"Hola. Soy X y soy comedora compulsiva". Con este saludo, adoptado, al igual que el programa "Doce pasos", de Alcohólicos Anónimos, arrancan las reuniones de grupo "Serenidad", los domingos, de doce a una y media de la tarde, en los locales del bajo de la parroquia de San Antonio de la Florida.

El único requisito para asistir como miembro es el deseo de dejar de comer compulsivamente. Los grupos de Comedores Compulsivos Anónimos (CCA) no son un servicio médico o psiquiátrico; tampoco tienen ideología ni siguen ningún credo. Sin embargo, su programa es "espiritual", por lo que pone énfasis en un "poder superior personal" para acudir en busca de ayuda. Cada miembro elige cuál es su poder superior.

Lo que aporta el programa son herramientas de recuperación, como un plan de comidas, el apadrinamiento, reuniones semanales y un teléfono de ayuda para superar aprender a cambiar la forma de comer. Sus miembros se dan apoyo mutuo compartiendo sus experiencias personales, manteniendo siempre el carácter voluntario y anónimo.

El programa "Doce pasos" entiende que el anonimato da la suficiente libertad para hablar de los problemas personales, pensamientos y sentimientos, ya que los miembros saben que no van a salir de las reuniones. "El grupo nos ayuda a vencer el aislamiento", afirma Loli.

Tampoco es obligatorio hablar en las reuniones si no se desea ni permanecer en el grupo si no se quiere. "Hay miembros que llevan desde el principio, otros que vienen, dejan de venir y vuelven, y otros que están dos años, un mes... La permanencia es voluntaria", explica Laura.

"Invito a todos los comedores compulsivos y a todos los que tengan dudas sobre si lo son o no a que nos visiten y nos conozcan. Los esperamos con los brazos abiertos" afirma Loli.

CCA es una organización si ánimo de lucro, que se mantiene de las aportaciones voluntarias de sus miembros. No recibe ayudas económicas de entidades ajenas.