“La piedra está viva, es un material que te hace humilde”

Adrián Otero es mestre canteiro y profesor de Escultura

Adrián Otero, en una de las
naves de la Escola de
Cantería.   | // GUSTAVO SANTOS

Adrián Otero, en una de las naves de la Escola de Cantería. | // GUSTAVO SANTOS / A.L.

Adrián Otero, bisnieto de canteiro, lleva 28 años dedicándose a este oficio; es mestre canteiro e imparte, entre otras, la asignatura de Escultura en la escuela de Poio.

Explica que en el centro se parte de los procesos más básicos: la enseñanza popular de la cantería gallega, con el granito. Así, en sus clases se utilizan plantillas a través de las cuales los alumnos desarrollan unas destrezas manuales adquiridas con unas herramientas populares: punteiro, pallete, lima, maceta... “El primer día al alumno se le enseña qué va a desarrollar y ya empieza a trabajar manualmente. Cómo se ataca a la piedra, cómo se corta con cada herramienta, para qué uso está destinada cada una... Así desde el minuto uno. El sitio de aprender y cometer errores es este”, resume.

A partir de ahí se va complicando el proceso para que vayan adquiriendo más conocimientos y destrezas.

La primera semana de trabajo es “pillar la maña del canteiro”, afirma Otero. Esto significa lograr un sonido acompasado entre todos los alumnos trabajando a la vez. “Cuando están los primeros días escuchas algo muy diferente, que no suena bien. Cuando ya están algo rodados, dos semanas o tres, se van dando cuenta de que la piedra te pone en tu sitio. La piedra está viva, es un material que, si la quieres cuidar, da mucho. Es un material que te hace muy humilde. Todos aquellos que vienen con ganas de hacer mucho, se frenan rápidamente”, confirma. “El canteiro no necesita fuerza, sino mucho coco y mucha maña; la fuerza que se necesita es más psicológica y mental que física, para poder terminar un trabajo, ser constante”.

Déficit de personal

Actualmente, Adrián Otero, además de impartir sus clases habituales de Escultura, también forma al alumnado en Cantería, Dibujo Técnico, Restauración, Construcción... “porque tenemos una deficiencia muy grande de personal”.

“El problema grande que tenemos en la Formación Profesional es que se están quitando horas de práctica, no se quieren equiparar las enseñanzas prácticas a las teóricas. Esta es una enseñanza práctico-teórica. Hacen falta más escuelas como esta, porque aquí a la tercera semana la gente ya sabe trabajar. Después del primer año yo ya puedo mandar a un alumno a trabajar a un taller”, subraya. “Por el contrario, en las universidades, basadas en la teoría, se demuestra un fracaso educativo y laboral cuando llegan a las empresas”.

Celebra la homologación de la Escuela de Cantería, pero recuerda que sus alumnos han trabajado hasta ahora en esta profesión con éxito.

A estas alturas, la cuestión del título le es indiferente: “A mí ya me da igual. Yo ya sé que soy un profesional de esto; mi vida gira en torno a la piedra y la escultura. A mí personalmente me da igual no estar certificado, pero entiendo que a los chavales no, porque se les piden muchos papeles”.

“Solo hay que ver a todos los ex alumnos que tenemos por todo el mundo: en la Sagrada Familia de Barcelona, en el Capitolio en Washington, en Notre Dame en París, en la Catedral de Santiago, por donde todos terminan pasando tarde o temprano...”, concluye Otero.