Galicia cantaba, se disfrazaba y se manifestaba en las callescantaba, se disfrazaba y se manifestaba en las calles mientras el coronavirus avanzaba hacia sus puertas. El primer caso se diagnosticó oficialmente el 4 de marzo -en España fue el 31 de enero, un alemán ingresado en La Gomera; en la península fue el 24 de febrero-. El periodo de incubación puede retrotraer la invasión a dos semanas antes o incluso más, si es que los enfermos que lo habían transportado no acudieron al médico o desarrollaron la enfermedad de manera asintomática, sin percatarse de ella.
El carácter novedoso del Covid-19 provoca controversias científicas y dificulta su trazabilidad. Se discute sobre qué sistemas de medición está empleando cada país, ante datos tan divergentes en morbilidad y mortalidad. Tampoco existen estudios ya cerrados sobre las razones de la diferente repercusión por comunidades de una pandemia todavía en marcha. Ayer, Galicia registraba 162,5 contagios por cada 100.000 habitantes, muy lejos de las tasas más elevadas: 509,7 de La Rioja, 380,8 de Madrid, 336,2 de Navarra, 277,5 de Euskadi, 270,3 de Castilla y León y 248,8 de Cataluña. Aislamiento en comunicaciones o distribución poblacional pueden ser factores, pero difícilmente absolutos. En la Comunidad Valenciana, tan distinta a Galicia y donde el primer positivo se conoció el 25 de febrero, se mantiene una de las tasas más bajas: 107,6 infectados por cada 100.00 habitantes.
EN DIRECTO
Coronavirus en Galicia: última hora
Sigue las noticias sobre la incidencia de la pandemia del Covid-19 en la comunidad
La enfermedad, entonces una neumonía de origen desconocido, había trascendido desde la región china de Wuhan el 31 de diciembre. El 28 de enero había contagios en Alemania y Japón. Y el 31 de ese mes Italia ya había declarado la emergencia nacional. Mientras, en Galicia la vida se desarrollaba con normalidad. En Ourense se producía el 19 de febrero una movilización popular, con más de 500 personas, contra el proyecto de la estación intermodal y el 20 un millar de agricultores protestaban por la crisis del sector ante la Delegación del Gobierno en Galicia.
No obstante, las grandes concentraciones populares fueron en ese periodo las festivas, con el Carnaval, singularmente en poblaciones significativas como Verín, Laza o Xinzo, además de la propia de las ciudades. Lalín celebró su Festa do Cocido y Arzúa, la suya del queso.
En Galicia, los eventos masivos de mayor regularidad son los deportivos. El Celta jugó por última vez en casa el 22 de febrero, contra el Leganés (19.300 espectadores). El Deportivo y el Lugo se midieron en Riazor el 1 de marzo (25.900) y el Lugo recibiría al Cádiz el día 6 (3.500). El Obradoiro congregó a 4.966 espectadores ante el Murcia el 1 de marzo y el Frigoríficos, a 700 ante el Logroño el 26 de febrero. Al retrato hay que sumarle otras citas, como carreras populares.
No es ésta aún la época de grandes conciertos, más allá de los contratados con motivo del Carnaval. En el escenario gallego sobresalió el de Vetusta Morla, que abarrotó el Coliséum de A Coruña el 28 de febrero con 4.000 seguidores.
El debate político se centra en el Día de la Mujer del 8 de marzo, cuya celebración en la calle ya muchos expertos desaconsejaban. A la contra se esgrimen todos los partidos, congresos, mítines, misas y demás actos realizados ese fin de semana. Vigo reunió la principal manifestación gallega, con más de 50.000 asistentes. En esos momentos eran seis los infectados confirmados en la comunidad.
En Galicia, la actividad política se había centrado en las elecciones autonómicas, fijadas para el 5 de abril hasta su aplazamiento. Aunque la campaña no se había iniciado, sí la precampaña, con actos como los de Núñez Feijóo, flanqueado por Rajoy y Casado, en el pabellón ourensano de Os Remedios el 1 de marzo y el de Gonzalo Caballero en Santiago, con presencia de Pedro Sánchez, el 23 de febrero. Ana Pontón aún celebró uno en la Praza da Peixería de Vilagarcía el 11 de marzo. En qué medida estas actividades han influido en la transmisión del Covid-19, y cuáles pudieron racionalmente evitarse, es materia sobre la que se discute.
