Una cita electoral convertida en una fiesta

Música y encuentros de amigos animaron un acto que a muchos les costó abandonar

En el encuentro del PP en  Pontevedra se exhibieron banderas  de muchos países.   | // RAFA VÁZQUEZ

En el encuentro del PP en Pontevedra se exhibieron banderas de muchos países. | // RAFA VÁZQUEZ / F.M.

F.M.

Una hora antes de que comenzase el mitin del PP en la plaza de toros de Pontevedra, el DJ Jorge Álvarez ya había convertido el coso taurino en una fiesta. Música latina, clásicos del pop, lo más granado de la música ligera española... El ambiente era más parecido a un fin de año que a una cita electoral.

Poco a poco iban llegando al cónclave fetiche de los populares gallegos “riadas” de simpatizantes, llegados a la ciudad desde todos los rincones de Galicia y a bordo de unos 200 autobuses, que como podían iban aparcando por las avenidas de Beiramar, no sin el consiguiente problema de tráfico. Desde distintas entradas de la ciudad, como el nudo de A Barca en Poio, ya se podían ver a los miembros de la formación, identificados con chalecos, dirigiendo a los autobuses e indicándoles su lugar de estacionamiento.

A entrar en la plaza de toros, acomodar a cada grupo, cada municipio, en las distintas gradas del recinto, fue todo un juego de tetris que los organizadores iban resolviendo portando carteles en alto. Al mismo tiempo, en el coso, se fundían en abrazos viejos compañeros de militancia y algunos incluso se soltaban a bailar, aprovechando la animación musical. “Solo falta el cubata”, sugería un simpatizante.

A las cinco de la tarde, como en la tradición taurina, salieron a la arena los primeros espadas. Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Rueda y Mariano Rajoy encabezaban una comitiva en la que estaban algunos de los principales representantes y cargos institucionales del Partido Popular a nivel nacional. En las primeras filas del patio de butacas, todos los conselleiros de la Xunta y las figuras más destacadas del PP gallego y pontevedrés, como Ana Pastor.

El acto electoral fue toda una fiesta, que concluyó con confetis y música por todo lo alto, por lo que a algunos les costó salir del recinto una vez finalizado el mitin.