Apenas 24 horas después de que FARO publicara la historia de Miller y Troya, su hada madrina viguesa, Loly Gómez, ha conseguido el dinero necesario para que los perros, dos pastores alemanes de diez años, puedan ser trasladados a su hogar definitivo en Escocia.
"Ha sido toda una aventura pero muy satisfactoria", afirma Loly, manifiestamente feliz. Desde que en 2017 se enteró de que los canes iban a ser sacrificados, esta viguesa amante de los animales y muy familiarizada con acogidas y gestión de adopciones removió cielo y tierra para encontrarles una familia. Tras dos adopciones fallidas, buscó como solución temporal una residencia en Santiago de Compostela para que fueran atendidos mientras buscaba nuevos adoptantes. Eso fue el 19 de octubre de 2020, y partir de ahí comenzó una nueva odisea de más de cuatro meses con un final feliz que ya se puede tocar con la punta de los dedos.
En enero, su S.O.S. llegaba a Escocia, donde una asociación animalista les encontró una familia dispuesta a adoptar a ambos perros. Para afrontar los gastos del traslado de uno de ellos (el viaje del otro lo pagarán los nuevos 'padres') y todas las tramitaciones necesarias, Loly -quien lleva gastados más de 2.000 euros en Miller y Troya en estos tres años y medio- solicitó colaboración económica por las redes sociales. Ya lo había hecho para pagar la estancia de los canes en la residencia.
Este jueves le faltaban 308 euros para completar los gastos del traslado al país británico. Tras la publicación de la historia en FARO, al acabar el día la cifra había descendido a 60 euros: una docena de personas había respondido a su llamada con donaciones de diversa cuantía, una de ellas de hasta 100 euros.
"Este viernes por la mañana llegaron dos nuevas transferencias con las que ya he recaudado los 520 euros necesarios", explica. Con las aportaciones solidarias de la gente, el monto total es de 534,30 euros. Para que no lleguen nuevas transferencias, Loly va a borrar las entradas de Facebook donde indica el número de cuenta. "Y en el caso que llegue alguna más, todo el dinero a mayores irá destinado a imprevistos", adelanta.
Primero la burocracia
Porque el traslado no va a ser fácil. Aunque en principio se iba a llevar a cabo a mediados de marzo, finalmente tendrá lugar en abril. ¿La razón? Las dificultades que el Brexit ha añadido al ingreso de animales en el Reino Unido.
Uno de los requisitos añadidos tras su salida de la Unión Europea ha sido exigir nuevas licencias a los transportistas. El que llevará a Miller y Troya a Escocia, un joven asturiano dedicado al transporte de animales, consiguió la nueva documentación el 2 de febrero.
Además, el número de animales que pueden entrar en el país en cada transporte está limitado a 20, por lo que los dos pastores alemanes tendrán que esperar su turno, como quien dice. Los viajes van con retraso pero van, tal y como publicaba este mismo viernes en su Facebook la asociación escocesa que puso en contacto a Loly con los adoptantes.
Por otra parte, una semana antes de que tenga lugar el viaje, los canes deben pasar las correspondientes inspecciones de acuerdo con la legislación comunitaria. Es lo que se llama TRACES (Trade Control and Expert System), que en Galicia se hace en instalaciones de la Xunta, donde se comprueba el calendario de vacunas, que estén esterilizados, etc.
Aunque la burocracia es abundante, Loly no deja de mostrarse satisfecha y agradecida con todos aquellos que han colaborado (particulares, empresas, la organización escocesa y, por supuesto la familia adoptante con la que mantiene una comunicación constante) para que Miller y Troya tengan un nuevo hogar.
