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Día Mundial contra el Cáncer de Mama

Voluntarias con mucha experiencia propia

Mujeres que han superado un tumor de pecho afirman que mantener una actitud positiva ante la enfermedad y el tratamiento ayuda a la recuperación | Muchas pasan de usuarias a voluntarias de la Asociación contra el Cáncer

Milu Fuentes de Diego (izquierda) y Loli González Pérez, dos voluntarias de la AECC que han superado un cáncer de mama. Marta G. Brea

A raíz del diagnóstico de su hermano –linfoma no Hodgkin–, hace 25 años, Loli González Pérez entró en contacto con la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Vigo, de la que desde entonces es voluntaria, al igual que Milu Fuentes de Diego, diagnosticada de cáncer de mama en 2004, y que comenzó participando como modelo en los desfiles de lencería para mujeres mastectomizadas que el colectivo organizó durante años en el Círculo Mercantil.

Hace cinco años, Loli, de 68 años, fue diagnosticada de cáncer de mama en el pecho izquierdo y pasó de ser, además de voluntaria, usuaria de la AECC. Fue sometida a 35 sesiones de radio y le extirparon el tumor, aunque pudo conservar el seno. Su marido, diagnosticado de alzhéimer desde los 60 años, fue un revulsivo frente a los efectos secundarios del tratamiento. “Tenía que cuidar de él, así que no podía pensar demasiado ni en mi enfermedad ni en las secuelas de la medicación”, afirma esta mujer, que tuvo que bajar en otras dos ocasiones a quirófano para que extirparle otros dos tumores, estos benignos.

El alzhéimer les obligó a cerrar el negocio que tenían y los mantuvo contra las cuerdas durante 14 años. El marido de Loli falleció el 11 de enero de 2018, con 74 años, pocos días después de su última sesión de radioterapia. “La radio es horrorosa, pero se supera. Yo, desde luego, prefiero un cáncer al alzhéimer porque del primero se puede salir, pero el segundo es un pozo oscuro del que no sale nadie”, comenta.

“La ‘radio’ es horrorosa, pero hay que pensar que del cáncer se puede salir”

Loli González Pérez - 68 años

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A pesar de que su único hijo vive en Burgos, donde trabaja como enfermero, Loli se sintió siempre muy acompañada. “Estuvo viniendo cada dos por tres y estábamos en contacto a diario”, afirma. También los profesionales, voluntarios y usuarios de la AECC de Vigo fueron un apoyo importante para hacer frente a la enfermedad, a la que Loli decidió mirar de frente desde el primer día. Puede que en parte porque sabía de primera mano que se puede superar un cáncer: su hermano lo hizo. Y ella, ahora, también. Por ello, el mensaje que tiene para las personas que acaban de ser diagnosticadas de cáncer es este: “Ir a por todas y punto. Ser siempre positivo y pensar que el cáncer es curable. Hay que ver las cosas más allá y decir: ‘De esta salgo’ porque se puede salir. No todos, pero sí muchos”.

Milu Fuentes de Diego ronda la sesentena y es voluntaria de la AECC en Vigo desde 2006, dos años después de ser diagnosticada de cáncer de mama. Fue Silvia, una de sus hijas, quien le concertó y la acompañó a su primera cita. “Me estaba aislando. Estaba en el salón de casa con mi familia, pero en realidad estaba sola, aunque yo no creía que necesitara ayuda ni que me pasase nada. Hasta mis amigas me decían lo fuerte que era y lo bien que lo llevaba, pero no estaba tan entera como parecía”, recuerda.

Fue cuando comenzó a ir a las sesiones con la psicóloga de la asociación cuando se dio cuenta del impacto real que había causado en ella la enfermedad y la mastectomía radical del pecho derecho a la que fue sometida. “Tenía un tumor infiltrante de 5 milímetros y no se podía radiar, así que tuvieron que hacerme una cirugía radical”, explica.

Su caso es el de muchos pacientes de cáncer, que recurren a la negación ante la imposibilidad de afrontar un diagnóstico que les da miedo. Como voluntaria de la asociación lo ha revivido muchas veces.

Sus primeras aportaciones como voluntaria de la AECC fue como modelo en los desfiles de lencería y ropa de baño para mujeres mastectomizadas, en los que comenzó a participar en 2006.

Milu se reconstruyó después el pecho, una opción que ahora mismo se replantearía. “No me arrepiento, pero he tenido que bajar varias veces a quirófano y no es agradable. Después, la prótesis no me quedó bien y tuve que volver otra vez. Cuando me hablan de bajar a quirófano para sujetarme el otro pecho, que está muy caído, digo que, por estética, no. Y los posoperatorios tampoco son una broma”, afirma.

“Hablar es importante. Si te dejas cosas dentro terminan devorándote”

Milu Fuentes de Diego - 70 años

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Durante un año y medio fue una de las voluntarias de “Carrito don Amable”, el servicio de acompañamiento a enfermos hospitalizados de la AECC en Vigo, al que probablemente vuelva el próximo año. Su prioridad ahora es su hija Andrea, que vive en Guipúzcoa y que está a punto de dar a luz al que será su tercer nieto. Cuando vuelva ya no visitará las habitaciones de Oncología del Meixoeiro, sino las del Cunqueiro. “Tengo ganas de volver. Llevábamos café, infusiones y pastas a los pacientes y a sus familiares, y charlábamos un rato. Hablar es importante porque si te dejas las cosas dentro terminan devorándote”, afirma.

Milu también aboga por mantener la positividad ante el diagnóstico. “Hay que hacerle frente y ser siempre muy positiva. Levantarse cada mañana y decirse: ‘Tú has venido, pero yo te voy a echar, peleas conmigo, pero te voy a vencer’. Yo, de momento, he conseguido vencerlo. Y no pasa nada porque te quiten un pecho. Además, los tratamientos han cambiado mucho también y se está investigando mucho. Ojalá que hubiera medios económicos para investigar todos los cánceres como el de color rosa, como yo lo llamo”, sostiene esta administrativa jubilada.

Logros y retos pendientes detrás del color rosa

Hoy, la AECC de Vigo montará una mesa informativa, en la farola de Urzaiz, en la que informará sobre el cáncer de mama y en la que reivindicará que el rosa no es un lazo ni un día al año y que es necesario visibilizar el camino que aún queda por recorrer, poniendo especial foco en el cáncer de mama metastásico y en las desigualdades sociales y emocionales que provoca la enfermedad. Este acto se enmarca en la campaña “El rosa es más que un color” con la que la asociación celebra, en toda España, el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, y con la que también pone en relieve todo lo que se ha conseguido con el movimiento rosa internacional. Detrás de este movimiento rosa hay mucha investigación, apoyo y concienciación y se ha conseguido que el cáncer de mama sea uno con mayor supervivencia, superior al 85%. Detrás del rosa hay pacientes y familiares, con sus necesidades, sus preocupaciones y sus vivencias. Personas que se enfrentan al gran impacto social, laboral y emocional que provoca esta enfermedad.

Pero todavía queda mucho por hacer ya que, siguen existiendo desigualdades que afectan a las mujeres con este tipo de tumor, como por ejemplo las que se les diagnostican un cáncer de mama metastásico. Tiene una tasa de supervivencia en torno al 25% y suponen entre el 5% y el 6% de los diagnósticos de cáncer de mama. Además, hay que seguir trabajando en la necesidades sociales y psicológicas de las mujeres con cáncer de mama.

Además. el 18 y 19 de noviembre se celebrará en el Auditorio Mar de Vigo el II Congreso Gallego de Personas con Cáncer y Familiares, un lugar de encuentro para compartir, aprender y vivir el día a día de la enfermedad, en el que participarán la cantante Luz Casal y la escritora y divulgadora Elsa Punset.

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