Y con la primavera llegaron las alergias

Se prevé una temporada moderada debido a un invierno poco lluvioso | Los meses de mayo a junio son los más críticos para las personas con sensibilización a las gramíneas

alergia al polen

alergia al polen / Pixabay

Con la llegada de la primavera llegan, para muchos gallegos, los estornudos, el picor de ojos y la congestión nasal. Son tres de los síntomas más comunes de las alergias polínicas. La alergia primaveral predominante en Galicia es la sensibilización a las gramíneas, que tiene entre los meses de mayo y junio su periodo más activo, aunque este puede prolongarse fácilmente hasta julio, según la doctora Carmen Mogío Gómez, jefa de Alergología del hospital Ribera Povisa de Vigo.

Según esta especialista, la provincia de Ourense es la que registra los niveles más altos de concentración de este polen. Aun así, la comunidad no es una de las regiones más afectadas por el polen de gramíneas, que, además, depende de cómo de lluvioso haya sido el invierno. La relación es simple: cuanto mayor es la pluviosidad, más activa es la temporada de alergia primaveral. “Este invierno ha sido más seco que otros, por lo que se prevé una temporada más moderada, aunque también dependerá de lo que llueva a partir de ahora”, afirma la doctora.

Aun así, se prevé que este año se vean más manifestaciones clínicas de alergia a las gramíneas que en las dos anteriores primaveras, ya no porque vayan a darse mayores concentraciones, sino por una mayor exposición al levantarse el uso de la mascarilla en exteriores y aumentar la exposición al alergeno.

Los pólenes se encuentran suspendidos en el aire, lo que hace imposible controlar sus niveles de concentración. Solo se puede minimizar sus efectos con medidas de control ambiental que consisten, básicamente, en reducir la exposición al alergeno. Los síntomas fluctúan según la meteorología. En los días cálidos y ventosos se produce una mayor distribución de polen, con un aumento de la afectación. Por el contrario, los síntomas suelen mejorar en los días de lluvia y sin viento.

Cuando aparecen los síntomas, los antihistamínicos –medicamentos que tratan los síntomas de las alergias bloqueando el efecto de la histamina– colirios oculares y corticoides nasales son los tratamientos más habituales. La doctora Mogío asegura que la inmunoterapia o vacunación con alergenos da muy buenos resultados en aquellos casos de alergia al polen en los que está indicada. Esta terapia consiste en la administración de dosis progresivamente mayores de un extracto de los alergenos frente a los que el paciente está sensibilizado con el objeto de mejorar los síntomas asociados con la exposición ocasional al alergeno.

Aunque la alergia primaveral comparte algunos síntomas en comunes con otras afecciones como la gripe y el COVID-19, como la congestión nasal y el moqueo, esta es fácilmente diferenciable. “La alergia no da fiebre ni dolores musculares ni articulares que pueden dar un cuadro vírico –detalla–. Hay mucho picor, estornudo y también moqueo, aunque este no es tampoco una rinorrea purulenta como puede suceder con un cuadro vírico. Tampoco provoca dolor de cabeza, un síntoma que acompaña al COVID”. Al mismo tiempo, la alergia primaveral tiene su propia clínica ocular, caracterizada por picor de ojos, que tampoco se da en las patologías víricas.

Aunque la alergia al polen no es la predominante en Galicia –se estima que el 70% de los alérgicos gallegos tienen sensibilización a los ácaros del polvo doméstico– la doctora Mogío reconoce que podría haber más casos de los que pasan por la consulta del alergólogo. “Hay pacientes con rinitis o rinoconjuntivitis leve que utilizan la medicación de forma muy puntual y que la controlan con un antihistamínico prescrito por el médico de atención primaria, sin necesidad del pasar por el especialista, aunque muchos terminan viniendo a la consulta al cabo de unos años”, explica la alergóloga. La alergia primaveral suele debutar a partir en la edad pediátrica, a los 8 o 9 años, aunque tampoco es infrecuente que aparezca entre los 20 y los 40. También puede desaparecer en la vejez, debido al debilitamiento del sistema inmunitario, según esta especialista.

Carmen Mogío, Jefa de Alergología de Ribera Povisa

Carmen Mogío.

"Este año habrá más síntomas no por niveles más altos sino por una mayor exposición"

Carmen Mogío

— Jefa de Alergología de Ribera Povisa

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), cerca de ocho millones de españoles tienen alergia al polen, siete de los cuales son alérgicos a las gramíneas, seguidos en orden decreciente por alergia al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria. Investigadores de la Universidad de Michigan afirman que las temporadas de alergias se prologarán y serán de mayor intensidad debido al cambio climático. A finales del siglo se pronostica que el polen llegará 40 días antes y aumentar un 200%.

–Las temporadas de alergia serán cada vez más largas e intensas por el cambio climático...

–Sin duda, aunque va a depender mucho de la zona geográfica donde te muevas. En Galicia no solemos tener niveles muy altos de gramínea como pueden tener en Madrid o Extremadura. Aquí los niveles más altos se dan en Ourense, pero, efectivamente, está cambiando porque aquí teníamos unos inviernos de mucha pluviosidad, lo que favorece que la temporada de primavera luego sea más intensa. Sin embargo, cada vez llueve menos, Es lo que ha ocurrido este año, que ha sido un invierno bastante seco respecto a otros años, con lo cual se espera que la temporada de polen sea más moderada. Aquí se nota el cambio en ese sentido.

–¿Se prevé que haya más síntomas de alergia esta primavera que las dos anteriores al retirarse la mascarilla en exteriores?

–Las mascarillas, sobre todo las FFP2, protegen frente al polen y de hecho muchos pacientes polínicos muy afectados ya las usaban. Este año, probablemente vamos a notar una primavera diferente a la del año pasado, no porque los niveles de polen sean más altos, sino porque va a haber más exposición porque ya no llevamos mascarilla.

–¿Cuál es su tratamiento?

–Tenemos tratamiento sintomático, que es el que se utiliza en el momento en que aparecen los síntomas: antihistamínicos, los corticoides nasales, los colirios. Pero también podemos prevenir, no con medicación, pero sí con medidas de control ambiental. Si sospechas o ves que hay niveles muy altos en el caso del polen si estás al aire libre es recomendable llevar gafas de sol; evitar salir los días muy ventosos; si vas en coche subir ventanillas; y en casa no ventilar demasiado y nunca a primera hora ni a última de la mañana. Y también tenemos vacunas para la alergia, también para la alergia al polen, que cuando se indican correctamente funcionan muy bien y los pacientes mejoran muchísimo su calidad de vida.

–No obstante, las alergias al polen no son las predominantes en Galicia.

–No. Aquí la alergia a los ácaros del polvo doméstico es la predominante y la que causa síntomas que afectan más a la calidad de vida del paciente porque son alergenos que tenemos todo el año. Las gramíneas pueden dar síntomas muy intensos, pero tienen un periodo más corto y también depende mucho de las condiciones ambientales que hayamos tenido. No somos una zona de mucho riesgo polínico, insisto, salvo Ourense.

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