Pontevedra, la ciudad que ya no cocina

Cada vez más locales de comida para llevar a casa se suman a la moda “slow food” que gusta a los pontevedres y necesitan para poder conciliar

Los dependientes sirven comida en La Esencia, uno de los locales más populares.

Los dependientes sirven comida en La Esencia, uno de los locales más populares. / RAFA VAZQUEZ

Gala Dacosta

Cada vez es más habitual pedir a domicilio, comer algo frugal por ahí o bien recoger un pedido para llevar en algún local de restauración en la ciudad del Lérez. Ni siquiera hace falta que su especialidad sea la comida preparada para llevarla, pueden ser restaurantes convencionales con sus cocinas. Es que se han dado cuenta de lo rentable que es el hecho de que los pontevedreses, apasionados de la buena hostelería, prefieran estas opciones antes que algo “fast food” o ultra procesado.

En este sentido, los locales de comida preparada para llevar tienen cada vez más tirón, especialmente desde el arranque del curso escolar, en Pontevedra. Hay bastantes y se aglutinan sobre todo en las inmediaciones del centro de la ciudad.

Las razones para este auge notable son diversas: las largas jornadas laborales, las dificultades para conciliar con el cuidado de los niños y la llegada masiva de estudiantes a la Boa Vila son algunos de los motivos de que estos establecimientos estén en su mejor momento en el mes de septiembre.

“No damos abasto”, dicen los cocineros y dependientes. Y es que a mediodía es un no parar de clientes que se llevan tápers con comida, eso sí, “saludable y casera”. Estos sitios son la alternativa a salir a comer fuera, cosa que entre semana se complica bastante a la mayoría de los pontevedreses, y por supuesto, a la comida rápida, que no acaba de tener buena acogida en Pontevedra, habiendo opciones mucho mejores que al final, haciendo cuentas, salen mejor de precio que un capricho de “fast food”.

Un cliente elige como menú fidehuá de Como en Casa.

Un cliente elige como menú fidehuá de Como en Casa. / RAFA VAZQUEZ

Del establecimiento a casa

Javier y Celso esperan en La Esencia, su local “take away” de confianza, para llevarse un par de platos a la oficina. “Comemos mejor así que con un bocadillo”, dicen. La opción no es para todos los días porque el bolsillo se resiente, pero de vez en cuando, si no hay tiempo para pasar por casa, “está más rica una buena ensaladilla casera que un sándwich de máquina”. Entre sus grandes éxitos, fundamentalmente los clásicos como la paella, la lasaña o las lentejas.

El principal eje sobre el que giran estos locales es el “slow food”, la comida lenta elaborada en cocina y con producto preferiblemente local y de calidad, en contraposición con lo que normalmente se entiende por platos preparados o comida para llevar. El espíritu es el de ofrecer menús caseros que podrían hacerse en casa, o quizás cosas más especiales que cuesta más preparar independientemente del tiempo disponible de cada uno. Si no hay tiempo para cocinar, ni siquiera comer en casa, es una opción más sana y sabrosa.

El “take away” Como en casa es otro de los distintos establecimientos que en los últimos años surgieron con el aumento de la demanda de la comida preparada. Tiene una clientela fiel, pero sí que notan que con la llegada del curso se suman más adeptos.

Croquetería El Crack, con local para llevar en A Peregrina.

Croquetería El Crack, con local para llevar en A Peregrina. / RAFA VAZQUEZ

“Hay poco tiempo entre semana y el domingo no siempre apetece dejar preparadas las comidas”, comenta Maite, que acababa de realizar su compra para mediodía. ¿Y por la noche sí cocinan? “Es el único momento por semana en que nos reunimos con tiempo y sí, algo cenamos juntos en casa”. Para casos como el de esta pontevedresa, en Como en casa ofrecen platos ya cocinados por ellos, tales como salpicón, empanada, albóndigas, bacalao, pasta o hasta opciones vegetarianas.

Otras alternativas, quizás algo más lúdicas y frugales y para gente con menos tiempo, son algunas como la nueva Croquetería, del preexistente establecimiento El Crack. Se trata de un pequeño local de la Praza da Peregrina que ofrece distintos sabores y formas de croqueta, desde las de toda la vida, pasando por las de queso de cabra o incluso una de salchicha.

Los turistas y viajeros se agolpan en el mostrador de la Croquetería El Crack porque, cómo no, un local tan bien ubicado y dedicado única y exclusivamente a las croquetas, es llamativo. Los dependientes las sirven en cucurucho y éstas pueden comerse caminando, como los churros o las castañas.

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El regreso a clases marca el inicio de una temporada que a menudo desafía a las familias pontevedresas: la difícil tarea de cocinar para la familia. Con la rutina escolar en pleno apogeo, los padres se encuentran enfrentando un auténtico desafío logístico y culinario. El arte de equilibrar las necesidades nutricionales de la familia con las demandas del horario escolar y las actividades extracurriculares puede ser una tarea ardua. La dificultad de cocinar para la familia durante el inicio del curso escolar se intensifica debido a varios factores que llevan a una mayor dependencia de opciones de comida rápida y procesada, que no siempre son las más saludables.Ante esta situación y gracias a una mayor conciencia sobre nutrición y bienestar, en los últimos años, ha habido un aumento significativo en la disponibilidad de sitios de comida para llevar saludables, lo que ofrece una alternativa nutritiva y equilibrada para aquellos que desean mantener un estilo de vida saludable mientras están en movimiento.

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