Varela: “En la imperfección puede estar el cielo, no todo tiene que salir fenomenal”

“La tolerancia no es buena” porque “tratamos de integrar algo con lo que no estamos a gusto”, lo que puede acarrear desazón y problemas, señaló la escritora coruñesa en el Club FARO

Cintia Salido y Belén Varela (1d).

Cintia Salido y Belén Varela (1d). / Ricardo Grobas

Mar Mato

Mar Mato

“En la imperfección puede estar el cielo, no todo tiene que salir fenomenal”, señaló ayer la experta en dirección de personas y psicología positiva aplicada Belén Varela quien acudió a Club FARO para presentar su libro “El cielo de los imperfectos” (Contraluz).

Presentada por la coach y formadora Cintia Salido, Belén Varela recordó que a raíz del éxito de su libro “La rebelión de las moscas”, la editorial Ediciones B les propuso escribir una obra en la que explicara cómo ser una mujer directiva, madre de familia numerosa y tener éxito en su carrera y vida personal.

Tras una deliberación consigo misma y observar a “mujeres perfectas” comenzó a sopesar otra idea: “Pensé que a lo mejor era divertido escribir sobre las mujeres imperfectas”.

Con la pista tras una posible historia para una novela, un día le “apareció” en su “cabeza” Olvido, la protagonista de esta opera prima de ficción.

Reconoció Varela que el escribir una novela supuso para ella un cambio ya que sus dos libros anteriores estaban vinculados a su propósito profesional. El primero, “La rebelión de las moscas” y el segundo, “Jobcrafting”, abordan aspectos prácticos de la psicología organizacional y el bienestar laboral.

En los libros formativos o más cercanos al ensayo quien los escribe “toma el control” de la estructura para ir desarrollando el contenido, señaló la invitada al Club FARO.

Sin embargo, ese modus operandi no le sirvió para la novela. “En la narrativa pasa algo diferente. En mi caso, la historia iba dominando a la escritora. Yo estaba acostumbrada a mandar sobre el papel” pero con “El cielo de los imperfectos” no sintió tanto el control sobre los vericuetos del relato.

Aún así, indicó que disfrutó “infinito” de la elaboración de la novela aunque reconoció que hubo un trance delicado. “En el proceso de escribir hubo un momento en el que perdí la confianza totalmente en mí misma”, recordó.

Como consecuencia empezó a dudar de si sería capaz de acabar la novela al tiempo que dudaba de lo que estaba realizando. Esos sentimientos le provocaron “muchísima rabia”.

Su salvavidas fue el hablar con varias personas que la animaron a seguir pero, especialmente, con su sobrino que le recordó una frase de Ira Glass por la que le dijo a Varela que era muy exigente además de tener buen gusto por lo que temía que fallase a su buen gusto en la nueva tarea que estaba afrontando.

Tras reflexionar sobre esto, logró desatascarse y proseguir con la escritura.

En un momento de la charla en el auditorio del museo MARCO Belén Varela apuntó que “tener mucho miedo al error es un grado de perfeccionismo que no está bien”. A continuación, recordó cómo a lo largo de la historia ha habido escritores o artistas que se sacaron la vida porque no aceptaban el fracaso o porque no sabían ver el éxito cuando lo tenían.

También aprovechó para señalar que “la tolerancia no es buena” porque “tratamos de integrar algo con lo que no estás a gusto. Está bien aceptar pero no tolerar algo que nos sienta mal” ya que lo que habría que hacer realmente es cambiarlo.

Tampoco se mostró a favor de la anticipación, del prepararse por si acaso todo sale mal. En su lugar, defendió dar una bienvenida a la improvisación a nuestras vidas. “Hay que aprender a improvisar y a disfrutar de lo que improvisamos”, defendió.

En cuanto a las obligaciones que una persona se puede ir colgando en su vida, que denominó “tengo que”, apuntó que la manera alcanzar el equilibrio entre estos es pensando en los límites de la libertad, al no seguir una pauta. Así, propuso reflexionar sobre “cómo afecta a los demás nuestra existencia. La única forma de acercarse a la corrección es tener en cuenta a las demás personas. Hay que tener en cuenta que vamos produciendo efectos en nuestro entorno. Esos efectos pueden permitirnos verlas crecer, pasar indiferentes o hacer daño. Esa conciencia de que las demás personas son importantes es la única línea de corrección que deberíamos llevar”.

Un libro sobre una abogada a la que se le tuercen las cosas hasta ponerse en peligro

Belén Varela es una coruñesa nacida en el año 1968 que se licenció en Derecho, aunque acabaría especializándose en dirección de personas y psicología positiva aplicada.

A lo largo de su carrera, ha desempeñado roles directivos en empresas además de haber sido profesora de la Universidade de A Coruña. Desde la editorial Contraluz, añaden que “en la actualidad se dedica a transformar los entornos laborales en ‘organizaciones optimistas’”.

Con su libro “El cielo de los imperfectos”, nos presenta a Olvido, una abogada que trabaja en una gran despacho internacional con una vida perfecta.

Poco a poco vamos descubriendo que es simplemente una apariencia en la que la maternidad le ha retrasado su ascenso a socia de la compañía.

La obra arranca con ella llegando tarde a un entierro donde conocerá a unas personas y donde todo se empezará a torcer hasta el punto de tener que dejar el despacho y abrir otro por su cuenta.

A medida que pasan las páginas iremos conociendo sus casos pero también cómo el pasado vuelve a meterse en su presente hasta el riesgo de poner en riesgo su vdia.

“Mientras nos engancha con sus intrigas, esta novela se convierte en un homenaje a la vida sin filtros, una invitación para liberarnos del yugo de la perfección”, destaca su editorial.