El genio que trascendió las redes y los libros

De políticos de diversas siglas a humoristas, pasando por escritores, divulgadores o libreros, cientos de personas lloran al Hematocrítico, al que hoy despedirán en su A Coruña natal

“Cuando tu hijo de cinco años tiene un trastorno del espectro autista, te acostumbras a que siempre esté impasible. Un día asombroso salió del colegio riendo abiertamente y me dijo: ‘Nuestra profesora está enferma y hoy hemos tenido clase con el mejor profesor del mundo. Miguel, el de la barba”. Es, quizás, la explicación que, tras cientos y cientos de mensajes de sorpresa, cariño y condolencia, mejor define quién era Miguel López, más conocido por el apodo con el que se convirtió en una celebridad en redes, El Hematocrítico, fallecido el pasado lunes de forma abrupta a causa de un infarto. Son palabras que le dedica Luisa Cid, amiga de López y concejala de Turismo de A Coruña entre 2011 y 2015.

Hoy a las 19.30 se celebrará un acto civil de despedida en el Tanatorio Albia de A Coruña, que está abierto a quien quiera acercarse. Las editoriales Xerais y Anaya pusieron a disposición de quien quiera enviar sus condolencias una dirección de correo electrónico: hematocritico.actividades@gmail.com.

La de profesor, en este caso en el colegio Esclavas de A Coruña, al que dedicó años de su vida, era solo una de las muchísimas facetas que este docente, escritor, comunicador, y personaje ilustre de las redes sociales cultivó a lo largo de unos intensísimos, aunque escasos, 47 años de vida. Su poliédrica personalidad se escenifica estos días a través de la cantidad de reacciones que ha suscitado su fallecimiento, que ha arrancado condolencias a políticos de todo signo –de Ana Pontón a Alberto Núñez Feijóo, Inés Rey, Pablo Echenique, Yolanda Díaz o Pilar Alegría–; celebridades del mundo de la comedia, como Ignatius Farray, Inés Hernand, Santiago Segura, Raquel Martos o Berto Romero, y a un sinfín de perfiles de toda índole.

“Cuando Miguel López decidió convertirse en El Hematocrítico se convirtió, si no al instante, en muy poco tiempo, en el internauta ideal. Gracias a su entusiasmo, generosidad y sentido del humor acabó cultivando una red de amistades y colaboradores que a día de hoy causa estupor”, señaló el cineasta Nacho Vigalondo, en referencia a su huella en una red social, ahora X, antes Twitter, que López ayudó a edificar. “Y, sin proceder de un entorno privilegiado, acabó desarrollando una carrera como escritor y guionista que trascendió formatos y fronteras. Su historia es el anticuerpo perfecto contra todas las narrativas y perfiles que condenan las redes sociales a sus aspectos más tóxicos y destructivos. El agujero que deja atrás es de un tamaño que hoy nos cuesta calcular”, concluye Vigalondo.

Una visión que redunda en la de miles de internautas estos días, que bien podía resumirse en un tuit mil veces compartido desde que explotó la cadena de reacciones a la fatal noticia: “No puedes caerle bien a todo el mundo. No eres El Hematocrítico”, concluía un usuario. Miguel López no puede entenderse sin Twitter, donde se convirtió, ya para siempre, en El Hematocrítico.

“Si tienes media docena de cuentas que son tu referencia en esta red social, Miguel era una de ellas, por esa creatividad, esa capacidad de generar contenido siempre muy respetuoso, pero muy creativo. Fue la persona que nos enseñó que las redes sociales también pueden servir para divulgar, para contar cosas, para crear comunidad”, cuenta Miguel Ángel Cajigal, historiador del arte gallego conocido como El Barroquista en redes sociales, donde atesora una comunidad de más de 200.000 seguidores.

Fue Miguel López el que popularizó la palabra “tróspido”, y fue pionero en el género pódcast, que cultivaba desde 2012. Pero quizá por encima de todas sus facetas la que deja un testimonio más tangible fue la de escritor. Dejó 26 libros publicados, la mayoría dirigidos a público infantil, un objetivo que conocía mejor que ninguno. “Recomendé sus libros a muchas familias que decían que sus hijos no leían y me pedían más, porque no paraban de leerlo”, cuentan desde la librería coruñesa Moito Conto. “Su obra ha llegado a público de todas las edades por saber combinar humor e ironía, con un lenguaje muy cercano al público infantil. Los adultos disfrutamos de su obra con una sonrisa en la boca, siempre leyendo entre líneas”, completan desde Librería Lume.

Su compañera de vida, Ledicia Costas, quiso compartir su pesar en la red social X con una foto de ambos y un mensaje: “Hoxe o mundo é un lugar tristísimo. Non hai consolo para a dor da perda dunha persoa tan inmensa. Grazas a todo o mundo polas palabras de cariño. A onda de agarimo é brutal”.

La también escritora y colaboradora de FARO María Oruña compartió otra foto de la pareja que ella misma tomó la semana pasada. “Todos lo recordamos con una sonrisa. Tranquilo, brillante e ingenioso. Qué rabia y qué pena decirle adiós”, apuntó.

“Joder... El Hematocrítico del Arte. Qué desastre”, escribió en X el líder de Siniestro Total, Julián Hernández, que coincidió con otros tuiteros al afirmar que esta muerte marca “el fin de Twitter” tal y como lo conocíamos. El músico coincidió con El Hematocrítico en el foro #NEThinking, que se celebró en 2014 en la Illa de San Simón. Allí estaba también el gurú de la prensa digital Mario Tascón, fallecido el 29 de septiembre, también repentinamente. Cuando Tascón (autor de la foto que ilustra el directo con el último concierto de Siniestro Total) murió, El Hematocrítico le tuiteó al músico: “Qué pesadilla, Julián”. No imaginaba que, apenas dos meses después, él iba a protagonizar la misma pesadilla.

Como apuntaron otros tuiteros, El Hematocrítico falleció en la misma fecha, 25 años después, que Gloria Fuertes, otra creadora infantil y juvenil que se fue con similar reconocimiento y otra ola de cariño unánime.