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Aguas de leyenda

Declaradas Reserva de la Biosfera, las lagunas de Cospeito conforman un conjunto de humedales único en Galicia en el que habitan multitud de especies. Fuente de vida y de historias, se cuenta que aquí estuvo la aldea sumergida de Valverde

Observatorio de aves de las Lagunas de Cospeito. // turismo.gal

Aquí se puede observar el pato cuchara, el ánade silbón, el ánade real, la gallina de agua, avefrías, garzas, tritones, moluscos -mejillón de río-, nutrias, erizos o ardillas, entre muchos otros ejemplares que dan vida a las lagunas de Cospeito. En la vasta llanura que es la Terra Chá lucense los humedales son parte de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño, uno de los ecosistemas hídricos de mayor singularidad de la región atlántica de la península. Este paisaje en el que discurre un Miño joven está rodeado de una belleza natural única.

Las lagunas de Cospeito, Santa Cristina, Pedroso y Bardancos, junto con otras láminas de agua, resultan un conjunto de enorme importancia biológica. Una ruta circular que discurre entre senderos llanos permite conocer más al detalle este Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) Parga-Ladra-Támoga, idóneo como zona de invernada para diversas especies de aves migratorias y como lugar de paso y cría.

La laguna central se originó debido a los suelos arcillosos poco permeables y a la horizontalidad del terreno, que hace que los pequeños ríos se ramifiquen y formen zonas encharcadas. La de Cospeito tiene mitología asociada, pues dice la leyenda que ni la lluvia ni la naturaleza ni los seres del bosque fueron capaces de crear estas aguas, sino la misma Virgen que recaló en la aldea de Valverde -hay variantes que dicen Valcárcel- para pedir refugio y alimento. Rechazada por todos los lugareños -excepto uno- decidió como castigo sumergir el pueblo para siempre. Una ermita erigida en su honor sobre un promontorio sobresale en la vista de la amplia llanura.

Muy cerca del humedal está el Centro de Interpretación das Lagoas y el Museo de las Aves, un equipamiento que despierta los sentidos, de ameno recorrido y dotado con tecnología interactiva.

Cospeito, además de paisaje, conserva una riqueza arquitectónica sobresaliente, resultado de su pasado señorial, reflejada en edificios como el pazo de Sistallo o la torre de Caldaloba, la Casa de Barreira o la de Pomares. Cerca de Sistallo se encuentra el templo parroquial de estilo románico y con un retablo mayor del segundo tercio del siglo XVIII.

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