Una “ola de calor” que se trunca para la Semana Santa

Pontevedra superó ayer los 28 grados pero las predicciones anuncian lluvias desde el lunes

La playa de Silgar, en Sanxenxo, en la jornada de ayer.

La playa de Silgar, en Sanxenxo, en la jornada de ayer. / Rafa Vázquez

Pontevedra acumula en lo que va de año más 650 litros de lluvia por metro cuadrado, con más de cuarenta jornadas en las que fue necesario utilizar el paraguas. Con la llegada de la primavera, el calor se ha asentado con fuerza desde ayer, ya que en la ciudad los termómetros superaron los 28 grados y la sensación térmica fue incluso superior, un ciclo de inusuales altas temperaturas para esta época del año que parece que seguirá todo el fin de semana.

Pero este “veranillo” pronto se trunca. Las predicciones apuntan a que las lluvias regresarán a partir del lunes y no abandonarán la comarca en toda la semana. De este modo, el agua regresará a Pontevedra cuando casi nadie la desea ya, puesto que puede trastocar todos los planes, religiosos o turísticos, de la Semana Santa. Las cofradías miran al cielo para no verse obligados a suspender las procesiones de estas jornadas, mientras que el sector hostelero hace lo mismo para que las lluvias no frustren la llegada de turistas en la primera época del año de visitantes.

Pero si nos atenemos a lo que apuntan las previsiones, las esperanzas de buen tiempo son escasas. Estos días los empresarios turísticos de Sanxenxo ya mostraban su preocupación por el bajo nivel de reservas realizadas hasta ahora, si bien confiaban en que las de última hora, las más habituales en esta época, permitieron remontar algo las previsiones. Sin embargo, las predicciones meteorológicas no son muy optimistas.

La “ola de calor” que vive estos días la comarca llega con “algo de adelanto y se irá antes de lo esperado”, según comentaba ayer un hotelero, una opinión que podrían compartir los numerosos cofrades de la Semana Santa. Por el momento, y durante el fin de semana, estas altas temperaturas permiten olvidar por unos días el paraguas y los chubasqueros.

La costa de la ría e incluso sus playas fueron ayer punto de encuentro de muchos pontevedreses, una escena que se repetirá durante el fin de semana. En Pontevedra se rozaron los 29 grados, una de las temperaturas más altas de Galicia (en puntos de Ourense se llegó a casi los 30), mientras que se rebasaron con creces los 25 en lugares como Marín, Poio y Sanxenxo. Estos altos registros contrastan con las mínimas, que aún son bajas, no más de diez grados de madrugada.