Las tres ganadoras del Nobel de la Paz 2011 defendieron ayer que la concesión del premio supone un reconocimiento al "sufrimiento" y la "lucha" de las mujeres africanas y árabes y se mostraron confiadas en su creciente papel en el futuro. "Para mí el premio las representa a ellas, su sufrimiento, sus contribuciones", dijo la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, de 72 años, en la rueda de prensa que tradicionalmente se celebra en el Instituto Nobel la víspera de la entrega del premio.

Johnson Sirleaf, la también liberiana Leymah Roberta Gbowee y la yemení Tawakul Karman fueron distinguidas "por su lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y sus derechos a una participación plena en el trabajo de construcción de la paz", según el fallo del Comité Nobel noruego.

La primera presidente africana elegida de forma democrática, recordó que las mujeres de este continente han soportado "pesadas cargas" en los conflictos políticos, como violaciones o esclavitud sexual.

Su compatriota Gbowee, que contribuyó al fin de la guerra en su país y ha trabajado por aumentar la influencia de las mujeres en África, destacó que es la primera vez que éstas han recibido un reconocimiento de este tipo y que el premio servirá para darles un papel más destacado en la lucha por la paz.

"El mundo ya no excluirá a las mujeres de participar en los esfuerzos por lograr la paz, porque las habilidades y las capacidades de las mujeres han sido reconocidas", dijo.

La impulsora del movimiento pacifista y multiétnico Women of Liberia Mass Action for Peace, de 39 años, añadió no obstante que la verdadera celebración de este premio llegará dentro de veinte años, "cuando miles de mujeres ejercerán de líderes en todo el mundo".

Muy optimista se mostró también Karman, la más joven en ganar el premio con 32 años y que ha jugado un papel central en la lucha por los derechos de las mujeres y por la democracia y la paz en su país, además de liderar el grupo de Mujeres Periodistas Sin Cadenas.

"Se ha acabado el tiempo en que las mujeres eran las víctimas", afirmó Karman, quien cree que este premio refuerza no sólo a las mujeres africanas y árabes, sino a las de todo el mundo.

Karman animó a las mujeres a participar "en crear un mundo con libertad, igualdad y amor", "sin dictaduras ni corrupción, con paz, democracia y buen gobierno", un mundo "de paz", y dirigiéndose al Comité Nobel noruego, les dijo que "no van a lamentar la elección que han hecho". La activistase refirió también a la situación de su país, al que ahora "respetan" en el mundo por las protestas populares, cuando antes el 99% de lo que se escribía sobre él tenía que ver con el terrorismo, según ella.