Cuando Isaki Lacuesta estrenó "Cravan vs. Cravan" hace catorce años, Sitges le consideró digno del premio al mejor director revelación. Sus pasos posteriores no traicionaron aquella fe en la joven promesa, aunque en algunas ocasiones, como ocurrió con la ácida "Murieron por encima de sus posibilidades", no siempre se entendió bien su intención.
Tras esa comedia negra, airada y estridente, el realizador vuelve al thriller sigiloso y sinuoso, pero incisivo, constante y de soterrada violencia, con "La próxima piel". Con la excusa del regreso al hogar de un joven que desapareció ocho años atrás, los autores ponen sobre la palestra la eterna cuestión, ser o no ser. Reflexiones sobre la identidad y la impostura y la familia y el afecto fluyen con naturalidad fundidas con la intriga en esta lograda película.