La policía logró detener ayer en Culleredo al hombre de origen marroquí que permanecía huido desde que el martes por la tarde intentara matar a su mujer frente a la Domus de A Coruña después de mantener una fuerte discusión. El hombre intentaba suicidarse cuando las fuerzas de seguridad pusieron fin a una fuga que inició la víspera tras disparar y herir en el rostro a H.G.E., de 32 años, y de la que se encontraba separado desde hace tres meses.

Semiinconsciente y oculto entre unos matorrales, los primeros que localizaron al hombre fueron los empleados de una nave del polígono de A Marisqueira. El individuo se había refugiado bajo el puente de la autopista que atraviesa O Burgo para quitarse la vida, antes de que lo atrapase la policía. La Policía Local de Culleredo, tras identificarlo, se puso en contacto con la Policía Nacional para que procediese a su detención.

El estado que presentaba el agresor, sin embargo, impidió que pasase de inmediato a disposición judicial. Tuvo que ser trasladado hasta el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), donde ingresó debido a las sustancias que ingirió al tratar de quitarse la vida.

Fruto de la ingesta de medicamentos e incluso líquido anticongelante para motores, el hombre apenas se mantenía consciente cuando las fuerzas de seguridad llegaron a su escondite.

La pareja, padres de tres hijas, se había separado hacía meses después de que el hombre protagonizara otro episodio violento al descubrir que su esposa mantenía relaciones con un compañero de trabajo. Por aquella primera agresión, en marzo, se dictó una orden de alejamiento y, según reconoció ayer la concejal de Igualdad, Margarida Vázquez, la víctima era una usuaria habitual del Centro de Información a la Mujer.

Las medidas adoptadas contra el ciudadano marroquí no le impidieron acercarse el martes a su ex compañera cuando, en compañía de la hija mayor de ambos, se dirigía al centro escolar donde estudian las otras dos niñas que el matrimonio tuvo en común.

Un primer disparo del arma que portaba impactó en el rostro de H.G.E y el segundo dañó un autobús de línea que se encontraba aparcado en el lugar. La hija de ambos logró huir de su padre y refugiarse en un bar de la calle Ángel Rebollo, desde donde dio la voz de alarma sobre lo que había sucedido.

La víctima guarda silencio

Las reacciones oficiales al episodio de violencia machista continuaron ayer por parte de las administraciones públicas, que de manera unánime condenaron lo sucedido en el paseo marítimo coruñés.

En planta y a la espera de una intervención quirúrgica permanecía ayer la víctima. Acompañada por su actual pareja sentimental en el hospital y por sus hijas, la mujer de 32 años e iniciales H.G.E., rechazó responder a cualquier tipo de cuestión acerca de lo sucedido. "No vamos a decir nada", hizo saber su compañero sentimental, a quien las fuerzas de seguridad tuvieron que reducir anteayer poco después del suceso a consecuencia del importante estado de nerviosismo que presentaba.