Casados de día, divorciados de noche

Los ronquidos y la diferencia de horarios son las principales causas por las que las parejas deciden dormir separadas | La generación milenial es la que más práctica lo que se conoce como “sleep divorce”

Una mujer se tapa los oídos ante los ronquidos de su pareja.

Una mujer se tapa los oídos ante los ronquidos de su pareja. / Envato Elements

Superada la etapa de la cucharita, dormir en pareja puede seguir siendo un placer o convertirse en una pesadilla. Los ronquidos, las idas y venidas al baño, los continuos movimientos en la cama, el empeño por acapararla o la temperatura ambiente de la habitación puedan sacar de quicio hasta al amante más paciente. Sobre todo si esto se repite noche tras noche.

Para poder conciliar el sueño, algunas parejas –según los sexólogos más de las que se presupone– optan por lo que se conoce como sleep divorce (divorcio para dormir), que consiste en dormir en camas separadas o incluso en distintas habitaciones. Esto depende de los metros cuadrados que tenga la vivienda.

Según los especialistas en sexología, dormir en pareja puede tener beneficios sobre el bienestar psicológico y físico de los amantes, pero también puede tener el efecto contrario si a uno de los dos no le permite descansar. Para la sexóloga viguesa Emma Placer, el principal beneficio de compartir cama es que favorece la intimidad, el contacto físico y la proximidad. “Ésta última –detalla– es considerada como uno de los factores neuropsicológicos que apoyan que las relaciones sean percibidas como agradables y saludables. Por otro lado, y si hablamos de sexo, ese contacto tan íntimo y en ese momento de relax asociado al descanso y al sueño ayuda a que las parejas tengan más acercamientos sexuales que si duermen separados, aunque también es cierto que el contacto y la proximidad se pueden conseguir de otras maneras”.

Dormir separados no es algo nuevo. En los XVII y XVIII, esta práctica estaba muy extendida entre la realeza y la clase alta, que podían disponer de dormitorios para cada uno. Sin embargo, en las décadas más recientes, se consolidó la idea de que dormir juntos es sinónimo de buena salud conyugal, una idea que no parecen compartir las parejas de la generación Y o mileniales.

Casados de día, divorciados de noche

Purificación Leal. / FdV

“Es una manera saludable de convivir sin renunciara al espacio propio de cada uno”

Purificación Leal

— Presidenta de Segasex

Según un estudio de la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés), un 20% de las parejas estadounidenses duermen en habitaciones separadas ocasionalmente y un 15% de forma constante, una práctica que pasa al 27% y al 18%, respectivamente entre las parejas de entre 35 y 44 años.

Asimismo, una cuarta parte de las personas encuestadas para el estudio “Sleep Partners Research 2023” de The Better Sleep Council asegura dormir mejor sin compañía. Asimismo, el 52% de los adultos de mayor edad afirman dormir mejor en pareja, frente al 39% de los más jóvenes.

Para Placer, estas cifras son perfectamente extrapolables a Galicia. “Parece que todas estas cuestiones empiezan en EE UU, pero yo creo que es simplemente porque allí se investiga y se publica más tanto en prensa como en revistas científicas. Seguramente si hiciéramos una encuesta en Galicia, tendríamos resultados parecidos”, opina.

Dormir juntos no es un deber

Por su parte, Purificación Leal, presidenta de la Sociedad Galega de Sexología (Sogasex), sostiene que dormir juntos todas las noches ya no es la norma. “Ha dejado de ser un deber conyugal como otros deberes de la pareja tradicional. Aunque la mayoría de las parejas que acuden a consulta, y que conozco, comparten cama, algunas compatibilizan el dormir juntos y separados”, afirma.

Ambas sexólogas coinciden en afirmar que si compartir la misma cama repercute en la calidad del descanso, dormir separados es la mejor salida, ya que la falta de sueño puede hacer que la persona se muestre irritable y afectar a la relación. Algunos estudios muestran que muchas parejas con problemas de sueño mejoraron sus relaciones sexuales al sentirse más enérgicos y de buen humor después de haber dormido por separado.

“Si duermes mal hay más posibilidades de estar de mal humor y con sensaciones de malestar que, obviamente, van a afectar a las personas con las que convives. No hay nada vinculante ni especial, ni un compromiso mágico a la hora de dormir. Dormir es una necesidad humana individual”, opina Placer.

Casados de día, divorciados de noche

Emma Placer. / FdV

“No hay nada vinculante a la hora de dormir; es una necesidad individual”

Emma Placer

— Sexóloga

Uno de los principales motivos de dormir separados es que uno de los miembros de la pareja ronque. “La queja de los ronquidos ha sido frecuente en las parejas y motivo, en ocasiones, de dormir en camas separadas, pero si se dispone de más de una habitación dejan de ser una queja”, explica Leal.

Sin embargo, no es la única causa. La vida también impone sus propias reglas y la diferencia de horarios está adquiriendo peso en los últimos años. “Hay que tener en cuenta el cambio de roles, sobre todo femeninos, y las dinámicas laborales. El que los dos miembros de la pareja trabajen implica desajustes en sus horas de descanso. La incompatibilidad de horarios laborales es lo que más me encuentro: personas que trabajan a turnos, sobre todo cuando una de ellas madruga mucho o llega de madrugada a casa; personas que trabajan desde casa en servicios de teleoperadoras, que están de noche o los fines de semana de guardia. También en alguna etapa de crianza es frecuente”, esgrime Leal.

Autocuidado

Para la presidenta de Sogasex, el autocuidado también pesa a la hora de decidir no compartir dormitorio. “Ahora, a la hora de descansar se piensa más en el autocuidado. Incluso cuando los ritmos circadianos de sueño-vigilia no coinciden, es fácil que un miembro de la pareja se quede, por ocio, conectado a las tecnologías o leyendo, y opte por dormir separado”, añade.

Para Leal, el sleep divorce no suele ser motivo de desencuentro. Por el contrario. “Superada la etapa fusional del inicio de una relación de pareja, es una manera muy saludable de convivir sin tener que renunciar a los espacios propios de cada uno. Por tanto, le veo ventajas, sobre todo si existe consenso”, expone.

No obstante, puede provocar remordimientos. “Hace unos meses, atendí a una pareja que había comenzado a dormir separada que reconocía que se sentían culpables porque desde que dormían separados eran más felices y asociaban esa sensación de bienestar con falta de amor”, comenta Placer.

Sin embargo, insiste en que separarse durante las horas de sueño es preferible a otra noche en vela. Por un descanso de calidad y también por la buena salud de la relación.

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