De la Puerta: “La microbiota condiciona lo que pensamos y lo que sentimos”

“Sentimos con el intestino y el intestino siente porque nuestro cerebro está leyendo lo que tenemos en la tripa”, explica la médica, experta en microbiota intestinal

Mª Dolores  de la Puerta y Federico Mallo, en el Club FARO. |    // JOSÉ LORES

Mª Dolores de la Puerta y Federico Mallo, en el Club FARO. | // JOSÉ LORES / ágatha de santos

“La inflamación altera la conexión entre intestino y cerebro. Es el mayor enemigo del organismo a todos los niveles. Es la casilla de salida de la mayoría de las enfermedades”. Así lo aseguró ayer en un Club FARO abarrotado la doctora Mª Dolores de la Puerta, una de las mayores expertas en microbiota intestinal y autora de “Un intestino feliz” (HarperCollins), libro en el que explica qué es la microbiota, cuál es su papel y qué hábitos son necesarios para mantenerla equilibrada y así, favorecer nuestra salud no sólo física, sino también mental. Pero además, la reconocida experta detalla cómo la microbiota intestinal influye en nuestros estados de ánimo y en nuestras emociones.

La doctora De la Puerta explicó que tener una microbiota equilibrada y sana tiene un efecto antiinflamatorio, lo que ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles. Pero, ¿qué es la microbiota, antes conocida como flora intestinal? La experta explicó que este término hace referencia a los microorganismos –virus, bacterias, hongos, levaduras y protozoos– que colonizan nuestro cuerpo –cien billones de bichitos que si se colocasen en fila india darían dos veces y media la vuelta al mundo–, y que viven “en simbiosis con ellos y con nosotros”.

Según la doctora De la Puerta, el estrés es el principal factor responsable de que se pierda esa simbiosis y la microbiota se desequilibre (disbiosis). Por ello, una de las claves para mantener una microbiota sana es reducir los niveles de estrés. Pero éste no es el único factor a tener en cuenta. Los hábitos alimentarios y de sueño, y el ejercicio también determinan la salud de nuestra microbiota y, por tanto, la nuestra. “La microbiota no se cuida con fármacos, aunque sí podamos ayudarla, sino con nuestro estilo de vida”, afirmó la ponente, que estuvo presentada por Federico Mallo, catedrático de Fisiología-Endocrinología de la Universidad de Vigo (UVigo).

La experta detalló que el intestino y el cerebro están conectados de forma bilateral y que se comunican a tiempo real a través del nervio vago, el más largo del cuerpo, “un prodigio de la evolución”, según la ponente. La médica detalló que en la tripa tenemos bacterias que producen sustancias y moléculas que actúan directamente sobre el sistema nervioso, los neurotransmisores –serotonina, noradrenalina, adrenalina, GABA...–, y que explican nuestras emociones y nuestros sentimientos: felicidad, placer, memoria, calma.

“Sentimos con el intestino porque nuestro cerebro está leyendo lo que lo que tenemos en la tripa y el intestino siente gracias a la actividad del nervio vago. La microbiota condiciona lo que pensamos, qué sentimos y qué recordamos”, afirmó. Es decir, que la microbiota no sólo cumple una función digestiva, metabólica y de apoyo al sistema inmunitario, sino que también influye en nuestro estado de ánimo.

Incluso está implicada en la personalidad, ya que interacciona con nuestros genes. “Cada vez se está constatando más la potencia epigenética que tiene la microbiota, la capacidad de modular la expresión de nuestros genes”, señaló.

La doctora De la Puerta aseguró que ella es partidaria del ayuno intermitente, ya que contribuye a mantener en orden el ecosistema de la microbiota, aunque advirtió que no todo el mundo puede hacerlo –está contraindicado en niños, embarazadas y mujeres lactantes y personas enfermas o con trastornos alimenticios–, que ha de hacerse aprovechando las horas nocturnas, saltándose la cena o el desayuno. Asimismo, reconoció que no es partidaria de las cinco comidas diarias, que hasta ahora era la premisa más seguida por los nutricionistas y que comienza ahora a revisarse.

La experta explicó que la microbiota come lo mismo que nosotros y que si la dieta que seguimos es rica y equilibrada, tendremos una microbiota sana y equilibrada. Y que cuanto más pobre sea la primera, más pobre será la segunda. Asimismo, aseguró que existe una dieta de la felicidad: ésta es rica en triptófano, el aminoácido precursor de la serotonina.

Veinte años de investigación y divulgación

La doctora Mª Dolores de la Puerta se formó inicialmente como cirujana plástica, pero circunstancias personales hicieron que hacia el año 2000, empezara a explorar el mundo de la microbiota intestinal. Actualmente está considerada una de las mayores expertas en esta materia, y en su consulta atiende a pacientes con todas las patologías asociadas a la disbiosis (una microbiota desordenada). La doctora De la Puerta continúa ampliando su conocimiento sobre la microbiota consultando los principales portales internacionales de investigación en la materia y las revistas especializadas. Cada día publica un post de microbiota, que acompaña siempre con un artículo científico. “Un intestino feliz” explica, de forma amena, cómo más allá de su función digestiva, las bacterias intestinales tienen una importante actividad defensiva, inmunitaria, metabólica, endocrina y, por supuesto, neuroactiva. Ésta es la parte que más le gusta a la especialista y la que ha desarrollado en este libro, cuyo objetivo es similar al de su labor divulgativa en redes sociales: dar esperanza a aquellas personas que no entienden qué les pasa, por qué no son capaces de controlar el estrés y por qué con tanta facilidad ‘se ahogan en un vaso de agua’, mostrando que cuidando la microbiota también podemos ayudar a sentirnos bien y ser felices. En el libro expone los24 ejemplos de algunos pacientes, bajo nombres ficticios, que ilustran muchas situaciones y que pueden ayudar al lector a comprender mejor qué les pasa y cómo mejorar su situación.