Las peluquerías y barberías arousanas recuperan el ritmo tras el parón provocado por el estado de alarma. Algunas reabrieron sus puertas el lunes y otras lo hacen a medida que avanzan los días y se dotan de todo tipo de medidas de protección frente al coronavirus.

"Es nuestra responsabilidad proteger a nuestros clientes y a nosotros mismos, y no se trata solo de adoptar medidas preventivas para ajustarnos a lo que nos marca el Gobierno, sino que es una cuestión de sentido común", manifiestan los integrantes de este castigado gremio, sometido a importantes gastos y ahora a expensas de un proceso de desescalada que "se hará muy cuesta arriba".

Ana Mato es una de las peluqueras más reconocidas de la comarca. Esta grovense dispone de un centro de estética en la vilagarciana Praza da Independencia que hoy mismo reabre sus puertas. No lo hizo antes porque tuvo que emplearse a fondo durante días para adaptar sus instalaciones y, sobre todo, hacer acopio de capas, guantes, gorros, tijeras, toallas, cepillos y un largo etcétera de productos desechables con los que afrontar esta nueva etapa con máximas garantías.

EN DIRECTO

Coronavirus en Galicia: última hora

Sigue las noticias sobre la incidencia de la pandemia del Covid-19 en la comunidad

Como otros muchos profesionales del sector, tuvo que invertir una importante suma económica para adquirir ese material y ofrecer a sus clientes no solo un buen servicio, sino también la máxima protección frente al Covid-19.

Pensando en ellos, en ella misma y en sus empleados se ha ceñido de manera escrupulosa a las recomendaciones dictadas por las autoridades sanitarias y a las guías de trabajo difundidas por la Xunta y colectivos como UPTA.

Al igual que en otras peluquerías, la meca ha diseñado un protocolo de limpieza y desinfección más estricto de lo habitual y adaptado a la situación de alarma sanitaria, lo cual incluye la reorganización de las zonas de trabajo, la atención al público solo mediante cita previa o la reducción del número de clientes que son atendidos a la vez en su sala, para así garantizar, siempre que sea posible, el mantenimiento de la distancia social.

Hacia la nueva normalidad

Adoptar importantes medidas de higiene personal y respiratoria, que cada estilista disponga de su propio material de trabajo, la correcta desinfección del mismo después de atender a cada uno de los clientes, evitar el uso de anillos, pulseras o relojes, aumentar la frecuencia de limpieza y desinfección del salón o retirar todas las revistas para evitar que se conviertan en una posible vía de transmisión del virus son solo algunas de las acciones a las que deben hacer frente las peluquerías en este camino hacia la nueva normalidad.

Al igual que deben establecer un horario de atención preferente para mayores de 65 años, poner gel hidroalcohólico a disposición de los clientes y gestionar correctamente los residuos generados.

Ana Mato, que además incide en que "no se trata solo de tener material desechable, sino de tenerlo de la mayor calidad posible", es una de las trabajadoras autónomas que han asumido tales recomendaciones con rigor, convencida de que "solo actuando correctamente y poniendo todos de nuestra parte podremos salir airosos de este episodio tan grave".