La huella del crimen de Asunta: así es el chalet de Teo donde murió y que nadie quiere comprar

María Teresa Sampedro, la heredera de Rosario Porto litigia para tratar de echar a los okupas

Quiere ponerlo a la venta cuanto antes

Exterior del chalet de Teo

Exterior del chalet de Teo / Xoán Álvarez

Arturo Reboyras

María Teresa Sampedro, la heredera de Rosario Porto, quiere recuperar cuanto antes el chalet ubicado en Montouto (Teo) fue asesinada Asunta Basterra. La Nena, como era conocida en el entorno familiar de los Porto Ortega, ha presentado una denuncia en un juzgado de instrucción en Santiago para reclamar la desokupación de la mansión que en su día llegó estar a la venta por 1 millón de euros.

El requerimiento que han presentado en sede judicial los abogados no solo se limita al desahucio de los intrusos, al menos dos, que se han instalado en la propiedad, sino que en el escrito de los letrados se incluye también un requerimiento para que los okupas asuman los cuantiosos destrozos que los últimos años se han producido en el interior de la finca.

Como se puede apreciar en las imágenes recientes del interior de la finca publicadas en exclusiva por EL CORREO GALLEGO (perteneciente al mismo grupo que FARO), la propiedad se encuentra en un estado de conservación muy malo; es más, todo parece indicar que desde que Rosario Porto ingresó en prisión en septiembre de 2013 junto con su exmarido Alfonso Basterra, acusados de asesinar a su hija Asunta, no se ha realizado ninguna labor de mantenimiento en la parcela.

Chatarra que se acumula en el interior de la parcela. okupas de la casa de Teo donde asesinaron a Asunta hace diez años. 18 septiembre 2023 Antonio hernández

Chatarra que se acumula en el interior de la parcela. / Antonio Hernández

La maleza, de la mano con los okupas, se ha hecho propietaria de la finca, los árboles están sin podar desde entonces, el verdín se ha apoderado de los caminos y de la piscina que en su día tanto disfrutó la familia y la casa quedó completamente devastada por un incendio, no se sabe si intencionado, que se originó en octubre de 2020 cuando ya estaba okupada.

Dentro de la finca se puede apreciar una gran acumulación de chatarra, así como un coche de alta gama que, según ha podido comprobar este periódico en los últimos años, se ha ido deteriorando poco a poco y que permanece estacionado en lo que era el camino de acceso desde la entrada de la finca hasta la casa.

Según inmobiliarias consultadas, la finca no estaría hoy en día valorada más de unos 100 o 150.000€, puesto que sobre ella no solo pesa el estigma de haber sido el lugar donde se produjo uno de los crímenes más mediáticos de la historia reciente de España, sino que la reforma para ponerla a punto ascendería a varios cientos de miles de euros.

Fue donde la asesinaron

Cabe recordar que fue en una de las habitaciones de la planta alta donde la Guardia Civil encontró en su primer registro una papelera de mimbre en cuyo interior había varios trozos de cuerda de la misma composición y color que la hallada junto al cuerpo de Asunta Basterra, cuando la madrugada del 22 de septiembre de 2013 fue hallado en una pista forestal de Cacheiras, donde sus asesinos habían depositado los restos de la niña en posición supina.

En la vivienda, en uno de los armarios de la planta superior, también se encontró un rollo de la misma cuerda. Fue una de las pruebas que la investigación utilizó para relacionar el crimen de la pequeña con sus padres y para apuntar al chalet, que en aquel entonces ya era propiedad de Rosario Porto tras la muerte de sus progenitores, como el lugar donde aquella tarde del 21 de septiembre, entre las ocho y las 9:00 de la tarde, los asesinos acabaron con la vida de la pequeña de 12 años, tras administrarle una elevada dosis de Lorazepam para sedarla. Luego acabaron con su vida asfixiándola con algún tipo de almohada o cojín.

Actualmente, de la casa apenas se podría conservar la estructura exterior, puesto que el interior, que ya se encontraba en un estado de notable deterioro en el momento de la muerte de Asunta, está prácticamente destrozado, ya no solo por la acción de los okupas, sino también por la falta de mantenimiento. En la finca habría que invertir una cuantiosa cantidad de dinero para poner a punto las zonas ajardinadas y también la piscina y los lugares de descanso. Sampedro pretende que la justicia reconozca la responsabilidad de los okupas sobre el estado actual de la propiedad, que quiere poner a la venta y deshacerse de ella lo antes posible.