Gloria Solé: “La teoría queer hace saltar por el aire al feminismo clásico”

La historiadora presentó en Club FARO su libro “Historia del feminismo”

“Urge una antropología seria y sin presiones para reconducir la identidad de género a la realidad”

Ángel Guerra y Gloria Solé.

Ángel Guerra y Gloria Solé. / José Lores

La historiadora Gloria Solé Romeo presentó ayer en Club FARO su libro “Historia del feminismo (siglos XIX y XX)” (editorial Eunsa), en una conferencia-coloquio introducida por Ángel Guerra, presidente de la Asociación Gallega de Bioética. Tras poner sobre la mesa la actualidad y amplitud del tema, la doctora Solé compartió su intención de “recoger los hechos del pasado para que nos ayuden a comprender mejor el presente” y estructuró su intervención en cuatro grandes bloques: introducción, recorrido histórico, situación actual y temas relevantes para la reflexión y el análisis.

Explicó que el feminismo como movimiento organizado surgió en el siglo XIX y se desarrolló en el XX por parte de grupos heterogéneos cuyo punto en común era reclamar una mayor presencia de las mujeres en la vida pública, en sectores profesionales en los que no estaban presentes y en la educación.

Más tarde realizó un breve recorrido para señalar algunos avances de las mujeres en diferentes etapas históricas dentro de la civilización occidental, la cual “se centra en tres pilares: la Grecia clásica, la legislación romana y la civilización cristiana”, expuso. Respecto a esta última, afirmó que “el cristianismo supuso avances para la mujer en campos como el matrimonio, al que calificó de un contrato en igualdad”, mejoras para las viudas y solteras y defensa del nacimiento de niñas. De la Edad Media, destacó el papel de reinas y nobles y abadesas en la fundación de hospitales, casas de peregrinos y escuelas; de la Edad Moderna aludió a la figura del Padre Feijoo y su defensa de la mujer, así como a mujeres con inquietudes sociales; respecto a la Ilustración explicó que los pensadores de la igualdad, libertad y fraternidad marginaron a las mujeres de la modernidad, aludiendo a textos de Hegel y Russeau, y las excluyeron del derecho al sufragio universal.

Solé habló de cuatro grandes etapas y bloques en el movimiento feminista surgido en la Edad Contemporánea. Por un lado estaban el feminismo liberal reformista del mundo anglosajón, que luchaba por el acceso de la mujer al voto a la enseñanza superior y al mundo laboral, el socialista, ligado a paridos de izquierdas, y el católico, cuya pretensión era acceder al mundo político y laboral si dejar de lado el cuidado de la familia.

En un segundo bloque situó al feminismo radical, cuya figura más visible es Simone de Beauvoir, con influencias del marxismo y la revolución sexual del 68. “Beauvoir decía que ‘no naces mujer, te haces mujer’, en el sentido que la sociedad te encarga tareas; ella era hostil con la maternidad y activa en manifestaciones a favor del divorcio y el aborto”, comentó. El tercer bloque al que se refirió fue el neofeminismo, con Betty Friedan, Gloria Steimen como algunas de sus exponentes, el cual “tiende a volver al cuidado de la familia y a primar el derecho a la vida de los niños, a una ética del cuidado del mundo y de las personas”.

Por último, el cuarto bloque, el de la teoría queer y la ideología de la identidad de género, con la filósofa Judith Butler como principal abanderada y los grupos LGTBIQ como defensores sostiene que cada uno elige para sí su orientación sexual y su identidad de género. Este movimiento, “el más influyente en la actualidad”, choca con el movimiento heredero del feminismo clásico, que “defiende la existencia de hombres y mujeres, ve que aceptar la existencia de una identidad binaria supone que desaparezcan las identidades femenina y masculina y hace saltar por los aires el feminismo”, explicó.

En la última parte de su ponencia, Solé habló sobre cinco temas relevantes, comenzando con la identidad de género, que trastoca los derechos humanos al no basarse en la naturaleza sino en la voluntad. “Urge una antropología seria, científica y sin presiones ideológicas para reconducir la identidad de hombre y de mujer a la realidad”, dijo. También abogó por la “protección de la vida humana”, refiriéndose al aborto como un acto de violencia sobre la mujer y el niño y declarando que “aborto y progreso son incompatibles”. Se mostró el contra de la maternidad subrogada por considerarla un “mercadeo con vidas humanas” y negando que se realice de manera altruista, del mismo modo que explicó su oposición a la regulación de la prostitución, la cual “no promueve la dignidad de las personas”. “En educación hay mucho que mejorar; en el Reino Unido no ofrecen educación sexual a los niños hasta los trece años” por los efectos negativos que tiene antes de esa edad.

Una estudiosa de los avances de la mujer

Doctora en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Complutense, Gloria Solé ha trabajado en la enseñanza la investigación en Madrid, Sevilla, Navarra y Galicia.

El tema de los avances de la mujer le interesó desde bien temprano en su carrera, ya su tesis doctoral versaba en 1981 sobre la educación femenina, en concreto sobre las primeras universitarias que a principios del siglo XX pudieron asistir a las facultades en tiempos de la Institución de Libre Enseñanza.

Presente en varios encuentros de mujeres, tuvo la oportunidad de asistir a la Conferencia de Pekín, donde aparte de conocer a feministas históricas tuvo la oportunidad de acercarse a feministas de países del Tercer Mundo, lo que le amplió su perspectiva.

Autora de diversos estudios sobre la historia de las mujeres, ha publicado, entre otros libros, “La instrucción de la mujer en la Restauración: la Asociación para la enseñanza de la mujer” , “la mujer en las comunidades europeas”, “Mujeres carlistas en las República y en la guerra”, “Feminismo y cambio social”, “La mujer en la Edad Media: una aproximación historiográfica” y “La educación de las mujeres en la primera mitad del siglo XX”.

Es integrante de la Asociación Gallega de Bioética.