Desde su puesto de trabajo disfruta de unas vistas privilegiadas de la polémica cúpula de Barceló –"Es diferente y de momento no se cae", bromea–, y asiste a los debates entre los grandes dirigentes que marcan el devenir mundial. La viguesa Mónica Varela-García es la única intérprete gallega en las cabinas españolas del Palacio de las Naciones, la sede de la ONU en Ginebra. "Casi todos son catalanes", revela sobre sus compañeros esta joven que vierte al español las lengas francesa, inglesa y alemana.

La Sala de los Derechos Humanos donada por España es una de las 34 de las que dispone el edificio, que acoge entre seis y siete conferencias diarias. "Al principio es duro, pero el rodaje te ayuda. Se necesita agilidad mental y saber de todo. El lunes te puede tocar una reunión sobre mercancías peligrosas, el martes tienes que estar el consejo de derechos humanos, y el miércoles, en el comité contra la tortura con juristas y forenses", enumera.

Hay reuniones de "mucha tensión" como las que abordaron la ofensiva israelí en Gaza –"Te consumes mucho", admite–, pero trabajar en la ONU tiene muchas contrapartidas, entre ellas, viajar alrededor del mundo. Mónica no ha estado en la Cumbre de Copenhague porque fue mamá por segunda vez hace unos meses, pero sí participó en la reunión preparatoria de Barcelona del pasado noviembre y en 2005 asistió a la conferencia sobre el clima de Montreal. "El debate acabó a altas horas y a mí me tocó trabajar de dos a cinco de la madrugada. Cuando se alcanzó un acuerdo, se nos saltaron las lágrimas" recuerda.

En otras ocasiones, los intérpretes viajan con los expertos de la ONU. Hace unos años, la viguesa acompañó a Alemania al relator sobre educación Vernon Muñoz después de que el informe PISA arrojase malos resultados sobre el país.

Casi siempre se desplaza con su marido Jesse, también intérprete, pero de la cabina francesa. "Somos los únicos gallegos aquí", destaca. Ambos se conocieron en la sede de la ONU en Viena, donde trabajaron hasta 2005. Él es hijo de gallegos emigrados a Suiza y ella también nació en la diáspora, en Alemania, pero se trasladó a Vigo en 1991 a los dieciocho años.

Acabados sus estudios de Traducción en la universidad olívica, cursó un máster en La Laguna y en el 97 viajó a Ginebra con una beca Barrié para estudiar en la prestigiosa Ecole de Traduction et Interpretation. "La traducción simultánea nació durante los juicios de Nuremberg y esta escuela fue una de las primera en formar a intérpretes de élite", explica.

Al terminar, trabajó como freelance y en 2001 aprobó las duras oposiciones de la ONU. "Estoy contratada hasta 2032", comenta. Su primer destino fue la sede de la capital austriaca. Vivía en pleno centro, "a dos pasos de la Ópera", e incluso su médico era el mismo por cuyas manos pasaban Caballé o Carreras. "Deberíamos cuidarnos la voz tanto como ellos, pero no lo hacemos", confiesa.

A pesar de que en Viena "se respiraba historia", Mónica prefiere el cosmopolitismo de Ginebra. Por eso a ella también le ha sorprendido el reciente referéndum sobre los minaretes de las mezquitas: "Mucha gente está muy decepcionada. Podría ocurrir que el asunto acabase siendo debatido en la ONU".

Cine y realidad

La viguesa no teme verse algún día en la piel de Nicole Kidman, quien dio vida a una intérprete que escuchaba por casualidad en la sede de la ONU de New York una conspiración de asesinato. "Es imposible que ocurra algo así porque al acabar las reuniones los equipos se apagan automáticamente y las cabinas se cierran con llave", aclara.

Aun así, sus jornadas de trabajo no carecen de momentos emocionantes: "En una ocasión el secretario general anterior, Kofi Annan, nos vino a saludar y me sorprendió su amabilidad. Tiene un carisma que impresiona". Otro de los personajes que la han deslumbrado es el presidente brasileño, Lula da Silva. "Pocas veces he visto a gente tan convencida de erradicar la pobreza", admite.

Asistir a estos foros al más alto nivel la convierte en una apasionada defensora de las Naciones Unidas: "Sin ella el mundo estaría mucho peor. Es una maquinaria muy grande y puede dar la imagen de que tarda en ponerse en marcha, pero su trabajo es muy importante. Lo veo a diario".