Cuando una pequeña empresa de Pontevedra comenzó a expedir tarjetas de la ITV de remolques de feria que carecían de documentación, la voz se corrió como la pólvora entre los feriantes de toda España. "Teníamos un remolque de las atracciones que no estaba homologado y nuestros compañeros de la feria nos dijeron que había una empresa de Pontevedra que te lo hacía sin problemas", explicaba ayer un feriante de Barcelona que declaró como testigo en el juicio que se sigue contra dos hermanos acusados de falsear las tarjetas. Muchos de los vehículos eran construidos por sus propietarios y en otros casos adquiridos en la República Checa.

La mayoría de declarantes no pudieron reconocer a los acusados, ya que nunca los vieron delante, pero no dudaron en señalar que se pusieron en contacto con "los hermanos Leiro", si bien pocos pudieron precisar si hablaron con José Luis o con Carlos, que se enfrentan a penas de 6 y 5 años de cárcel y que se sientan en el banquillo junto a la exmujer de este último. Ninguno de los feriantes pensó que estaban haciendo algo irregular. Sin embargo, según el fiscal Jesús Calles, tanto José Luis L. L. como Carlos L. L. entregaban estas tarjetas de la ITV conscientes de que solo estaban homologados para expedirlas en remolques construidos por ellos mismos y que cumpliesen con unas características muy concretas, respetando los modelos que habían homologado ante Industria.