Miguel Ángel Muñoz Blas ya está en la cárcel. La titular del Juzgado número 2 de Astorga, María Antonia Díaz, decretó ayer su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, como presunto autor de la muerte de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem, cuyo cadáver, en avanzado estado de descomposición, fue localizado en una finca de la localidad leonesa de Castrillo de los Polvazares propiedad del imputado. Este madrileño de 39 años, residente desde hace tiempo en la Maragatería, fue detenido el mismo viernes en Grandas de Salime cuando hacía el Camino de Santiago. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León informó ayer por la noche que la autopsia al cadáver revela que es el de Denise. No obstante, aún faltan por completarse las pruebas de ADN para su completa identificación.

El hombre llevaba en Asturias, al menos, desde el lunes anterior, tras haber abandonado Astorga en autobús, coincidiendo con la reactivación de las labores policiales de búsqueda de la peregrina. Fue visto en varios albergues entre Oviedo y Grandas de Salime entre los días 7 y 11. No despertó sospechas. Parecía feliz y estaba integrado entre los caminantes, afirmaron ayer varios hospitaleros que lo trataron.

Según fuentes de la investigación, el sospechoso del crimen se retractó en un primer momento ante la juez de su confesión inicial. Aseguró a la magistrada que es inocente, que se encontró los restos mortales de la peregrina norteamericana en su parcela y que si no dio parte de tal hallazgo a las autoridades fue por miedo a ser acusado de haber matado a la mujer. "No quería líos", afirmó.

Pero su declaración no tardó en variar. Después del informe de imputabilidad realizado por la médico forense y ante la misma, cambió voluntariamente su declaración y reconoció el crimen. Posteriormente, solicitó prestar una nueva declaración ante la jueza en la que reiteró su culpabilidad.

La juez justificó la prisión al ver riesgo de fuga. También, agrega la magistrada, para "evitar que trate de destruir pruebas y que cometa hechos análogos, si se tiene en cuenta que ya había protagonizado presuntos ataques a otras víctimas con anterioridad, aunque sin el fatal desenlace acaecido en el presente".

El "criminal del Camino" había confesado el mismo viernes de su arresto a los agentes que lo trasladaron en helicóptero desde Grandas de Salime a Astorga que había matado a Thiem, guiándoles luego a la ubicación exacta del cadáver.

Foco policial

El arrestado estaba bajo el foco policial desde poco después de la desaparición de Denise Thiem, que fue vista por última vez a comienzos de abril en Astorga. Antes de que concluyera ese mes, Muñoz acudió a una entidad bancaria de la capital maragata para cambiar algo más de mil dólares por unos 900 euros. La operación despertó las sospechas de la cajera, que decidió hacer una fotocopia de los billetes para entregársela a la policía. La numeración de los dólares permitió comprobar que se trataba del mismo dinero que había traído a España la peregrina.

Convertido entonces en el "sospechoso número uno", Muñoz accedió a que agentes de la Policía Nacional con base en Astorga registrasen su cabaña. No encontraron pruebas ni nada relevante, por lo que no fue detenido, pero, según indican fuentes de la investigación, sí quedó bajo vigilancia.

Después de que el senador estadounidense John McCain se interesara por el caso, la Policía reactivó las labores de búsqueda de la peregrina, con un espectacular despliegue del que formó parte el mismo equipo que dio en Rumanía con Sergio Morate, acusado del doble crimen de Cuenca. El incremento de la presión policial hizo que Muñoz decidiera abandonar la zona, pero finalmente fue detenido.