La empresa Noroeste Sub, dirigida por Pablo Méndez y fundada hace once años en Ardia (O Grove), se encarga habitualmente de todo tipo de inspecciones en los emisarios submarinos de ayuntamientos, conserveras, depuradoras y similares, además de prestar infinidad de servicios ligados a la industria naval en las diferentes rías gallegas y también lejos de la comunidad. El remolque de embarcaciones y su rescate cuando están en apuros o ya hundidas, es solo una parte del trabajo. Eso es lo que hace ahora con los restos del "Boramar", aunque ya afrontó trabajos mucho más complicados, entre ellos la reflotación en el puerto de Vilagarcía de Arousa del motovelero "Carmen Barcia".

Aquel buque, construido en 1953 en un astillero de Outes (A Coruña) con 350 toneladas de peso, 31,50 metros de eslora, 7,10 de manga y 3,6 de calado, se había hundido hace cuatro años como consecuencia de un fallo en la bomba de achique, tras permanecer dos décadas amarrado en la dársena vilagarciana.

Fue muy complicado sacarlo a flote. Tanto que fue preciso emplear como sistema de flotación cinco globos con una fuerza de 1.500 kilos colocados en el costado de babor y otro de 5.000 kilos, en el de estribor, así como dos "aerolines" -en la quilla- y seis bombas de achique de 12 caballos de potencia cada una para desaguar a un ritmo de 3.300 litros por minuto, hasta lograr el vaciado total. Con lo que queda del "Boramar" no será necesario tanto esfuerzo.