La gripe aviar llega a la Antártida y los científicos temen una extinción masiva

El virus H5N1 amenaza a cientos de miles de aves y mamíferos marinos

Crías de elefante marino muertas por gripe aviar en Península Valdés, Argentina.  | // RALPH VANSTREELS

Crías de elefante marino muertas por gripe aviar en Península Valdés, Argentina. | // RALPH VANSTREELS / Rafa López

Rafa López

Rafa López

La gripe aviar H5N1 altamente patógena ya está en la Antártida, uno de los pocos continentes que no la habían sufrido. Los científicos temen que especies de aves que solo viven en esa región de la Tierra se extingan ante un virus al que no habían estado expuestas nunca antes. Además, podría diezmar las poblaciones de mamíferos marinos y extenderse de allí a Nueva Zelanda y Australia.

“No por esperable es menos preocupante”, ha dicho en X la viróloga veterinaria Elisa Pérez-Ramírez, del Centro de Investigación en Sanidad Animal (INIA-CISA). Los científicos llevaban meses alertando sobre la alta probabilidad de que el virus H5N1 se extendiese de Sudamérica a la Antártida a través de aves migratorias, lo que finalmente ha sucedido. Tras detectar una mortalidad sin explicación, investigadores del British Antarctic Survey (BAS) tomaron muestras de aves muertas (págalos pardos) en Bird Island, en las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, a unos 1.400 kilómetros al sureste de las Malvinas, y ya dentro de la región Antártica. Las muestras, analizadas en Reino Unido, dieron positivo por gripe aviar altamente patógena H5N1.

Bird Island (“Isla del Pájaro”) está considerada una de las reservas de vida salvaje más ricas del planeta. Acoge 50.000 parejas de pingüinos reproductores y 65.000 parejas de lobos marinos. “Hay especies en algunas de las islas antárticas y subantárticas que son exclusivas de esas islas y sólo se encuentran en pequeñas cantidades, cientos o miles”, señaló a “New Scientist” Thijs Kuiken, experto de la Universidad Erasmus en los Países Bajos. “Si el virus llega a esas poblaciones, están en peligro de extinción”, añadió.

El virus comenzó a matar aves en Europa, Asia y África en 2020 y luego pasó a América. Ha matado también miles de mamíferos marinos y hace un año causó un brote en una granja de visones de Carral (A Coruña). El análisis de este brote mostró que el virus había adquirido una mutación muy poco frecuente y relacionada con la adaptación del virus a células de mamífero.