y filtros" para "modular y racionalizar" las consultas y, en el caso concreto de los Puntos de Atención Continuada (PAC), reducir el número y replantear su organización territorial y asistencial.

Junto con la falta de medios o los problemas en la organización, una de las principales debilidades del sistema es, según el comité, la "probablemente excesiva" accesibilidad a los servicios sanitarios. Y los PAC son un buen ejemplo. Hay 92 repartidos por la comunidad, que funcionan generalmente desde las tres de la tarde a las ocho de la mañana del día siguiente y durante las 24 horas el fin de semana y festivos. Aunque absorben hasta el 25% de los de facultativos adscritos a Atención Primaria, el número de consultas anuales no llega a las 200.000, apenas el 1,3% del total. "La eficiencia de estos dispositivos es, cuando menos, cuestionable", apuntan los expertos.

Los PAC cubren ya todo el territorio gallego, "incluso en demasía". ¿Por qué? Porque "a pesar" de consumir "una gran cantidad de recursos humanos", el comité concluye que no prestan una atención "verdaderamente resolutiva a la población" y producen "efectos negativos sobre los profesionales". En el caso de las urgencias rurales, la actividad es "relativamente baja", sobre todo por la noche.

Esa "gran accesibilidad" que critica el análisis lleva, además, a que muchas de las demandas sean "banales y demorables". A lo que se une "la escasez" de medios diagnósticos y el "escaso atractivo profesional" por la imposibilidad de poner en práctica sus conocimientos. Todo un hándicap teniendo en cuenta que los centros de urgencias son el primer destino de los MIR que optan por la especialidad de Medicina de Familia. Por eso el informe, encargado en 2007 y entregado ahora a la nueva Xunta, alerta del riesgo del "síndrome del quemado" entre los facultativos de los PAC.

La propuesta de cambio pasa por los Centros Integrales de Urgencias (CIU). Un nuevo modelo en función de su ubicación. En las grandes ciudades, sólo uno, dotado con Rayos X, ecografía y analítica y con una plantilla calculada según la población y la frecuencia de consultas. Fuera de las principales localidades de la comunidad, en las que tengan hospital comarcal, el comité apunta a un dispositivo mixto, con atención especializada. Para otros ayuntamientos grandes y cabeceras de comarca, un CIU "resolutivo" que tenga horario nocturno. En el resto de Galicia, habría que "valorar" el mantenimiento del PAC o un centro de emergencias de apoyo, con horario sólo de tarde, hasta las 22,00 horas.

Como prioridad establece también el informe la incorporación de personal administrativo a los CIU y la tendencia a que cada centro tenga plantilla propia, independientemente de que existan profesionales de apoyo con guardias voluntarias. Lo que, según los expertos, supondría un avance en la incentivación de los facultativos, a los que también, sostienen, deberían integrarse en los servicios de atención primaria. Sobre todo, en los PAC rurales, "donde el ejercicio profesional suele ser más frustrante". "Mientras no vislumbren un futuro recorrido profesional –avisa el comité– será difícil conseguir una adecuada motivación".

El nuevo escenario que el propio sistema abre para la Atención Primaria –entre los expertos están muchos médicos de familia, pediatras, un enfermero, responsables de centros de investigaciones gallegos y de otras comunidades– se resume en tres grandes líneas. Una reforma "en profundidad" acompañada de una reducción de PAC, un menor consumo de profesionales y mejora de la calidad asistencial. El comité es consciente de que será necesario "un sólido y amplio" acuerdo político y sindical para garantizar que el proceso finalmente se lleve adelante y vaya bien. De hecho, sugieren la creación de una comisión específica para hacerlo y un cronograma y plazos cerrados. "A pesar de las dificultades para el cambio –concluyen– es necesario destacar la necesidad imperiosa de realizarlo".