Hace casi cuatro años Miller y Troya conocieron a Loly Gómez, una viguesa, amante de los animales, y muy familiarizada con acogidas y gestión de adopciones de mascotas, por su constante colaboración con asociaciones, refugios y protectoras. En abril de 2017, estos pastores alemanes vivían en Cambre e iban a ser sacrificados. Una veterinaria que los trató lanzó un mensaje de ayuda para encontrarles un hogar que llegó a oídos de esta viguesa.

En cuanto Loly se enteró de su fatal destino, movió cielo y tierra para buscarle unos dueños. Ella no podía acogerlos, al vivir ya con dos perras en un piso. Por fin, y después de una primera adopción fallida en Vigo, logró encontrar un hogar para estos perros, ya mayores, que en aquel momento tenían siete años.

Pero hace unos meses, el hombre que los tuvo durante tres años y medio en su casa, ya no podía ocuparse de ellos por un traslado de residencia. Los pensaba llevar a una perrera, e informó a Loly de sus intenciones. Así que su hada madrina, que no fue capaz de dejarlos a su suerte, los trasladó a una residencia de Santiago de Compostela para que fueran atendidos, mientras buscaba nuevos adoptantes para ellos. Eso fue el 19 de octubre de 2020, y partir de ahí comenzó para esta viguesa una nueva odisea de más de cuatro meses con un final feliz cada vez más cerca.

SOS en redes sociales

Para que Miller y Troya pudieran vivir en la capital gallega, había que pagar su estancia, los trámites previos de su traslado, y algunos tratamientos médicos que sus "yayos", ya con diez años de edad, necesitaban. Así que Loly organizó una campaña en redes sociales para recaudar fondos a través de un sorteo y también por donaciones privadas. Ella tuvo que poner unos 500 euros de su bolsillo, y logró completar esos gastos gracias a la generosidad de la gente. Ahora tocaba buscarles una familia cuanto antes. Así que lanzó un nuevo SOS en sus perfiles sociales:

Macho y hembra de 10 años, pastor alemán puros. Toda la vida juntos, sólos en finca. Nunca les han dado una familia. Su adoptante desde hace 3 años, se fué a vivir fuera y los dejaba en la perrera. He conseguido, con ayuda de donaciones y sorteos, poder llevarlos a una residencia canina, vacunarlos, desparasitarlos y hacerles una revisión veterinaria. NECESITAN UN HOGAR QUE LOS QUIERA y los vaya a cuidar en los años que les queden. Se lo merecen...llevan luchado mucho.... Pero a falta de hogar, necesitan AYUDA, bien con una acogida indefinida que nos ahorre la residencia, bien con alguna aportación económica que me ayude a poder seguir cubriendo sus necesidades, o bien difundiendo o aportando ideas. Llevo 3 años y medio ayudándolos, ya les he salvado la vida, con ésta, 4 veces pero.... ya no puedo hacer mucho más..... Están en Galicia.

Miller (antes Killer) y Troya, los dos pastores alemanes que serán adoptados por una familia escocesa.

Por fin, el 26 de enero, y tras recorrer miles de kilómetros, su mensaje de auxilio llegaba Escocia. "Fue gracias a una amiga asturiana, Noelia, que se puso en contacto con una oenegé de animales en Gran Bretaña, y ellos encontraron una familia dispuesta a adoptarlos", recuerda Loly, aliviada.

Pero eso suponía más dinero. "No es tan fácil que los perros sean adoptados en otro país. Además del asunto del Brexit, que nos está dando muchos problemas, hay un montón de gastos en trámites y viajes, a los que, además en el caso de Miller y Troya, se le sumaron nuevos gastos médicos, como las vacunaciones, aparte de las intervenciones anteriores de desparasitación, una inesperada operación de hernia y la esterilización de uno de ellos". Así que compartió en Facebook un nuevo post, solicitando ayuda para sufragar los gastos de viaje, detallando el coste total.

De los 2.044 euros que logró recaudar en ambas campañas -contando los 500 euros de su bolsillo- , a día de hoy, a Loly le quedan 212 euros para ese traslado, y según sus cuentas, aún le faltan 308 para que, por fin, Miller y Troya puedan trasladarse a su hogar escocés. "Se trata de un matrimonio que vive en el norte del país, en un lugar llamado Elgin, que ya tiene otro pastor alemán de dos años y medio, y dos gatos, y al parecer están muy ilusionados con la llegada de Miller y Troya", comenta.

Miller por Killer

Estos días, Loly suele ir a visitar a los perros a Compostela, e intentar que el macho se familiarice con su nuevo nombre. "Se llamaba Killer, pero ese nombre en Escocia sería como gritarle: !Asesino, ven!, y no quedaba muy bien, la verdad. Así que acordé ponerle Miller que se asemeja a su nombre de toda la vida, para no hacerle pasar ese mal trago al adoptante", reconoce.

Ella fue este pasado martes a despedirse de sus "yayos", que estarán en la residencia todo el mes de marzo. Ahora sólo falta que su hada madrina recaude esos poco más de 300 euros que faltan para sufragar los gastos del viaje. Está previsto que en abril, una empresa de transporte de animales de Asturias los traslade en un furgón acondicionado para ese servicio a su nuevo destino en las 'Hihglands'.