Con un nivel de ocupación menor al de antes del confinamiento –bien por el gran deterioro sufrido durante el aislamiento por los usuarios, por el miedo de algunas familias por la situación actual y porque la gran mayoría de los responsables han decidido no cubrir el cien por cien de las plazas– los centros de día para el cuidado de los mayores se blindan tras la desescalada ante la nueva ola de Covid. A las medidas higiénico sanitarias, tomas de temperatura, mascarillas y distancias, se suma un nuevo elemento, las mamparas de metacrilato en las mesas de los usuarios y para separar espacios en las mesas. El aforo ya no está limitado, han terminado la desescalada y cumplen no solo con el protocolo impuesto por la Xunta, sino que han ido más allá para garantizar la seguridad de usuarios y trabajadores. Pero en vez de la nueva normalidad que esperaban, deben afrontar la segunda ola del virus.
“Nos hemos esforzado mucho para hacer ver que nuestros servicios son esenciales”
Los centros se blindan con medidas de seguridad para evitar un cierre similar al que tanto daño hizo a los usuarios durante los cuatro meses de confinamiento, y para mantener las terapias que eviten el deterioro funcional y cognitivo de los mayores. “No es un momento bueno para nuestro sector, igual que para otros muchos. El tema financiero ha sido terrible, algunos centros han cerrado. También tenemos menos usuarios, algunos no se han incorporado por miedo pero hay otros nuevos. A nivel económico supone un bajón, pese al respiro de la Xunta que nos facilitó ayudas de hasta 4.000 euros al mes para hacer frente a gastos justificados mientras estuvimos cerrados, aunque solo hemos cobrado el 80%”, explica Ángeles Álvarez, presidenta de la recién creada Asociación de Centros de Día de Galicia, ACDgal, y directora de Parque Castrelos en Vigo.
“Nos hemos esforzado todo el verano para que se adelantara la apertura de los centros de día, la Administración quería posponerla a septiembre y abrimos el 15 de julio, tras luchar mucho para hacer ver que nuestros servicios son esenciales. La buena noticia es que en toda Galicia, que sepamos, solo hubo 4 positivos de Covid en centros de día, todos por transmisión familiar. Es decir, el usuario se contagió en casa y no lo propagó en el centro. Se ve que los protocolos funcionan, aunque el riesgo cero no existe”.
Ante la nueva ola de Covid-19, Juan Carlos Rodríguez Bernárdez, presidente de AFAGA y de la Federación Alzhéimer Galicia, es tajante. “No creo que vuelvan a cerrarnos. En los centros de día no tenemos muertos directos por Covid, pero sí indirectos por el confinamiento. Estas personas tienen que relacionarse, socializar y seguir programas cognitivos y terapéuticos. Durante cuatro meses no los tuvieron y se ha notado. El apoyo se lo damos los centros intermedios, que somos también un respaldo a la conciliación familiar. Nos reinventamos con servicios a domicilio y a distancia durante esos meses, pero no es lo mismo. Empeoraron con la falta de movilización y el aislamiento les desorientó. Causó mucha angustia, tensión y agresividad”, resume.
En este momento dos de los centros de día de la asociación en Vigo y O_Porriño tienen plazas libres, que no se cubren pese a la lista de espera:_“Las plazas del sistema de Dependencia llevan paralizadas varios meses porque los equipos de valoración y asignación de los que dependemos están sobresaturados. En cambio, el centro de Martínez Garrido en Vigo para casos leves, está completo porque lo gestiona directamente AFAGA”.
“Los centros de día ya no cerrarán aunque exista transmisión comunitaria”
Los centros de día tienen escenarios diferentes a tenor de la población donde se ubican. También funcionan con sistema semafórico, amarillo, verde y rojo en función de los contagios del área sanitaria. Una situación que conoce bien Antonio Mínguez, un vigués que dirige el centro de servicios integrales Alalas de Lugo y que es vocal de la Sociedade Galega de Xerontología e Xeriatría.
“Los centros de día no cerrarán aunque exista transmisión comunitaria, salvo que las autoridades sanitarias establezcan lo contrario. Se fijan diferentes escenarios en función del nivel de alerta respecto a actividades y grupos estables, que pasan de 10 a 5 personas en caso de nivel alto, igual que en actividades grupales. Si hay un caso sospechoso o un positivo, se pondría ese grupo estable en cuarentena, pero no se cerraría el centro, salvo decisión de la autoridad sanitaria. Estaríamos hablando de un escenario de confinamiento general probablemente”, incide.
“Pocos sitios hay con las medidas de seguridad de un centro de día”
Silvia de Cal, directora del centro Aleida, destaca “el gran esfuerzo que hemos realizado los centros de día privados para responder ante los distintos escenarios en que el Covid nos obligue a trabajar.” Indica que el contagio “es una posibilidad para todos y en todos los ámbitos, y pocos sitios hay con tantas medidas de seguridad como un centro de día” .
