Dicho y hecho. Uno de los miradores más emblemáticos de 'A Raia' se ha quedado sin uno de sus gigantes protagonistas. Luce con la belleza de siempre. Sigue ofreciendo unas vistas privilegiadas de Galicia y Portugal hermanadas por el Miño. Su esencia no se ha perdido. El balanceo, sí. El 'CerLove', uno de los columpios más emblemáticos y populares de la Eurorregión, ya es historia.

Vistas del mirador do Cervo con el columpio 'CerLove' en primer plano. FDV

Miles de personas se acercaron en masa en los últimos años a lo más alto de la vecina Vila Nova de Cerveira para sacarse una fotografía balanceándose en el 'CerLove' con las vistas del Miño y su desembocadura al fondo. Entre ellos, cientos de gallegos. El increíble mirador do Cervo sigue ahí. La popular escultura del venado, también. El columpio, ya no.

Escultura en lo más alto del Mirador do Cervo de Vila Nova de Cerveira. FDV

El columpio gigante 'CerLove' se instaló en julio 2020. Desde entonces, las colas para hacerse una fotografía en él fueron una constantes; sobre todo los fines de semana y, particularmente los sábado, cuando hay feria en Cerveira y miles de gallegos se acercan a ella y a pasar el día en la zona.

En julio de este año se anunció que iba a ser retirado. Un problema con la legalización del 'CerLove' (no tenía licencia) unido a un conflicto entre la Cámara Municipal de Vila Nova de Cerveira y la União de Freguesias de Vila Nova de Cerveira e Lovelhe (impulsores de esta iniciativa) acabó llevando a sus impulsores por ponerle fin. Y así ha sido.

Historia del columpio

El columpio 'CerLove' se sumó a la competición por alzarse con el "galardón" del mejor columpio del mundo en 2020. Siguiendo la filosofía de bancos con vistas espectaculares, en Vila Nova de Cerveira le dieron una vuelta. Y además, gigante.

Maravillarse con las vistas puede estar muy bien si se hace sentado. Pero la cosa puede mejorar si le añadimos un poco de balanceo. Y esto es precisamente lo que se podía disfrutar en el país vecino y a solo 40 minutos de Vigo en coche. Columpiarse hacia una idílica panorámica con la desembocadura del Miño y el monte Santa Tecla al fondo. Una postal que disparaba los likes en cualquier red social y deleitaba a todo aquel que se acercaba hasta lo más alto de Cerveira.