Nuevo revés del Gobierno a la senda verde tras una década sin uso de las viejas vías Pontevedra-Arcade

Asegura que “no es factible” debido a “cuestiones técnicas relacionadas con las estructuras ferroviarias” en una respuesta en el Congreso E Adif se excusó en su día en la reutilización de las vías para el tráfico de mercancías

Vieja vía del tren a su paso por Paredes, en Vilaboa, recientemente liberada de maleza.   | // GUSTAVO SANTOS

Vieja vía del tren a su paso por Paredes, en Vilaboa, recientemente liberada de maleza. | // GUSTAVO SANTOS / Cristina Prieto

El Estado ha rechazado una vez más la reconversión del antiguo tendido ferroviario para la construcción de la senda verde entre Pontevedra y Ponte Sampaio, que lleva diez años en vía muerta. Lo ha hecho en respuesta a una pregunta formulada por el diputado del BNG Néstor Rego a mediados de enero, señalando literalmente que “en estos momentos no es factible atender la petición realizada debido a cuestiones técnicas relacionadas con las infraestructuras ferroviarias”.

En junio de 2013 entraba en servicio el nuevo trazado del Eje Atlántico entre Pontevedra y Arcade, una doble vía paralela al recorrido anterior que atraviesa los núcleos de Ponte Sampaio, Vilaboa y Salcedo entre el río Verdugo y la estación pontevedresa. Nuevos viaductos y túneles y un itinerario totalmente renovado de diez kilómetros dejó desde entonces abandonado y sin uso el viejo trazado ferroviario convencional, sin que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) haya tomado decisión alguna sobre su futuro pese a las constantes demandas para que se convierta en una “vía verde”.

A esta demanda se refirió el diputado nacionalista, apuntando que la antigua vía de tren entre Pontevedra y Arcade es “una infraestructura en desuso y en total estado de abandono desde hace mucho tiempo, como prueba el hecho de que se encuentre cubierta de maleza y falta de actuaciones de limpieza”. Sin embargo, recientemente se habría procedido a su limpieza, ya que actualmente se encuentra sin la maleza que la cubría hasta hace pocos meses.

En estos más de diez años de desatención, no se han levantado los raíles en la mayor parte de esos diez kilómetros de vía y el mantenimiento de la misma ha sido nulo o mínimo, con lo que el recorrido se ha convertido en un paisaje dominado por la maleza, las ratas y culebras, el óxido y el total abandono, lo que genera quejas de los vecinos y, sobre todo, de colectivos de tres municipios –Pontevedra, Vilaboa y Soutomaior–, que reclaman desde hace años su reutilización.

Adif sí accedió a desafectar del uso ferroviario el recorrido entre Vilagarcía y Caldas, pero entre Pontevedra y Arcade se resiste a tomar esta medida. La excusa que ponía es que el trazado podría reaprovecharse en el futuro para el tráfico de mercancías, algo que en más de diez años no ha ocurrido, probablemente porque un reaprovechamiento para esos usos requeriría de una importante inversión, dado el mal estado actual de las vías y a que en algunos tramos directamente no existen, como en el puente del tren sobre el Verdugo, en Ponte Sampaio, y del sector más próximo a la estación de Pontevedra.

Cabe recordar que ya existe un tramo de Vía Verde en la comarca de O Salnés que empezó uniendo los concellos de Vilagarcía, Caldas de Reis y Portas. Ampliar la Vía, posibilitando la conexión desde Pontevedra hasta Arcade, y unirla con el tramo de Redondela-Vigo, convertiría esta senda en un atractivo turístico de gran interés para ambos municipios, poniendo en valor zonas de importante valor paisajístico como la desembocadura del río Verdugo, la Isla Medal, las Salinas de Ulló o las antiguas canteras de Vilaboa.

Distintos colectivos vecinales, sociales y deportivos realizaron en los últimos años diferentes actividades y acciones reivindicativas, entre las que se incluye una marcha por el trazado de la futura vía verde que contó con la participación de vecinos y vecinas de Pontevedra, Vilaboa y Soutomaior.

El BNG instó al Gobierno a “colaborar y posibilitar una Vía Verde que una Arcade con Pontevedra, para lo que es preciso que Adif desafecte el tramo de uso ferroviario como primer paso para poder abordarla a través de Vilaboa”. Porque, recuerda, las Vías Verdes contribuyen a la sostenibilidad y a una mejor calidad de vida, además de incentivar formas de vida saludables y el deporte, dinamizar áreas rurales y promover el comercio local y la hostelería. “No encontramos ningún motivo para que el Ministerio no desbloquee una infraestructura que no se utiliza y hacer lo mismo que se hizo en otras zonas, atendiendo una demanda justa y que permitiría completar la Vía Verde do Salnés. Además, no implica una inversión importante, tan sólo necesita voluntad política”.

Hizo referencia al Programa Vías Verdes, destinado a la reutilización de antiguas infraestructuras ferroviarias como itinerarios no motorizados, apuntando que está en línea con la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas y el propio Adif ha publicitado que con las Vías Verdes potencia la creación de itinerarios accesibles y seguros e impulsa la reutilización de antiguos trazados ferroviarios para promover el turismo local, la movilidad sostenible, el ocio participativo, el respeto al medio ambiente y la generación de dinamismo económico, tanto directo como indirecto.

Instalación de barreras en una vía del Eje Atlántico.   | // GUSTAVO SANTOS

Instalación de barreras en una vía del Eje Atlántico. | // GUSTAVO SANTOS / Cristina Prieto

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El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) inició hace meses la instalación de barreras metálicas en la vía del tren del Eje Atlántico, como una de las medidas de protección contra el ruido para los ciudadanos que residen cerca de la misma, al igual que se hace en otros tramos ferroviarios, autovías y autopistas.

El proyecto incluye alrededor de seis kilómetros de barreras acústicas para mitigar el ruido que generan los trenes del Eje Atlántico a su paso por Vilaboa, Pontevedra, Barro, Portas y Caldas. La actuación, adjudicada en abril de 2022 por más de 21,5 millones para todo el trazado gallego, incluía también la afección en algo más de 120 fincas de los cinco municipios, entre expropiaciones y ocupaciones temporales.

En total, se proyectó la instalación de unas ochenta barreras de este tipo, en varias formas, desde muros de hormigón con metacrilato hasta paredes metálicas. El primer caso se ejecutó ya, por ejemplo, en el cruce de Loureiro Crespo y José Malvar.

Este proyecto, redactado en 2019, se reactivó en 2021, coincidiendo con la puesta en servicio del enlace del tren Alvia entre Pontevedra y Madrid que discurre por esta línea de velocidad alta hasta Santiago y de ahí a Ourense, en vez de hacerlo por la vía convencional del Miño.

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