El Campionato Virxe Peregrina de pesca submarina capturó 100 kilos de producto

A primera hora de la mañana, los 13 participantes de la prueba sénior de pesca submarina Virxe da Peregrina entraron en el agua desde la playa de Canelas, en San Vicente do Mar. A partir de ese momento empezó la competición que tuvo una duración de cuatro horas en el agua, si bien el límite está en cinco. Ya en Pontevedra, se entregaron los premios a las distintas categorías de participantes. El objetivo es que el ganador obtenga la mayor cantidad posible de capturas, siempre que cumplan con los pesos establecidos previamente.

Pocas veces un torneo engloba deporte, cariz solidario y promoción del talento femenino como lo hace esta del Club Sotavento. La competición, que celebra veinticinco años, se enmarca dentro de las pruebas de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas (FEGAS) para la primera Copa Galicia. “Creemos que esto daba algo de respeto a alguna gente”, indica el presidente del Club Sotavento, José Areas. Se trata de la competición de Pontevedra con más antigüedad en esta modalidad y a la que, curiosamente, este 2023 han acudido menos personas que nunca, 30 en total.

Las categorías que compitieron por el trofeo se dividieron en sub 23, senior, veteranos y femenina. El primer premio de la categoría senior fue a parar a Alejandro Acosta, mientras que Soraya Hermida obtuvo el oro de la competición femenina y Antonio González el de veteranos. En la categoría sub 23 el ganador fue el submarinista Filgueira Castro. También hubo un premio para la mayor pieza capturada, que fue a parar al jovencísimo submarinista Iván Rodríguez: su pinto pesaba 1 kilo 900 gramos.

Después de las 16.00 horas y tras una larga mañana de pesca subacuática, los deportistas se desplazaron desde la península de O Grove hasta el centro de la Boa Vila para proceder a pesar sus ejemplares.

El ejemplar más pesado fue un pinto de 1 kilo y 900 gramos

Una vez allí tuvo lugar en la Praza da Verdura la entrega de medallas. Las capturas del día, que alcanzaban los 100 kilos de pescado en total, fueron posteriormente donados al comedor social de San Francisco. “Desde que regresaron los participantes con las capturas hemos tenido el pescado en hielo todo el día y lo transportaremos con toda la precaución”, señaló el presidente del club organizador, quien se mostró preocupado por las buenas condiciones del material que será donado. Las especies más pescadas fueron sargos, mújeles, pintos y maragotas, aunque este año señalaron desde el club la escasez de ejemplares, pues el domingo fue un día de mar tranquilo.

Talento femenino

El presidente del club también hizo hincapié en la importancia de que las mujeres se sumen a la pesca submarina: “las invitamos a participar, este año hubo mucho talento por parte de todos”, señaló.

Esperan que para el próximo campeonato, ya con 26 años a sus espaldas, más mujeres se unan. “Suelen cortarse más para competir, nosotros queremos animarlas porque sabemos el talento que hay”, insistió el presidente. En esta ocasión fueron tres las participantes, si bien la ganadora del oro de su categoría este año fue la vilagarciana Soraya Hermida. La submarinista ya ganó nada más y nada menos que un campeonato nacional de pesca submarina y es también campeona gallega del Pescasub 2023.

Efectos del cambio climático en la pesca

Mientras que hace no tantos años podía pescarse una lubina durante la competición de la Virxe Peregrina, este año un concursante ha llegado a capturar un mero. “Los meros en Galicia son anecdóticos”, señalaba ayer el presidente del Club Sotavento, José Areas, “son peces que pueden encontrarse en aguas cálidas de unos 20 grados centígrados”. Sin duda, esta longeva competición está siendo testigo de los efectos del cambio climático en las especies submarinas de la costa gallega, que cuando la competición celebre medio siglo seguramente habrán cambiado por completo.

“La subida de la temperatura del agua no es buena para nadie, solo para el turista”

José Areas

— Presidente del Club Sotavento

Areas también indicó que “la subida de la temperatura del agua no es buena para nadie, solo para el turista”, pues aunque los peces se mueven mucho, determinadas especies están emigrando de las aguas gallegas a otras más frías. Es el caso de la lubina.

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