El aumento de caballos sueltos en los montes de A Cañiza se atribuye a la crisis económica. Por un lado, se baraja que algunos ganaderos hayan renunciado a marcar sus equinos en los montes de Fontefría por motivos de rentabiliad económica y para evitar costear los microchips identificativos exigidos para cada ejemplar por normativa europea. El coste de cada uno es de 40 euros.

Por otro lado, y también por motivos económicos, se le asignan algunos de los ejemplares sueltos en Fontefría a familias que, por falta de ingresos en el hogar, han decidido deshacerse de los caballos domésticos y reducir así costes. En otros casos, hijos de ganaderos han preferido desentenderse de los animales antes que heredar un negocio familiar de escasos beneficios.

De hecho, mantener a un caballo en casa puede suponerle a una familia hasta 300 euros al mes, según cálculos de integrantes de la Asociación Xuntanza Cabalar de Celeiros, en Ponteareas. Gastos de pienso, herraje, vacunas o desparasitaje hacen que la renta familiar disponible para llegar a fin de mes se vea mermada.

En cambio, otros aficionados a los caballos como Agustín, un cañicense dueño de un equino de 700 kilos, opina que se puede mantener a un caballo con solo 50 euros al mes. Para ello, él se encarga del herraje cada mes y medio, aproximadamente, y completa el pienso y la avena que le compra a su caballo con hierba que él mismo siega, verdura o incluso tojo.

Lo más preocupante es que la gravedad del problema podría ir en aumento después de que algunos comuneros de A Cañiza hayan sido testigos de cómo un camión soltaba caballos de madrugada en los montes de Fontefría. Los lugareños consideran que podría tratarse de equinos procedentes de otros municipios de la provincia que hayan dado problemas anteriormente y sus dueños decidiesen transportarlos hasta A Cañiza para deshacerse de ellos. Sin embargo, desde la Consellería de Medio Rural afirman no tener constancia de esta práctica.

Los comuneros calculan que solo en los montes de las parroquias cañicenses de Achas, Parada, Petán y Luneda podrían contabilizarse más de mil cabezas de ganado equino.

Como ha llovido mucho durante el invierno se cree que hay pasto para todos ellos en el monte y, por eso, la problemática de caballos sueltos en las carreteras parece haber descendido. Sin embargo, temen que con la llegada del invierno, vuelvan a bajar a las zonas habitadas en busca de pasto.

Por su parte, los comuneros de Achas siguen tramitando en la Xunta la creación de un recinto cerrado de 400 metros cuadrados en el que recoger los caballos sueltos sin identificar.