Adif necesita aún un permiso de Augas de Galicia para poder suprimir los pasos a nivel de Praceres

Las obras se adjudicaron hace más de un año y solo hubo sondeos en mayo de 2023 | La Xunta dice que ultima esa autorización para un proyecto que “afecta a un arroyo en esa zona, donde son frecuentes las inundaciones”

Un tren de mercancías circula por la plaza de Praceres camino del Puerto.

Un tren de mercancías circula por la plaza de Praceres camino del Puerto. / Rafa Vázquez

Es una obra que ni vecinos ni Concello quieren ya que “dejaría la plaza peor de cómo está”. Sin embargo, los trabajos están adjudicados desde hace más de un año, por más de nueve millones de euros, y una sentencia judicial obliga a ejecutarla. Se trata de la eliminación de los polémicos pasos a nivel de Praceres, por los que pasa el ramal ferroviario al Puerto. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), firmó en marzo de 2023 el contrato con las empresas Extraco y Civisglobal y en mayo se realizaron algunas catas y sondeos. Pero desde entonces, once meses después, no se ha movido una piedra en esa zona.

La razón que esgrime Adif es que “actualmente se está a la espera de los informes favorables de Augas de Galicia”. Este ente estatal apunta que esa autorización es necesaria para “ejecutar las estructuras y reordenación de viales que contempla el proyecto”. Así se detalla en una respuesta oficial a FARO. La Xunta admite que ese permiso aún no se ha otorgado, un año después de adjudicarse las obras, pero asegura que su concesión es inminente. Asegura que “Augas de Galicia ultima la resolución relativa a la solicitud de Adif, que prevé concluir y notificar en los próximos días”.

De este modo, habría luz verde para comenzar esos trabajos. No obstante, Adif parece referirse sobre todo a la necesidad de modificar la rotonda de Praceres de la PO-546, mientras que Augas de Galicia indica que “hay que tener en cuenta que la actuación afecta a un arroyo existente en la zona, donde son frecuentes las inundaciones y es necesario adecuar el proyecto a esa situación, como ya se le trasladó a Adif”.

La modificación de la carretera autonómica PO-546 para trasladar la rotonda de acceso al barrio es imprescindible para disponer de espacio en el que ejecutar uno de los túneles subterráneos previstos. En su día la Xunta explicó que esa actuación, “necesita informe y una autorización de la Axencia Galega de Infraestruturas (AXI)”. Se supone que ese permiso ya está en manos de Adif, pero aún aguarda por el de Augas de Galicia.

“Hay que tener en cuenta que la actuación afecta a un arroyo existente en la zona, donde son frecuentes las inundaciones y es necesario adecuar el proyecto a esa situación, como ya se le trasladó a Adif”.

Augas de Galicia

Otro factor a tener en cuenta es que la consellería tiene en marcha un plan de más de 6 millones para humanizar toda la PO-546, por lo que es necesario coordinar ambas obras. Es otra obra que acumula un notable retraso, ya que su proyecto definitivo se aprobó en junio de 2023 y su licitación se anunció en varias ocasiones, la última para este mes de abril.

La eliminación de los pasos a nivel tiene el objetivo de cumplir una sentencia del Tribunal Supremo en 2007 y que declaraba ilegales estos cruces en superficie con la línea del tren a Marín. La solución elegida disgusta enormemente a vecinos y Concello de Pontevedra, al enterrar los pasos de vehículos y peatones y mantener el tren en superficie.

Una vez que comiencen las obras, que si no hay sorpresas, sería en cuestión de semanas, la UTE de empresa dispondrá de un plazo de ejecución de 18 meses para realizar la compleja intervención que intentará, además, interferir lo menos posible en tres tipos de tráficos: los peatonales en toda la zona de Estribela, los rodados en la carretera vieja de Marín y en todo el ámbito afectado (incluido el acceso al colegio Sagrado Corazón y al núcleo de O Cabo) y los tránsitos ferroviarios del Puerto de Marín que, además, últimamente están en ascenso.

El plan de trabajo presenta un desarrollo de las obras en cinco fases, divididas entre los 18 meses de duración de la obra. Algunas de ellas de ejecución simultánea. Los primeros 15 días serían de trabajos previos para comenzar posteriormente por la primera fase en la que se procedería a la construcción de la nueva calle Areal, que sustituirá a la actual, así como un depósito de bombeo. Su construcción no interferirá en el tráfico.

La fase dos daría comienzo casi simultáneamente con la primera y en este caso sí que podría conllevar ya afección al tráfico puesto que se ejecuta la mitad este de la nueva glorieta prevista en la carretera vieja de Marín, el enlace de esta con la propia avenida de Montero Ríos, el nuevo tramo de la calle de la Iglesia y la práctica totalidad del vial de conexión entre rotondas. Esta fase incluye ya intervenciones complejas como la construcción de un muro provisional de sostenimiento de casi tres metros de altura para poder ejecutar la mitad de glorieta y bajar la cota.

Estructuras

La fase tres, prevista en el diagrama para el tercer mes de obras, ejecutaría la mitad oeste de la rotonda, es decir, el tramo de la calle de la Playa y la conexión entre rotondas. La fase cuatro, siempre según este plan inicial de Adif, sería la más complicada pues supone la ejecución de la estructura del paso inferior y pozo de bombeo de la calle de la Playa quedando este vial cerrado al tráfico.

El cierre de este único acceso al colegio Sagrado Corazón y a las viviendas se prevé solventar con la construcción de un “camino provisional en la zona del Puerto” por lo que habrá que ocupar temporalmente terrenos portuarios para habilitarlos. Adif subraya la necesidad de separar los tráficos peatonales de los de vehículos a motor debido a la estrechez y falta de espacio, así como la necesidad de señales y control minucioso de los cruces sobre la vía en los momentos de pasos de convoyes desde el Puerto.

La obra habrá superado su momento crítico a finales del décimo tercer mes, con la fase cinco de reposición del camino provisional en el Puerto, demolición de la vieja calle Areal y de la calle de la Iglesia en el tramo paralelo a la vía y actuaciones de restauración paisajística y urbanística. Se destinarán otras dos semanas al final para limpieza y acabados.

Las principales labores de restauración urbanística y paisajística tienen que ver con una de las cuestiones más polémicas como es el cerramiento del ferrocarril a su paso por la plaza de Os Praceres, de forma que se divide el barrio en dos. Un cerramiento con pantallas de policarbonato a los lados de las vías y otra vegetal además del acerado de las calles, iluminación y el diseño de distintas zonas verdes.

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