Los médicos piden más educación contra las enfermedades de transmisión sexual

¿Qué puede estar detrás del aumento de las enfermedades de transmisión sexual (ETS)? Los cambios en las dinámicas sociales tienen una relevancia significativa en esta tendencia epidemiológica: desde el aumento del número de parejas sexuales, o el inicio de relaciones más precoces, hasta el conocido como chemsex (práctica que integra el uso de drogas recreativas para buscar una mayor estimulación sexual), según apunta el doctor Jonatan Alonso, uno de los ponentes deel seminario web organizado por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) –que preside la gallega Pilar Rodríguez Ledo–, a través de sus Grupos de Trabajo de Estilos de Vida y Determinantes de Salud (eVIDE) y de Salud Pública.

En su intervención, el doctor Alonso puso el foco en la tendencia creciente de enfermedades de transmisión sexual, “que ha sido más acusada en los últimos años”. En concreto, en el año 2022 se notificaron en España un total de 23.333 casos de gonorrea, 8.141 casos de sífilis y hasta 26.518 de clamidia, lo que suponen las tasas más altas desde 1995, cuando comenzó el registro de ETS en España.

En cuanto al VIH, la tasa global de nuevos diagnósticos en España está en niveles similares a los de otros países de Europa Occidental, aunque la tasa es superior a la medida de la UE. Además, Alonso destaca el hecho de que, aunque en España la prueba del VIH es gratuita y confidencial para todos, “el 48,6% de las personas diagnosticadas de infección en 2022 presentaba diagnóstico tardío”.

Motivos

Los motivos que pueden explicar este aumento de casos podría explicarse, según Alonso, en primer lugar, en los cambios en la dinámica social. “Hoy en día hay un mayor número de relaciones y de parejas sexuales, se da un inicio temprano a las relaciones sexuales, hay una mayor libertad sexual, las aplicaciones de citas y las redes sociales facilitan también el contacto con un mayor número de potenciales parejas sexuales y una mayor frecuencia de comportamientos de riesgo, como el descenso del uso del preservativo, la falta de protección en el sexo oral y prácticas como el chemsex (consumo de drogas para facilitar o intensificar la actividad sexual), o el slamming o slamsex (cuando el uso de alguna de estas drogas se realiza de forma intravenosa)”, enumera.

Recursos y financiación

También influye en el aumento de casos la falta de educación sanitaria: “Urge una educación sexual temprana, inclusiva y con perspectiva de género  y LGTBI+ para abordar estos desafíos, así como promover relaciones igualitarias, libres de violencias y basadas en el consentimiento”.

Además del exceso de confianza entre la población dados los avances terapéuticos en el VIH, también habla de la “falta de recursos y financiación”: “La falta de inversión en centros de atención a la salud sexual y en atención primaria también contribuyen al aumento”. De este modo, apunta la necesidad de ofrecer “servicios de cribado de ETS de calidad con profesionales formados y horarios flexibles”.

Estrategias

En cuanto a las estrategias aplicables que propone la OMS para atajar esta situación se encuentran: promover actividades de educación sexual, ampliar las intervenciones de prevención primaria, favorecer la continuidad asistencial frente a las infecciones de transmisión sexual, prevenir y tratar adecuadamente las ETS, así como sus complicaciones y secuelas o poner en marcha un plan integral de vacunación contra el virus del papiloma humano y acelerar el uso de las vacunas contra otras infecciones de transmisión sexual a medida que se vayan desarrollando.

Análisis sobre la conexión digital y su impacto

“El 66,2% de la población mundial hace uso de las redes sociales, que nos permiten comunicarnos con personas de manera inmediata, además de lograr el acceso a multitud de información, tanto como aprendizaje personal e incluso para progreso y desarrollo a nivel laboral”, apunta la doctora Isabel Paúles, responsable del Grupo de Trabajo de Estilos de Vida y Determinantes de Salud de SEMG, que también alerta sobre sus inconvenientes, ya que “pueden ocasionar problemas a nivel mental que empobrezcan nuestra salud”. Ansiedad, depresión, trastornos de la conducta alimentaria, problemas de autoestima, trastornos de sueño, conductas de evitación, emprobrecimiento de las relaciones cara a cara o dependencia y abstiencia están, según la doctora Paúles, entre los principales riesgos de un mal uso de las redes.

De este modo, para tener una “conexión saludable” es importante reflexionar cuánto tiempo invertimos en las redes sociales y cómo nos hacen sentir las cuentas a las que seguimos, si contribuyen a aumentar o disminuir la ansiedad y el estrés. “El tiempo es oro y nosotros decidimos en qué y cómo lo invertimos a nivel digital”, sostiene. “La sobreexposición dificulta el hecho de consumir contenidos de manera crítica y con cierta distancia emocional”, prosigue, “y eso puede dar lugar a inseguridad, fortalezas invalidadas o a una comparación con todo y con todos”.

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El fentanilo y las apuestas “online”, riesgos bajo la lupa

Paola Martínez Ibáñez, presidenta de SEMG Aragón, fue la encargada de hablar de las nuevas drogas de abuso: el fentanilo y los juegos de azar (adicción comportamental). Mientas que en EEUU las muertes por sobredosis de fentanilo procedente del tráfico ilegal han aumentado en más del 90% en tres años (más de 100.000 muertos en 2022), la situación en España es muy distinta, ya que “el sistema público sanitario regula el control de fármacos opiáceos y aunque no se ha detectado el tráfico ilegal extendido en España, los sistemas de vigilancia se mantienen alerta”, indica Martínez.

La crisis del fentanilo y por qué sus consumidores parecen zombis

En 2018, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) informó sobre la importancia de “respetar las condiciones de uso autorizadas de las formas de liberación inmediata para minimizar el riesgo de abuso y/o dependencia” y desde el 2021, el Ministerio de Sanidad impuso un visado especial, una medida de control especial para restringir su uso a una situación muy concreta: dolor oncológico irruptivo.

En cuanto a los juegos de azar, Martínez apunta que un 10,7 de los jóvenes estudiantes de Secundaria entre 14 y 18 años en España han jugado con dinero en el último año a través de videojuegos o apuestas online y recordó que el “riesgo de juego patológico entre éstos es mayor que en el juego presencial”, especialmente entre adolescentes.

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