Archivada la causa del accidente mortal del río Lérez: “No hubo conducta peligrosa” del chófer

El Juzgado de Instrucción 1 rechaza el informe de la Guardia Civil que atribuyó el siniestro, con siete fallecidos, a un exceso de velocidad: “No consta ninguna infracción de tráfico”

Una grúa retira el autobús siniestrado en el puente de Pedre.

Una grúa retira el autobús siniestrado en el puente de Pedre. / Bernabé

La causa judicial abierta desde hace año y medio por el accidente ocurrido en la Nochebuena de 2022 al caer un autobús al río Lérez en el puente de Pedre, en Cerdedo-Cotobade, con siete pasajeros fallecidos, ha quedado archivada. La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Pontevedra, ha acordado el sobreseimiento libre del caso y exonera de responsabilidad penal al conductor, Carlos Monzón, porque “no existe indicio alguno de la comisión de una imprudencia”.

El auto, fechado el pasado día 10, sostiene, después de las pruebas practicadas, que “el conductor del autobús ha desarrollado su conducción sin que se haya acreditado mínimamente que haya superado el limite de velocidad establecido”, y “su conducta no puede tacharse de peligrosa”. Añade que “como no ha sido así, tampoco se le puede achacar que haya tenido una falta de previsión del riesgo”. Además, “no consta cometida ninguna infracción de las normas de tráfico, ni siquiera relativa a la velocidad, y por lo tanto, no es posible establecer una relación de causalidad objetiva entre el resultado lesivo y la conducción” del hasta ahora investigado.

El accidente se produjo el 24 de diciembre de 2022 en el kilómetro 66,8 de la carretera N-541 cuando el autobús que realizaba el trayecto entre Lugo y Vigo se precipitó al río Lérez en medio de un gran temporal de lluvia y viento. Sobrevivió el conductor y de los ocho pasajeros solo salió con vida una mujer, Rosario González. A raíz de este accidente se generó una gran movilización para exigir la mejora de esa carretera, materializada en el “pacto de Pedre” de varios alcaldes de la zona, y el Ministerio de Transportes reformó el puente donde se produjo el accidente, unas obras que finalizaron hace unos días.

Paralelamente, se abrió un proceso judicial, dirigido desde el juzgado pontevedrés, con el conductor como único investigado, mientras que la Guardia Civil de Tráfico llevaba a cabo una investigación. Su principal conclusión es que el siniestro se produjo por un exceso de velocidad por parte de Monzón, una conclusión que siempre rechazó de plazo su abogado y que ahora rebate la magistrada.

Discrepancias

En el auto, contra el que cabe aún recurso, dice textualmente que “del examen del resultado de todas las diligencias practicadas y, especialmente, del examen del informe pericial, este órgano instructor llega a una concusión diferente (al del atestado de la Guardia Civil), discrepando, por ello, de la conclusión del informe pericial”. añade que “según se dice en el informe, no se puede establecer a qué velocidad circulaba el autobús en el momento de siniestro, pero sí se sabe que 860 metros antes su velocidad era de 90 km/h, y dado que desde la última parada hasta el kilómetro 66 la velocidad media fue de 66 km/h, el conductor varió la velocidad en algunos tramos de dicho recorrido. Es decir, si no se sabe a qué velocidad circulaba el conductor en el momento del siniestro, pero sí se sabe que la velocidad media durante el trayecto desde la última parada fue de 66 km/h, no se entiende por qué se afirma rotundamente que el conductor no había adecuado la velocidad de su vehículo cuando las condiciones meteorológicas y del firme eran muy adversas; ya lo había hecho antes. Por otra parte, si la causa eficiente del siniestro fue únicamente la velocidad del vehículo, sorprende que el día anterior en el que la velocidad del conductor era de 91 km/h no se hubiese producido un accidente, ya que, según se concluye en el informe, la climatología y la vía tuvieron protagonismo, pero no como para ser causa del accidente”.

El auto judicial hace referencia al testimonio del chófer y de la otra superviviente, pero sobre todo analiza el atestado de la Guardia Civil, donde se dice que “es imposible determinar la velocidad a la que se produjo el siniestro vial en base a los registros del tacógrafo debido al estado en el que se encontraba la unidad”.

En el apartado del “factor humano” se insiste en que “no es posible determinar la velocidad a la que circulaba el autobús en el punto kilométrico 66,860 (punto en el que se produjo el accidente), aunque sí se sabe que 860 metros antes su velocidad era de 90 km/h. Desde la última parada efectuada hasta el kilómetro 66 (como se dijo, punto en el que se pierde la señal GPS y que dista 860 metros antes del punto del accidente) la velocidad media fue de 66 km/h, por lo que el conductor del autobús varió la velocidad en algunos tramos de dicho recorrido”.

Vehículo y climatología

También se analizaron las condiciones de la carretera y el sistema de seguridad del puente, donde se detectó algún defecto, mientras que las condiciones climatológicas de aquel día, muy adversas, provocaron “una acumulación de agua pluvial en el carril sentido Pontevedra de la carretera N-541 en un punto anterior al inicio del viaducto sobre el río Lérez y a la junta de dilatación. Se produjo una lámina de agua de 27 metros a causa de las intensas precipitaciones y el punto de inicio de tal lámina de agua se situó a 15 metros del punto fijo del inicio del sistema de contención de vehículo sentido Pontevedra, y no había hendiduras trasversales o esviadas en la superficie del pavimento que facilitaran la circulación del agua acumulada hacia los puntos de desagüe. La estación meteorológica situada en A Lama en la hora previa a las 21 y 22 recogió valores de 124 y 60 mm respectivamente (>60 mm/h: intensidad torrencial), la acumulación en 24 horas fue de 970 mm”.

Instantes antes del accidente, el conductor “llevaba acumuladas 2:05:58 horas, incluyendo los tiempos de parada”, no hizo uso del teléfono y el vehículo había pasado la ITV dos meses antes del siniestro, con neumáticos en buen estado y con los sistemas de seguridad instalados, por lo que tampoco se puede atribuir el accidente a un fallo mecánico. El auto no determina las causas, aunque la defensa del conductor siempre aludió al “aquaplaning” por exceso de agua en el asfalto.

El “relevante” testimonio de la única pasajera superviviente

El auto de la magistrada apoya sus argumentos, en parte, en el testimonio de Rosario González, la única pasajera que sobrevivió al accidente y que viajaba justo detrás del conductor y llevaba puesto el cinturón de seguridad. Apunta que “su declaración es relevante por ser la única superviviente, aparte del conductor investigado”. La mujer declaró, en cuanto a un posible exceso de velocidad del conductor, que cuando sintió el golpe le dijo al conductor “qué pasa” y este le dijo que no controlaba el autobús; que el golpe que notó fue como dar con una valla o algo, le preguntó si se había dormido o le pasaba algo, que fue como si patinara; que durante el trayecto el vehículo iba circulando normal, con velocidad constante; que considera que el conductor circulaba correctamente, no notó que diera volantazos o frenazos, que la sensación que notó antes del golpe fue como si resbalara”, Agrega que a preguntas de la defensa “reiteró que para ella el conductor iba atento y despacio en la conducción, que al coger las curvas no iba rápido, iba despacio y a menos velocidad que en la recta, “para ella”. Para la magistrada, “lo relevante” de esta declaración es que, “en definitiva, viene a corroborar la inexistencia de indicios fundados de que el conductor circulaba a una velocidad tal que pueda tacharse de imprudente. Es una declaración, lógicamente, basada en su percepción de pasajera, pero no está en contradicción con el informe técnico”.

Los alcaldes del “pacto de Pedre” quieren reunirse con el delegado del Gobierno

Los alcaldes del “pacto de Pedre” que nació tras este accidente y que reclaman una mejora integral de la carretera N-541, se ha reunido en O Carballiño con presencia de regidores y representantes de los concellos de Boborás, Beariz, Punxín, O Irixo, Maside, O Carballiño y Cerdedo-Cotobade. Los asistentes acordaron “seguir impulsando gestiones políticas y reuniones al más alto nivel para continuar reivindicando ante el Gobierno de España la mejora integral de la carretera nacional N-541, como administración titular de este vial estratégico que une y comunica las provincias de Pontevedra e Ourense”, según indica el Concello de Cerdedo-Cotobade. Así, se solicitará una entrevista con los subdelegados del Gobierno en Pontevedra y Ourense y el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, con el fin de “hacerle llegar de forma directa y desde el máximo respecto institucional las reivindicaciones de los alcaldes del pacto de Pedre”

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