La Policía atribuye un presunto delito de homicidio a Julio Araújo en el caso de Sonia Iglesias. El hombre, pareja de la pontevedresa y padre de su hijo, llegó esta tarde a declarar en calidad de investigado a la comisaría de Pontevedra, después del intenso registro de doce horas que las fuerzas de seguridad realizaron ayer en una finca familiar próxima al cementerio de San Mauro, en la ciudad del Lérez. Hoy, los agentes volvían a la misma parcela para continuar peinando el terreno, donde se ubica una casona, una fosa séptica y un pozo.

El que fuera pareja de la joven y principal sospechoso del caso salió en libertad de la sede policial pasadas las seis de la tarde -permaneció alrededor de una hora en la comisaría-, momento en el que su hermano, que también fue requerido, entró en el edificio junto a su abogado. Los dos están investigados a nivel policial, pero no judicial. El letrado Jesús Santaló explicó que la pareja de Sonia Iglesias se acogió a su derecho a no declarar. La Policía le atribuye ahora un presunto delito de homicidio.

El letrado se mostró "un poco sorprendido" por esta investigación. Y explicó que Julio Araújo acudía en calidad de investigado inicialmente por detención ilegal, el mismo cargo que en su día lo mantuvo imputado -la causa se archivó en 2015 y él fue desimputado-. "Esto es un poco precipitado", remachó.

La cautela en torno a este caso es total. El comisario de Pontevedra, Manuel Bouzas, apuntaba en torno a las 11.00 de esta mañana que "no hay nadie detenido". "No puedo hacer declaraciones, la cosa está muy complicada", añadía. La causa que dirige el Juzgado Nº 3 de Violencia sobre la Mujer se desarrolla bajo secreto. También esta mañana la Policía llevó a los juzgados de A Parda los indicios obtenidos ayer durante el registro en la casa de San Mauro. La búsqueda que realizan hoy los agentes se ha ampliado a la capilla de San Mauro. En concreto, a una vieja alcantarilla que discurre bajo el templo.

Julio Araújo llega a declarar

Julio Araújo llega a declarar

Registro en una finca familiar

No es la primera vez que los investigadores fijan su mirada en este inmueble anexo a la capilla de San Mauro. La vivienda de piedra, de dos plantas y una amplia finca de unos 800 metros cuadrados, ya había sido objeto en el pasado de un registro policial, aunque no tan intenso como el de ayer, cuando lo tomó un ejército de policías. En aquel entonces, se encontró en este inmueble una pistola antigua que los investigadores descartaron, al menos inicialmente, que pudiera tener interés para el caso.

Se trata de una vivienda en la que convivió Sonia Iglesias con Julio Araújo en el pasado. De hecho, tiempo después estuvo habitada por uno de los hijos de Julio (fruto de su relación anterior) y desde hace años se encuentra ya deshabitada. Hace también bastante tiempo que de la fachada del inmueble cuelgan varios carteles que indican que está a la venta, aunque sin éxito. El dispositivo policial y mediático llamó la atención de los vecinos quienes confirmaron que la Policía Nacional ya había estado con anterioridad en la vivienda, pero "nunca tantos como esta vez", explicaba una residente en la zona.

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Reapertura del caso Sonia Iglesias

La toma de declaraciones a Julio Araújo y a su hermano como investigados se enmarcan dentro de la reapertura del caso, algo que trascendió ayer tras conocerse que la Policía estaba peinando la vivienda en la que Julio Araújo, Sonia Iglesias y su hijo en común habían convivido durante algún tiempo.

En todo caso, el mutismo es prácticamente absoluto tanto entre los agentes de la Policía Nacional como la Fiscalía y también el juzgado. Desde el Tribunal Superior de Xustiza se informó ayer de que la magistrada titular del juzgado de instrucción tres que lleva el caso advertía de que no se iba a trasladar ningún tipo de información en torno al operativo, dado que las nuevas diligencias están declaradas secretas y al entender que "cualquier información puede afectar negativamente a la causa".

Sonia Iglesias desapareció el 18 de agosto de 2010. Tras intensas batidas y sucesivos interrogatorios, en julio de 2012, la UDEV de la Policía Nacional completa un informe en el que destaca diversos indicios que apuntan a Julio como posible implicado. Ciertas incongruencias o el posicionamiento de su teléfono móvil en la mañana de la desaparición en el entorno del Monte Castrove, un "lugar apropiado para ocultar un cadáver", algo que no coincidiría con los movimientos que él afirmó haber realizado ese día. La defensa de Julio insistía, no obstante, en que ese dato no podía considerarse como un indicio sólido, dado que la triangulación en las antenas del móvil de Julio salta ese día en cuestión de minutos de un punto tan lejano como O Castrove a pleno centro de Pontevedra o Mourente.

Lo cierto es que Julio Araújo acudió a declarar como imputado y, como consecuencia de ello, en 2013 el caso lo asume el juzgado que actualmente investiga lo sucedido: Instrucción 3, que es el órgano especializado en violencia de género en el municipio. La magistrada intenta dar un nuevo impulso a la investigación y cita a declarar otra vez a Araújo y a nuevos testigos pero poco aportaron estas diligencias al caso. Así, en agosto de 2015 el juzgado decidía archivar el caso. Una decisión que fue recurrida por la acusación particular que ejerce la familia y por la Fiscalía, pero la Audiencia Provincial confirmó el archivo provisional de la causa como había decretado el juzgado, así como la realización de nuevas diligencias solicitadas por el Ministerio Público como someter a Julio Araújo al denominado "test de la verdad" o la prueba neurofisiológica P-300.

Aquel archivo implicó la desimputación de Julio Araújo y que el caso tan solo volvería a abrirse si aparecieran nuevas pruebas que justificasen la realización de nuevas diligencias, algo que ha ocurrido en los últimos meses y que ha llevado a los investigadores a la casa de San Mauro y a la pareja de Sonia Iglesias a su calidad de imputado. Esta vez, por homicidio.