Un Camino plagado de anécdotas

Los empleados de los albergues señalan que los peregrinos que pasan por Pontevedra en el mes de agosto suelen dejar las historias más curiosas

Varios grupos de peregrinos esperan a su entrada en un albergue de Pontevedra.   | // RAFA VÁZQUEZ

Varios grupos de peregrinos esperan a su entrada en un albergue de Pontevedra. | // RAFA VÁZQUEZ / Gala Dacosta

Gala Dacosta

Una cartera desparecida con medio millar de euros, un matrimonio enfadado porque se quejan de sus ronquidos… Estas son algunas de las historias curiosas con las que se encuentran, como cada año, los albergues de Pontevedra. Ha llegado esa época del año en que los hostel hacen el agosto, aunque los otros once meses reciben peregrinos sin parar gracias al impulso del Camino Portugués. Durante este mes estival se suceden las anécdotas porque el trajín no cesa en estos establecimientos: “Los peregrinos de agosto son los más curiosos, siempre pasan cosas”, señalan desde el Acolá Hostel, bajo el campillo de Santa María.

En este albergue explican que al tratarse de habitaciones compartidas, en agosto siempre hace algo más de calor y la gente se altera con facilidad. “Hay quejas de olores de pies y por el estilo, pero hace un par de semanas pasó algo gracioso: una mujer nos dejó una valoración muy baja en internet y contactamos con ella para preguntar qué no había sido de su agrado”, explican. La contestación fue bastante curiosa: “Nos contó que tanto ella como su marido estuvieron muy a gusto y las instalaciones fueron de su agrado, pero que recibieron muchas críticas por parte del resto de los peregrinos que se hospedaron con ellos”. Ante esta afirmación, solo queda preguntarse qué tiene que ver la convivencia con los empleados del albergue. Los encargados están igual de atónitos: “Al parecer, el marido de esta mujer roncaba mucho y nadie pudo dormir esa noche”. Su sugerencia ante estos casos es reservar una habitación individual, de las que también disponen. Constatan otra curiosidad, además: que los más “personajes” suelen ser los peregrinos españoles. Esta afirmación también la reiteran desde otros albergues.

Según relatan desde el Dpaso Urban Hostel, lo más curioso que les ha pasado ha sido encontrarse a un joven peregrino de Castilla La Mancha que, al llegar al albergue, se encontró con que no llevaba su riñonera con el dinero. Ya temeroso de quedarse a dormir a la intemperie, el joven se disponía a llamar a su familia para gestionar cómo regresar a su casa, pero los empleados lo invitaron a acudir a la Policía Nacional “sin mucha convicción”.

Cuál fue su sorpresa al encontrarse con que alguien la había encontrado por el camino. Cuando regresó, explicó a los empleados “Menos mal, porque llevaba encima 500 euros”. Desde el hostal dicen que “el Camino es como la vida misma; te encuentras a gente, luego la pierdes… queda gente buena en el mundo, porque el peregrino que le entregó la riñonera la dejó intacta”, concluyen. También son curiosos los viajeros de avanzada edad “que llegan a los 75 e incluso a los 80 años en muy buena forma”, o los más pequeños del Camino: “La semana pasada tuvimos a una familia que traía a su bebé en una carrito desde Madrid”.

Colaboración entre albergues

En Dpaso Urban Hostel, en O Gorgullón, están inscritos en la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago, que tienen gran relación ycomunicación entre ellos. Dicen tener mucha suerte porque “nosotros somos pequeños, solo tenemos 20 camas y la convivencia siempre es muy buena”.

Esta misma semana, relatan, vivieron uno de esos casos curiosos, casi siempre protagonizados por peregrinos nacionales: “Ayer vinieron dos grupos de diez peregrinos cada uno y se llevaron genial entre todos, yo diría que se hicieron amigos. Estamos en contacto con otros albergues de la asociación y escuchamos cosas como fiestas, gente que vomita…”. Esta entidad, a la que también pertenece por ejemplo el Albergue Virgen Peregrina, nació en 1992 y busca preservar el espíritu de la peregrinación en todos los trayectos que pasan por Galicia hasta llegar finalmente a Santiago de Compostela.

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Los albergues gallegos agotan la práctica totalidad de sus plazas de cara a la época estival, y esto se nota especialmente durante el mes de agosto. Pontevedra no es ninguna excepción a la regla, y el Camino Portugués va goteando a centenares de turistas y peregrinos cada semana en los alojamientos (normalmente enfocados a una sola noche) de la ciudad del Lérez. Desde los hostales indican que no hubo ninguna bajada a causa de terminar el año Xacobeo, algo que muchos parecían temer, sino todo lo contrario: los peregrinos no son los únicos que buscan esta clase de alojamientos en el verano. También lo hacen jóvenes y en general aquellas personas que desean realizar un tipo de turismo barato y sencillo, a las que no les importe, eso sí, compartir espacios comunes e incluso dormir con más personas en una sola estancia. Y cuantas más personas, más posibilidades de historias que queden para la posteridad. Con la llegada de la primavera, el nivel de turistas en la ciudad ha subido exponencialmente. La búsqueda de un lugar económico en el que dormir es un básico dentro de la lista de quehaceres de los peregrinos, pero lo cierto es que a menudo acaban por reservar en el último momento. Aunque algunos viajeros no lo deseen, si no reservan un lugar donde dormir con suficiente tiempo de antelación tendrán que adaptarse a las existencias de estos hostales. En cualquier caso, cada vez son más modernos, cómodos y de diseño para ofrecer al usuario la mejor experiencia posible mientras hace el Camino Portugués.

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