El Cristo Resucitado se reinventa bajo techo para cerrar una lluviosa Semana Santa

La procesión del Encuentro de las imágenes de Jesús resucitado y de su madre la Virgen se suspendió y se cambió por un acto en el interior de la iglesia de San José de Campolongo

Acto celebrado ayer en la iglesia de San José.   | // RAFA VÁZQUEZ

Acto celebrado ayer en la iglesia de San José. | // RAFA VÁZQUEZ / Cristina Prieto

Los actos religiosos de la Semana Santa pontevedresa finalizaron ayer con una nueva suspensión por las inclemencias meteorológicas. En esta ocasión fue la procesión del Encuentro de Jesús Resucitado con su madre la Virgen María la que no se celebró por precaución ante las previsiones de lluvia. En su lugar, tuvo lugar un acto simbólico en el interior de la iglesia de San José de Campolongo, escenificando el encuentro de las imágenes que se iban a encontrar en la plaza de A Ferrería.

El Cristo Resucitado se reinventa bajo techo para cerrar una lluviosa Semana Santa

El Cristo Resucitado se reinventa bajo techo para cerrar una lluviosa Semana Santa / Cristina Prieto

En la procesión de Cristo Resucitado participan desde hace años cuatro imágenes que salen de las diferentes parroquias de la ciudad y se encuentran en la plaza de A Ferrería, donde se retira a la Virgen su manto negro y se forma una única procesión que finaliza en la iglesia de San José. Se trata de las imágenes de Nuestra Señora del Amor Hermoso, Jesús Resucitado, San Juan y María Magdalena.

Las inclemencias meteorológicas obligaron a las cofradías a reiventarse para poner el mejor cierre posible a una Semana Santa marcada por la lluvia, convirtiendo la procesión de ayer en una representación del encuentro en el interior de la iglesia de San José, con la participación de numerosos fieles.

El fin de semana previo al período penitencial se desarrolló bajo una ola de calor que permitió que se celebraran las dos primeras procesiones de esta época. El viernes 22 de marzo salió la procesión de la Virgen de los Dolores, que recorrió varias calles de la Boa Vila como anticipo de la Semana Santa. Dos días después, el Domingo de Ramos, se pudo celebrar con normalidad el desfile de La Burrita, con la bendición general de palmas y ramos desde el atrio de San Francisco. Pero fueron las dos únicas celebraciones al aire libre que se pudieron celebrar con normalidad.

El Lunes Santo la procesión del Cristo de las Caídas se vio interrumpida por la lluvia; tras salir de San Bartolomé y recorrer un par de calles, los cofrades tuvieron que regresar a resguardarse. El tiempo dio una pequeña tregua el Martes Santo y facilitó el desfile de Jesús Nazareno, pero procesionó sin la imagen de María Santísima de la Esperanza. El Miércoles Santo se suspendió la procesión de la Virgen de la Soledad y Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas y el Jueves Santo la de los Pasos, mientras que el Viernes Santo no pudo salir la del Encuentro, por la mañana, y sí salió la del Santo Entierro por la tarde, pero acabó de forma precipitada.