La gallega que creó el primer hospital para mujeres de América

Se cumplen 100 años del arranque de la clínica Hijas de Galicia en La Habana, idea de la mindoniense Andrea López | Antes de ella, el hospital gallego solo trataba a hombres

Patricia Ares, bisnieta de Aurora López, participa hoy en un coloquio con el Ateneo Atlántico.   | // R. GROBAS

Patricia Ares, bisnieta de Aurora López, participa hoy en un coloquio con el Ateneo Atlántico. | // R. GROBAS / mar mato

Mar Mato

Mar Mato

Volver atrás en la historia de las emigrantes gallegas en América supone afrontar episodios que han quedado en el olvido u otros que se asemejan a pesadillas. Increíble parece que las miles de gallegas emigradas a América a finales del siglo XIX y principios del XX tuviesen vetada su entrada al hospital donde sí podían ir sus maridos, familiares, vecinos o compañeros. Hijas de Galicia fue la primera clínica que trataba solo a mujeres en el continente americano. La abrió en enero de 1924 una gallega, la profesora Andrea López Chao, de Mondoñedo. Su bisnieta, Patricia Ares, se encuentra estos días en Galicia para recuperar su memoria.

Andrea López Chao.

Andrea López Chao. / mar mato

Esta tarde, a partir de las 19.30 horas, participará en el coloquio “O papel fundacional das galegas no feminismo cubano. O caso sobranceiro de Andrea López Chao”.Será en la Biblioteca de la EMAO –García Barbón, 5– en Vigo. La acompañarán Violeta Ramos, María Xosé Porteiro y Luísa Abad, esta última como presentadora de un acto del Ateneo Atlántico.

Violeta Ramos aprovechará para presentar un adelanto del documental sobre López Chao que se encuentra realizando. La chispa la encontró en la última novela de Porteiro, “Sándalo” (Galaxia).

“Las mujeres no tenían derecho en aquella época a ir al hospital. Había un centro de beneficiencia del Centro Gallego en La Habana pero era para hombres. La exclusión de la mujer llegaba de sus propios paisanos. Las mujeres morían de sífilis, otras no recibían atención en el parto... Mi bisabuela luchó para que tuvieran atención asistencial (se le facilitaba también a las prostitutas, había sección materno-infantil, salas de hospitalización) y pudiesen cultivarse en otras esferas como la cultura, la educación, el arte”, ya que –con ella– las mujeres comenzaron a poder recibir clases de taquigrafía, mecanografía o idiomas en el Centro Gallego de La Habana, lo que les permitía buscar trabajo más allá de la esfera del hogar. Al mismo tiempo, se apoyaba a las mujeres con problemas.

“Lo que me llegó de ella de la narrativa familiar es que era una mujer de mucho carácter, con una postura corporal bien erguida, como muy empoderada. Tuvo que vencer muchas barreras de género. Casi todas las plazas (de profesora) las ganó por oposición; casi todos los cargos de dirección los ganó con una lucha para que la mujer tuviese esa participación. Tuvo que tener mucha fortaleza de carácter para enfrentarse a la hegemonía masculina que tenía el centro gallego y la sociedad de aquel tiempo”, recuerda su bisnieta procedente de Cuba.

La biografía de Andrea López Ares sorprende. Hija de un músico y de una ama de casa de Mondoñedo aprobó las distintas oposiciones de profesora llegando a dar clase a Antía Cal –renovadora de la enseñanza en Galicia– y, posteriormente, superó un concurso público para ser maestra en el Centro Gallego de La Habana.

“Hay una tradición de Hijas de Galicia, un hospital que ahora no se llama así oficialmente pero que mucha gente recuerda con su nombre primigenio”, explica Ares quien añade que “es una historia que hay que contar. Es un movimiento feminista único bajo el que fue el primer hospital de mujeres de toda América. Eran mujeres que estaban en una situación desprotegida por sus propios paisanos”.

En Mondoñedo (Lugo), con motivo de los 150 años del nacimiento de Andrea López Chao se colocó una placa en la casa natal para recordar la vida de esta pedagoga que se marchó a Cuba donde quedó viuda con dos hijos.