Entrevista | Janet Novás Actriz de “O Corno”, triunfadora en San Sebastián

“La vorágine en la que estamos crea un aislamiento total”

“’O corno’ es una película con muchas capas; es una obra de arte total”, defiende la actirz de O Porriño

Janet Novás, la semana pasada en Donosti.

Janet Novás, la semana pasada en Donosti. / EFE

Mar Mato

Mar Mato

“Todavía estoy intentando asimilar todo esto. Fue bastante inesperado”. La protagonista de la película “O Corno”, la porriñesa (de Cans-Atios) Janet Novás, responde así a la Concha de Oro a mejor película que el pasado fin de semana consiguió el filme gallego, dirigido por Jaione Camborda, en el Festival de Cine de San Sebastián, cinta que llega a los cines el día 11. Sonaba como una de las favoritas para la Concha de Plata a mejor actuación pero finalmente no pudo ser. Aún así, se abre un nuevo mundo ante el debut en celuloide de una de las artistas españolas de danza contemporánea más destacadas.

¿Cómo surgió su participación en esta película?

Jaione Camborda (directora) y yo ya nos conocíamos de antes. Teníamos amigos en común. Ella tenía el casting abierto para esta película y, como conocía mi trabajo, me propuso hacer una prueba. Fui pasando pruebas hasta que al final el equipo decidió que fuese yo la protagonista. Fue una alegría enorme por volver a Galicia a trabajar en casa: tenía muchas ganas. También porque es un proyecto de gente que conozco y en la que confío; y porque fue un reto para mí trabajar con el cuerpo pero dentro de otro contexto. Me apetecía ponerme en esa tesitura aunque era un riesgo grande. Estuve unos días dándole vueltas si yo podía asumir el peso que iba a tener en el filme.

Janet, en una de las escenas del filme.

Janet, en una de las escenas del filme. / Elastica Films

–La película se abre con una larga escena de un parto en una casa gallega de los años 70. Usted es la partera.

–Para esa primera escena hubo un trabajo previo porque para Jaione era muy importante. Trabajamos con una matrona y doula, Ana, que me ayudó muchísimo. Intenté encontrar conexiones con mi trabajo, cuando doy clases y acompaño a los cuerpos para que se conozcan y se confíen. El día del rodaje fue muy intenso y con mucha concentración porque había un niño de cinco días de vida. Lo primero era cuidarlo a él y eso nos puso en un punto de poner la mirada en lo íntimo.

–Su personaje, María, acompaña a la mujer en el parto, la cuida, la mima... La mayoría de las mujeres no hemos tenido un acompañamiento hoy en día al dar a luz. Más bien, en pocos o muchos momentos hemos sufrido violencia.

–La película tiene muchos mensajes, con una conexión sutil con la realidad. Es algo para reflexionar. Hay cosas que cambiaron para mejor pero hay otras que perdimos y que son básicas. La mujer antes estaba más conectada a una parte más animal y coherente con la vida que quizás se está desatendiendo porque el cuidado se está dejando en un lugar más burocrático, muy lejos de la vida.

–Las mujeres de la película viven en una dictadura, en un control férreo, pero intentan esquivarlo para disfrutar de su sexualidad.

–En cierto modo, era una mujer más salvaje, se arriesgaba dentro de toda esa prohibición con el riesgo que conllevaba, la propia vida. Es una lectura mía personal. Se relacionaban con la sexualidad de una manera más salvaje como se ve en la película con María en medio del maíz. Se arriesgaban a lo que podía pasar y que a veces traía consecuencias terribles como muestra la película derivada de la injusticia de no tener libertad con tu propio cuerpo.

–¿Por qué cree que convenció el filme al jurado?

–Cada vez me doy más cuenta de la complejidad del filme, de las capas que tiene. Es una obra de arte total. Estoy fascinada. La primera vez que la vi llamé emocionada a Jaione porque el filme tiene algo que necesitamos: volver al cuerpo, a lo instintivo, a la naturaleza, a esa parte no tan racional. Es una película que va dejando poso en el cuerpo con los días. Hay una necesidad enorme de volver a reconectar con el cuerpo, con lo intuitivo.

–Hay un momento en el que su personaje vive una dramática situación con emoción contenida, casi en silencio.

–Fue una apuesta de la directora porque yo, Janet, soy todo lo contrario de María. Yo soy explosiva, energía a borbotones para fuera. Yo le preguntaba a Jaione si no quería que María explotase en algún momento y ella lo pensaba pero me decía que no, que María era un trabajo de contención. Al ver la película me di cuenta de lo que se consigue con esa contención. No son silencios contemplativos, sino que te cargan. Hay mucha información e historia detrás.

–Han pasado décadas pero hablar de abortos sigue siendo un tabú, una confesión en la intimidad.

–Está ahí muy presente. Es el discurso de apropiación del cuerpo de la mujer. Es una problemática que sigue ahí. Tenemos que seguir luchando para tener la libertad de decidir sobre nuestro cuerpo, qué hacer y cómo, sin que sea un tabú. El cuerpo tiene memoria y creo que está esa clandestinidad que vivieron mis abuelas y mi madre. Intenté que eso se despertase para mi personaje construyéndolo desde un lugar muy animal.

Gala de clausura del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, Jaione Camborda con el premio y Janet a su lado, de blanco.

Gala de clausura del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, Jaione Camborda con el premio y Janet a su lado, de blanco. / Efe

–La clandestinidad también tiene un espacio en el filme desde diferentes ángulos. ¿En su familia hay alguna historia con ella?

–Mi padre siempre me contaba que en el franquismo había una piedra muy grande al lado de casa donde se juntaba gente escondida a la que daban de comer. Es algo que ocurrió hace años pero son historias presentes. Mis padres también fueron emigrantes, estuvieron muchos años en Venezuela. Esa red de ayudas estuvo muy presente cuando ellos fueron para allí con gallegos que se ayudaban. Ese cruzar fronteras es algo que sigue muy presente en mi vida, en mi familia. Para construir el personaje estuvo presente.

–¿Sigue ahora la sororidad entre mujeres tan vigorosa como se muestra en la película?

–Llevo muchos años fuera viviendo en ciudades grandes como Barcelona y Madrid. El capitalismo, todo este sistema, nos aísla muchísimo. La sororidad está pero cada vez más lejos debido a la velocidad a la que vivimos. La vorágine en la que estamos crea un aislamiento total. “O corno” plantea una vuelta al cuerpo, a mantener esa red para que siga presente.

–“O corno” ha hecho historia por estar rodada en gallego, por tener una directora, equipo de aquí....

–Es una felicidad enorme que un proyecto en gallego se lleve la Concha de Oro. Me parece brutal y necesario en este momento. Por fin se reconoce que el uso del gallego no es un barrera sino una riqueza.

Suscríbete para seguir leyendo