Cáritas inicia la segunda fase del albergue, en el que se habilitará un centro de atención continuada

Se triplicará la superficie del pabellón para mejorar la atención a los sin techo | La idea es recuperar los servicios del extinto centro Calor y Café

Obras de la segunda fase del albergue de Cáritas, en la calle Joaquín Costa.    // FDV

Obras de la segunda fase del albergue de Cáritas, en la calle Joaquín Costa. // FDV / Susana Regueira

Cáritas acomete la segunda fase de remodelación de sus instalaciones en la calle Joaquín Costa, donde la organización benéfica centraliza sus servicios de atención a transeúntes y acogida a personas en riesgo de exclusión. Las obras arrancaron la pasada semana, tras recibir las autorizaciones pertinentes, y supondrán una intervención sobre 338 metros cuadrados del edificio, 176 en la planta baja y 162 en el piso alto.

El arquitecto Mauro Lomba encabeza este proyecto, que busca habilitar un centro de atención continuada, “triplicando la superficie actual del pabellón”, destacan los portavoces de Cáritas, que ésta habilitó para dar cabida a un máximo de 40 personas. La idea es recuperar los servicios del extinto centro Calor y Café, que fue financiado con la ayuda del plan social de Ence de 2017, y mejorar “los servicios de atención a las personas sin techo y transeúntes que pernoctan o no”, a los que “se les ofrece una bebida caliente y estar al abrigo de la calle”.

Asimismo, el objetivo es “habilitar un espacio de escucha y conversación con las personas sin hogar”, añaden las mismas fuentes; y un punto de lavado de ropa para aquellos que no pernoctan. Las obras incluyen también dos aseos (uno de ellos adaptado para personas con discapacidad discapacidad” y un acceso al patio exterior de 500 metros cuadrados.

Las nuevas instalaciones de Cáritas se completan en esta segunda fase con la construcción de espacios para talleres ocupacionales y la reorganización de la zona de almacenaje de ropa y alimentos para dar mejor servicio.

Con el objetivo de mejorar la eficiencia energética del edificio, esta segunda fase de obras incluye la colocación de paneles solares.

Por su parte, en la planta alta los trabajos que desarrolla la constructora Nortemar buscan habilitar espacios que faciliten la reorganización de la zona de almacenaje, así como construir áreas para talleres ocupacionales.

“Se habilita también en esta fase”, señalan las mismas fuentes, “la conexión directa de la planta alta del albergue con el amplio patio-jardín exterior”.

El presupuesto de esta nueva fase asciende a un total de 455.611 euros y el plazo de ejecución previsto es de 6 meses. Cáritas financia los trabajos con fondos propios y “también se ha solicitado una pequeña subvención al Estado dentro del Programa Nacional sobre Drogas y nos hemos presentado a la convocatoria del plan social de Ence de 2003” para reunir fondos, señala la organización.

Ésta insiste en que “esperamos y confiamos que las instituciones públicas que hasta ahora no se han involucrado en este proyecto lo hagan”, señalando en especial al Concello y a la Diputación. En paralelo, continúa abierta la campaña de micromecenazgo tanto para completar las obras como para equipar el edificio.

Las obras cuentan con un presupuesto de más de 455.000 euros y se prolongarán seis meses

Cáritas no dispone por el momento de fondos para la que sería la tercera fase de su albergue, en la que se prevé habilitar 9 habitaciones con baño destinadas “a estancias más prolongadas” y que ocuparán “personas con compromiso de integración social”.

El nuevo arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto Fernández, inauguró el pasado mes de junio la primera fase de las nuevas instalaciones, que incluyó la remodelación y reforma interior del antiguo ropero de Cáritas. Supusieron una significativa mejora de los servicios de acogida y atención en Pontevedra de Cáritas, que destaca que “se acomodó el edificio para acoger en el albergue de transeúntes a 27 personas desfavorecidas en régimen temporal itinerante, 20 hombres y 7 mujeres, un servicio exclusivamente para ellas que antes era inexistente”.

Se reparten, añaden, “en 7 habitaciones compartidas dividas en dos alas para mujeres y hombres, con servicios de aseo, limpieza, cocina, así como un amplio patio exterior ajardinado de 500 metros cuadrados” en el que se habilitaron tres perreras para las personas sin hogar que cuentan con mascotas. También se habilitó “un punto de atención para Proyecto Hombre de ayuda al abandono de diferentes adicciones con programas diferentes”.

Cáritas presta en la ciudad del Lérez diferentes servicios, explican sus portavoces, como el de “Atención Primaria, que tiene como objetivo principal atender las necesidades de la población, tanto a nivel de información como de asesoramiento de los recursos humanitarios necesarios”.

También dispone de un servicio para Familias “que ayuda a las que emprenden una nueva vida autónoma y que precisan los elementos más básicos para que ésta sea digna, proporcionándoles diversos materiales de uso necesario y primario”. Brinda asimismo orientación psicológica “a todas aquellas personas que lo necesitan y que debido a su nivel económico no pueden acceder a un psicólogo privado o a los servicios públicos”.

“Otro servicio es el ropero”, añaden las mismas fuentes, “que compatibiliza su función con la que de forma más digna se presta en Pontevedra en la tienda Arroupa en la Avenida Eduardo Pondal esquina Gorgullón, un establecimiento que se dedica a la venta de ropa de segunda mano y restos de stock, para hombre, mujer y niño, complementos, calzado y bolsos, así como campañas de ropa de hogar”; y que ofrece tanto venta al público como servicio de almacén mediante vales.

Cáritas también dispone de un piso de acogida, “a disposición de aquellos que tienen dificultades para poder establecerse por su cuenta, mayormente familias”, señala la organización, que cuenta asimismo con talleres ocupacionales destinados a personas desempleados y sin techo; y un servicio de Empleo, “ que con su bolsa de trabajo es el nexo entre los solicitantes de empleo y los empleadores”.

La entidad vinculada a la Iglesia ofrece asimismo de un servicio de orientación jurídica y también microhuertos. Estos últimos constituyen “un proyecto destinado a familias que por falta de trabajo disponen de mucho tiempo libre” y a las que se invita a cultivar una de las diez parcelas habilitadas en la parroquia de Lérez. “Lo que recolectan es para autoconsumo, y también la compra de materiales para seguir en el campo”, indica Cáritas.

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