Envasado de alimentos. Con el uso de materiales aditivados con nanoarcillas que mejoran las propiedades de los materiales de envasado con espesores muy reducidos, pues las nanoarcillas crean un laberinto para la difusión de las moléculas gaseosas, y son una barrera muy efectiva para evitar la contaminación de los alimentos.
También se están utilizando nanopartículas de plata, cuyas propiedades antimicrobianas ayudan a conservar los alimentos en buen estado durante más tiempo. Con este mismo objetivo trabajan Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México que han creado un recubrimiento comestible constituido por nanocápsulas, para envasar frutas y verduras recién cortadas, que inhibe durante tres semanas el proceso de oxidación y controla la deshidratación, y evita por lo tanto el uso de plásticos.
Agricultura. Con el uso de nanofertilizantes, que se pueden pulverizar sobre las hojas de las plantas y se absorben de manera muy eficiente por su pequeño tamaño, lo cual resulta muy beneficioso para el medio ambiente ya que se evita la contaminación del suelo.
Eliminación de contaminantes, como en la depuración de agua por medio de un proceso de bombeo de nanofiltros, que en su camino a la superficie atrapan bacterias, metales y otros contaminantes hasta evaporarlos, como ya están aplicando en Perú para descontaminar el lago Titicaca.
Existen otras aplicaciones, que no han sido todavía desarrolladas, pero que son muy prometedoras, como el uso de nanopartículas para la monitorización de la salud (con biosensores), para la fabricación de dispositivos electrónicos en miniatura (que dará lugar a una nueva generación de ordenadores y teléfonos), o también para la producción y almacenamiento de energía. Pero el gran foco de la investigación actual a nivel mundial se centra en los nanotubos, como el de carbono. Este elemento químico se encuentra en la naturaleza como grafito (el material suave y negro que se utiliza en las minas de los lápices) y como diamante. La única diferencia entre ambos es la disposición de los átomos de carbono. Si modificamos esta disposición en forma de mallas hexagonales como el grafeno, y formamos una estructura cilíndrica, los nanotubos resultantes adquieren propiedades mecánicas, térmicas y eléctricas extraordinarias: son 200 veces más fuertes que el acero, los mejores conductores térmicos conocidos y pueden transportar corrientes eléctricas cien veces más grandes que el cobre. Por ello se consideran excelentes candidatos para un amplio rango de aplicaciones tecnológicas en muy diferentes áreas, como biomedicina, construcción o automoción.
En conclusión, la nanotecnología es una de las industrias más prometedoras del siglo XXI, pues, sin lugar a dudas, hay mucho conocimiento por desarrollar y muchos tesoros por descubrir ahí abajo, en el nanomundo.
Muy probablemente Lao-Tse, uno de los filósofos más relevantes de la civilización china, no estaría pensando en esta tecnología cuando narró sus teorías, que posteriormente darían origen al taoísmo, pero creo que su filosofía encaja perfectamente…Si quieres conocer la verdad (grande) empieza por lo diminuto.
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