Róisín Murphy reúne en una misma persona la condición de magnífica compositora e intérprete, un pasado sonoro glorioso y relativamente transversal por ser integrante del recordado grupo Moloko, una carrera artística en solitario donde a su alabada vertiente musical ha añadido una tendencia hacia el mundo de la moda y la imagen que la ha convertido en icono y referen­cia para una parte de la audiencia. Y a todo ello, su condición de mujer que ha desarrollado y afianzado una carrera y una visibilidad de arraigada personalidad femenina.

Su vida familiar, su orden de prioridades y su manera personal de plantearse el día a día habían hecho que la cantante, productora, diseñadora, compositora y ocasional modelo irlandesa desde hacía ocho años no publicara ningún álbum nuevo con material original propio. Ahora, hace unas semanas, la artista ha roto ese silencio con 'Hairless Toys', lo que la ha metido de nuevo en el circuito de las giras y las promociones, oportunidad que el festival Sónar no ha desaprovechado: la ha incorporado al programa de la edición que arranca este 18 de junio en Barcelona como una de sus indiscutibles cabezas de cartel. Con artistas como Murphy, el Sónar de este año presume especialmente de su "factor femenino".

Nacida en la localidad irlandesa de Arklow hace 41 años, Róisín Murphy se introdujo en el que iba a ser su futuro campo de operaciones profesionales cuando a los 18 años trabó conocimiento en una fiesta en la ciudad de Sheffield con el ­productor Mark Brydon. Ella misma ha contado en repetidas ocasiones, y nadie la ha desmentido, que en ese encuentro con el que luego sería su ­pareja y la otra mitad del mencionado grupo Moloko, la joven le espetó a modo de presentación: ­"¿Te gusta mi jersey apretado? Mira cómo se ajusta a mi cuerpo".

La excomponente de Moloko y autora de ´Overpowered´ promociona ´Hairless Toys´, después de que hacía ocho años que no publicaba álbum nuevo con material original propio.¿Te gusta mi jersey apretado? Mira cómo se ajusta a mi cuerpo"

Esa toma inicial de contacto derivó en uno de los capítulos más atípicos del trip hop, Moloko, un dúo que creó una legión de seguidores con su adictivo y rítmico dance. Esa apuesta, tan epicúrea, dio vida y luz a cuatro álbumes entre 1995 y el 2003 y a un par de bombazos que devinieron clásicos de la música de baile finisecular como The Time Is Now y Sing It Back.

Persona agradecida, la artista irlandesa, efectivamente, se estrenó en solitario en el 2005 con un disco todavía inolvidable, Ruby Blue, donde además de su contenido sonoro también llamó la atención su portada, en la que aparecía un retrato suyo envuelta en lentejuelas.

Lo mejor, en términos musicales, aún estaba por llegar, y así en el 2007 Murphy se consagró definitivamente con el sensacional Overpowered, un álbum de dance pop con el que hizo tambalear el dominio del pop más masticable y previsible en la escena británica y continental.

Desde aquel entonces han pasado ocho años, y ella no ha parado. "Llegó un momento en que los acontecimientos de mi vida privada tomaron mayor protagonismo, y las prioridades cambiaron, pero todo sin mayores cálculos", comenta la cantante.

La presencia de Róisín Murphy en el festival Sónar no tiene el valor de lo excepcional sino que es fiel reflejo de una apuesta clara del certamen nacido en su día como de música avanzada y arte multimedia. Una apuesta por situar de forma visible a las artistas femeninas también como protagonistas de una escena musical hasta hace relativamente poco casi monopolizada por los intérpretes y los compositores masculinos.

FKA twigs, Yolandi Vi$$er, Holly Herndon, Kate Tempest...

El segundo ejemplo que esgrime Palau para ilustrar este desembarco con vocación protagonista es el de la británica FKA twigs, "que sin duda es el personaje del año en esta parcela musical", subraya Palau. No anda errado, porque Tahliah Debrett Barnett (que es el nombre real de la artista) es a sus 27 años una cantante, compositora, productora y bailarina en la cresta absoluta de la ola: "Primero cautivó por su presencia, por su enorme poder de atracción visual, y ahora convence con un show donde aglutina aspectos de la danza contemporánea, y en este aspecto, por ejemplo, la cuestión femenina tiene una importancia decisiva", apunta el codirector.

La espectacular Yolandi Vi$$er, la mitad del fascinante dúo sudafricano Die Antwoord "se ha convertido en un icono hoy por hoy por transgresión y provocación, pero sobre todo por su inteligencia y por tener una línea artística muy bien llevada".Yolandi Vi$$er se ha convertido en un icono hoy por hoy por transgresión y provocación

No le anda la zaga, sino todo lo contrario, la completísima Holly Herndon, una compositora estadounidense que al gran público igual no le suena de nada, pero a la que le preceden la fama y el respeto entre los entendidos. Vendrá a Barcelona a presentar "un disco muy curioso", en palabras del codirector del festival, y lo hará en concierto show y también en conferencia.

Mucha luz propia emana también la bastante inaprehensible Kate Tempest, asombrosa vocalista que defiende con vehemencia su ADN de poeta en forma de un discurso literario que bascula entre la poesía y la crónica urbana. Su puesta en escena es la otra mitad del invento donde se dan la mano el hip-hop sin ninguna convención y el spoken word.

"Quieran o no, se trata de mujeres que marcan tendencia porque son muy fuertes de carácter y con las ideas muy claras, porque lo que hacen exige tener esas dos cosas", siguen razonando Palau. El Sónar tendrá lugar los próximos días 18, 19 y 20 en Barcelona y suma otras convocatorias en cuatro ciudades sudamericanas a finales de año.

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