Entrevista | María José Alonso Premio Nacional Juan de la Cierva en el área de Transferencia de Tecnología

“La sociedad ha visto que la ciencia es indispensable para tratar temas de salud”

María José Alonso.

María José Alonso. / FDV

La investigadora y catedrática de Farmacia de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) María José Alonso Fernández, una de las mayores expertas mundiales en tecnología farmacéutica, ha sido distinguida con el Premio Nacional Juan de la Cierva en el área de Transferencia de Tecnología que otorga el Ministerio de Sanidad por su trayectoria científica en el ámbito de la nanomedicina.

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Con sus investigaciones, la doctora Alonso ha impulsado el desarrollo de nanoestructuras que sirven de vehículo para transportar fármacos y vacunas de un modo más seguro y eficaz hasta su lugar de acción. El laboratorio que dirige en el CiMus lleva tres décadas trabajando en el desarrollo de nuevas vacunas que aportan una respuesta inmune duradera gracias al uso de partículas biodegradables que controlan su liberación al sistema inmune. Uno de sus últimos proyectos está relacionado con el desarrollo y evaluación en estudios preclínicos de una nueva vacuna basada en ARNm contra el COVID-19.

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–Su campo se centra en la nanotecnología y la nanomedicina. ¿Podría explicar qué es cada uno de ellos para que el lector lo entienda?

–La nanotecnología es la tecnología que permite la obtención y manipulación de objetos de tamaño nanométrico. ¿Qué quiere decir nanométrico? Pues miles de veces más pequeño que el diámetro de un cabello o que las células, es decir, objetos que solo se ven en microscopios electrónicos de alta resolución. En cuanto a la nanomedicina, es la nanotecnología aplicada a la medicina, básicamente al desarrollo de medicamentos a los que llamamos nanomedicamentos. Estos son, en realidad, terapias avanzadas en las que las moléculas del fármaco van alojadas en un nanovehículo transportador que protege al fármaco frente a su degradación prematura y le ayuda a llegar más fácilmente a la diana terapéutica.

–El objetivo es desarrollar fármacos cada vez más eficaces y menos tóxicos. ¿Qué papel juega aquí la nanotecnología?

–Un papel absolutamente crítico porque es precisamente gracias a la nanotecnología que se consique que el fármaco no se degrade prematuramente y que llegue al lugar de acción. Por lo tanto, si se dirige más eficazmente al lugar de acción esto significa que con menos dosis se consigue un mayor efecto y, por consiguiente, se reduce la toxicidad y se aumenta la eficacia.

–¿Qué avances veremos en este campo en las próximas décadas?

–Creo que veremos notables avances en terapia génica y medicina personalizada. Creo que la nanomedicina va a lograr importantes metas en la mejora de la actividad de los fármacos llamados biológicos. Todo esto está por venir, aunque ya hay evidencias claras de los beneficios de la nanotecnología para al formulación de fármacos biológicos.

–A pesar de los increíbles avances científicos, esta pandemia nos ha demostrado lo vulnerables que somos.

–Pero precisamente gracias a las investigaciones punteras en el ámbito de la nanomedicina ha sido posible tener una vacuna en menos de un año. De hecho, las vacunas de ARNm contra la COVID son, en realidad, nanovacunas.

–Precisamente lideró el proyecto de la USC dirigido al desarrollo de una nueva vacuna contra el COVID-19 basada en el ARNm.

–Nosotros llevamos treinta años trabajando en nanovacunas y a lo largo de la última década hemos estado trabajando básicamente en una vacuna frente al sida y, recientemente, participamos en un proyecto para desarrollar una vacuna frente al COVID. Nuestro trabajo en este proyecto consistió en el desarrollo de nanopartículas transportadoras de ARNm. La información relativa al prototipo de vacuna resultantes de este proyecto ha sido remitida a la empresa que, en su caso, podría abordar el desarrollo preclínico avanzado de la vacuna.

“Somos miles los científicos que trabajamos en todo el mundo en el desarrollo de nanopartículas del tipo de las que están utilizando Moderna y Pfizer”

–La investigación es un camino largo y no siempre tiene éxito. ¿Cómo se gestiona esto? ¿Es frustrante?

–En el entorno académico sabemos que nuestro objetivo fundamental es la generación de conocimiento. El método científico implica elaborar una hipótesis y desarrollar el trabajo necesario para la validación de la misma. Con frecuencia, la hipótesis no se cumple, pero por el camino se van encontrando otras vías hipotéticas de trabajo. Somos miles los científicos que trabajamos en todo el mundo en el desarrollo de nanopartículas del tipo de las que se están utilizando Moderna y Pfizer. Todo ese conocimiento ha contribuido en gran medida a que las empresas hayan sido capaces de desarrollar vacunas exitosas.

–La pandemia ha dado gran visibilidad al trabajo de los científicos. ¿Contribuirá a que se apoye más a la ciencia?

–Creo que la sociedad ha podido percibir que la ciencia es indispensable para tratar problemas de salud y todos sabemos que sin salud no hay economía. Invertir en ciencia orientada a la salud es algo básico. Yo creo que el mensaje ha calado en la sociedad y que esto va a tener consecuencias.

–Se habla mucho de fuga de cerebros. ¿Continuaremos asistiendo a esta sangría de talentos?

–La investigación supone una inversión económica muy importante y el retorno de esa inversión no ocurre en un plazo de pocos años, sino de muchos años, por ello, es importante una apuesta decidida por la investigación. Si esta apuesta se da, no cabe duda de que se podrá recuperar el talento que ha tenido que irse al extranjero por falta de oportunidad en España.

–Usted estuvo trabajando en la Universidad de París Sur, donde se inició en le campo de la nanotecnología, y después en el Instituto de Massachusetts , pero decidió volver. ¿Alguna vez se arrepintió?

–Para nada. Yo lo que les digo a mis discípulos es que no se pongan trabas a la hora de ir al lugar del mundo donde crean que pueden desarrollar mejor su actividad, pero a la vez les digo, que si por razones personales o de otro tipo, deciden quedarse, lo hagan pensando en dar lo mejor de sí mismos en el entorno en el que desarrollan su actividad.

–¿Cuál es la situación de la mujer en la ciencia en España?

–La mujer está adquiriendo cada vez más visibilidad en el mundo de la ciencia. En el ámbito legislativo se han dado pasos que favorecen el desarrollo profesional de la mujer en todos los campos y, en particular, en el mundo científico. Confío en que esta tendencia positiva se mantenga. –¿Qué nivel en investigación tiene Galicia en estos momentos? –Muy bueno en general, y de forma particular en el ámbito de la nanomedicina

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