Gallegos en el terremoto de Marruecos que se ha cobrado al menos 1.000 vidas: "Fueron 25 segundos de angustia e incertidumbre"

El preparador físico vigués de Marruecos y el redondelano Juan Solla, miembro del cuerpo técnico, vivieron en Agadir el terremoto

Fran Canosa, profesor vilagarciano en Marrakech: “Muchos turistas del hotel en el que me alojo prefirieron dormir en el jardín”

A. C.

El recuento de víctimas del terremoto que azotó anoche Marruecos no deja de crecer. Por el momento entre las víctimas no figura ninguna persona de nacionalidad española, aunque sí se empiezan a conocer testimonios de cómo lo han vivido en primera persona.

Uno de ellos ha sido el vigués Eduardo Domínguez, preparador físico de la selección de Marruecos, que durante el seísmo estaba en una terraza en Agadir, donde se encontraba alojado el equipo nacional a la espera de disputar hoy un encuentro de la Copa de África ante Liberia. Horas después atendía a FARO.

Eduardo Domínguez. |  // @EDIDOMIN

Eduardo Domínguez. / Armando ÁLvarez

"Fueron segundos de angustia"

Eduardo Domínguez

“Sí, efectivamente, estábamos concentrados en Agadir a la espera del partido de hoy, que al final, claro, se suspendió. Como te digo, después de la cena, estábamos tomando un café en la terraza del hotel y empezamos a notar los temblores característicos de estas situaciones. Claro, nos extrañamos de lo que estaba pasando. Los jugadores estaban en las habitaciones y, asustados, salieron fuera. Aquí fueron 25 segundos de angustia e incertidumbre al notar movimientos extraños del suelo y de las paredes. Estamos en un vértice del triángulo entre Rabat, Marrakech, donde fue el epicentro, y Agadir”.

El ex preparador físico del Celta reside con su familia en Rabat, la capital marroquí. “Sí, mi mujer estaba en Rabat. Allí también notaron bastante los temblores, pero afortunadamente, están todos bien”.

Domínguez permanece, junto a los jugadores y el cuerpo técnico, en el que también se encuentra el redondelano Juan Solla, a la espera de lo que se decida con respecto a los compromisos deportivos. El partido de hoy se suspendió y ahora aguardan la decisión que se tomará con respecto al encuentro amistoso que deberían jugar el martes en Francia ante Burkina Faso. Pendientes, por lo tanto, de saber si vuelan al país galo o regresan a Rabat.

"Una casa se derrumbó sobre la terraza que acababa de dejar"

El vilagarciano Francisco Canosa Martínez (1983), profesor de Geología de la Universidad de Oviedo regresaba en taxi a su hotel de Marrakech cuando se registró el trágico terremoto. “Serían las once y cuarto de la noche (hora local) cuando veo que el coche se zarandeaba y el conductor ni siquiera movía el volante en una calle muy larga sin apenas edificios; fue al llegar cuando un recepcionista me impidió acceder al ascensor y me explicó lo que había ocurrido y que era un riesgo subir a la habitación, aunque antes me habían llamado la atención los numerosos corros de personas en el exterior”.

El profesor Fran Canosa

El profesor Fran Canosa / Cedida

Es la primera impresión del profesor vilagarciano que desde el miércoles participaba en un congreso sobre geología que incluía una visita de campo a la zona del Atlas, en donde se situó el epicentro del seísmo. “Este recorrido, obviamente, se ha suspendido pues hay muchas localidades pequeñas devastadas por el terremoto”, explica en conversación telefónica gracias a que Watshap funcionaba este mediodía de una forma bastante estable, aunque con ciertas interrupciones.

“La verdad es que tuve suerte; diez minutos antes estaba con mis compañeros en La Medina -la zona más turística de Marrakech-, en una terraza sobre la que cayeron miles de cascotes de las viviendas próximas”, explica este profesor vilagarciano que al tener constancia de la tremenda magnitud de la catástrofe “llamé a mi familia para tranquilizarles”. “Una de las casas con frente a la terraza en la que estaba con mis compañeros colapsó literalmente” y se derrumbó literalmente, observó después de volver sobre sus pasos.

Y es que esta misma mañana volvió a visitar La Medina y la imagen, admite, “es realmente desoladora, con cientos de casas derruidas y los estrechos callejones del centro histórico de la ciudad llenos de tierra y cascotes”, aunque los monumentos principales como la Torre de la Mezquita Kutubia (gemela de la Giralda de Sevilla) y la mayor parte de las mezquitas se salvaron, a excepción de algún minarete.

A medianoche ya se había percatado de la dimensión de la catástrofe tras comprobar y comentar con sus compañeros del congreso que el seísmo se había aproximado al nivel 7 de la escala Ritcher, aunque en el hotel en el que se aloja, el Gran Mogador, apenas sufrió daños. “Aún así, los clientes tenían miedo de una réplica y la mayor parte bajaron mantas y edredones para dormir en el jardín”. Cosa distinta fue en otros hoteles del sur de la ciudad, en los que sí se observaron daños estructurales importantes, con grietas de enorme tamaño y grosor. De ahí que en los exteriores se vieran numerosos grupos de personas agolpadas, “tratando de evitar un accidente en el interior del establecimiento, algo que nadie les garantizaba.

Fran Canosa regresó a su dormitorio, pues sus conocimientos sobre la respuesta sísmica y también su observación del edificio le daban garantías. “Apenas había alguna pequeña grieta en la planta, y también sé que este tipo de terremotos no suelen venir acompañados de réplicas importantes”.

Como geólogo y experto en movimientos telúricos, subraya que la zona de Marruecos y el Atlas son zonas de “sismicidad moderada”, por lo que este tipo de acontecimientos son “muy excepcionales”; de ahí la dimensión que alcanzó. Asegura que es consecuencia del proceso de movimiento de la placa tectónica africana, una falla que está desplazando el continente hacia el Norte. “El suelo se vio sometido a una compresión y se liberó”, lo que produjo el resultado catastrófico, pese a su corta duración, de menos de un minuto, explica.

Canosa, en estos momentos, está a la espera de determinar la fecha de su regreso a Galicia, donde trabaja como experto en rutas geológicas, en Cedeira, además de ser profesor de la especialidad en la Universidad de Oviedo. “La idea era regresar el martes, pero el aeropuerto de Marrakech está colapsado con muy pocos vuelos y no sé si se cumplirá el plan”. Conseguir un vuelo a España un día como hoy es casi tarea imposible: “Un billete de regreso está en los 1.800 o 2.000 euros”, señala.

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Más de 1.200 heridos

Los heridos en la catástrofe, de diversa gravedad, fueron trasladados a centros hospitalarios, indica el ministerio, que añade que también hubo daños materiales en zonas no habitadas.

Según un boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí, el terremoto, de magnitud 7, sacudió la región septentrional marroquí de Marrakech y se produjo a las 23:11 hora local (00:11 GMT del sábado) a 8 kilómetros de profundidad. Tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada 63 kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech.

Se deja notar en Andalucía

Emergencias 112 Andalucía ha registrado una veintena de llamadas desde las provincias de Huelva, Sevilla, Málaga y Jaén por el terremoto marroquí.

El 112 ha recibido llamadas que, en todos los casos, alertan de que se han producido movimientos de tierra en las citadas provincias, sin reportar daños por el momento en suelo andaluz aparte del sobresalto de los ciudadanos.