Sam Altman regresa a OpenAI cinco días después de su despido

La firma creadora de la plataforma ChatGPT recupera a su director y fuerza la salida de dos de las responsables de su expulsión

Sam Altman. |   // FDV

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Fin al culebrón del año en Silicon Valley. La firma tecnológica estadounidense OpenAI, creadora de la plataforma ChatGPT, anunció en la madrugada del miércoles el regreso como director ejecutivo de su cofundador, Sam Altman, despedido hace tan solo cinco días por su junta directiva. “Me encanta openai, y todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener unido a este equipo y su misión”, celebró Altman en un mensaje publicado en X, la red social anteriormente conocida como Twitter.

Durante las últimas y frenéticas horas, Altman e inversores como Microsoft se habían sentado a negociar con el consejo de administración de la empresa de inteligencia artificial (IA) para encontrar una salida a la crisis en la que se había metido. Finalmente, el acuerdo logrado introduce cambios importantes. “Hemos alcanzado un principio de acuerdo para que Sam vuelva a OpenAI como director ejecutivo con un nuevo consejo formado por Bret Taylor (presidente), Larry Summers y Adam D’Angelo”, publicó la firma en un mensaje en X. De los tres, solo D’Angelo, quién ha liderado las negociaciones, formaba parte del antiguo consejo de administración. Taylor fue codirector ejecutivo de la empresa de ‘software’ Salesforce y Summers es conocido por haber sido ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos entre 1999 y 2001, bajo la presidencia de Bill Clinton.

En la nueva junta directiva no hay, de momento, ninguna mujer. No obstante, aún faltan seis nuevos cargos por concretar. Quién tampoco parece aparecer en el acuerdo es Emmet Shear, el cocreador de la plataforma Twitch que el pasado domingo fue designado como director ejecutivo interino de OpenAI.

A falta de más detalles, la reestructuración actual consolida el poder y beneficia los intereses de Altman y de Microsoft, principal socio comercial de OpenAI. “Creemos que es un primer paso esencial en el camino hacia una gobernanza más estable, bien informada y eficaz”, celebró Satya Nadella, director ejecutivo del gigante tecnológico estadounidense.

El acuerdo constata la expulsión de la junta directiva de Helen Toner y Tasha McCauley, dos de las responsables del despido de Altman. Ambas aceptaron su dimisión para facilitar un nuevo comienzo en OpenAI, pero apoyaron que D’Angelo se quedase como señal de que la junta no se había equivocado, según han explicado fuentes internas a ‘The New York Times’.

La relación entre Toner y el director ejecutivo era especialmente tensa, según han informado medios estadounidenses, una tensión acelerada después que ella publicase un artículo académico en el que denunciaba públicamente la falta de medidas de seguridad adoptadas por OpenAI, pedía “medidas costosas” (sanciones) contra su propia empresa y alababa el trabajo de Anthropic, su principal rival.

La presión ha forzado esos cambios. El lunes, más de 500 empleados exigieron la dimisión de la directiva al completo y amenazaron con irse a trabajar para Microsoft. En otro inesperado giro de guión, el gigante informático anunció el domingo que fichaba a Altman y a Greg Brockman, quién dimitió como presidente de OpenAI en solidaridad con su compañero, para liderar una nueva división de IA avanzada. Al cabo de pocas horas, más de un 95% de la plantilla había firmado esa carta pública.

Entre ellos destacó Ilya Sutskever, el jefe tecnológico de OpenAI que en un principio había apoyado la expulsión de Altman. Su cambio de posición, con perdón público incluido, habría sido determinante. Sutskever, clave en el desarrollo de ChatGPT, seguirá dentro de la compañía.

Altman fue despedido de forma fulminante a última hora del viernes. El cofundador y consejero delegado de OpenAI había sido clave para convertir esta ‘startup’ en la líder del emergente sector de la IA, un éxito apoyado en los 13.000 millones de dólares de inversión de Microsoft.

En un breve y duro comunicado, la junta de la compañía aseguró que Altman “no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones (...) obstaculizando su capacidad para ejercer sus responsabilidades”. Sin embargo, no dio más detalles de qué había ocurrido para perder su confianza. Los motivos que llevaron a su sorprendente salida aún son un misterio. Según ‘The Verge’, Altman encargará una investigación independiente para determinar qué ocurrió realmente.

OpenAI parece retomar su rumbo de éxito. Thrive Capital, el fondo que lidera una nueva oferta de financiación, ha asegurado que seguirá trabajando con la compañía “ahora y en el futuro”. Esa operación valorará a OpenAI en más de 80.000 millones de dólares, lo que presumiblemente la convertirá en la tercera ‘startup’ más valiosa del mundo solo por detrás de ByteDance, propietaria de TikTok, y SpaceX, de Elon Musk.