Semana Santa de los niños y del barrio

Encargos de flores, visitas a la tintorería, ensayos de las bandas y cornetas, traslados de las imágenes… En las cofradías de Pontevedra se multiplicaron en los últimos días los trabajos para que hoy todo esté a punto en el arranque de la Semana Santa de Pontevedra. Ésta regresa a sus grandes formatos y esta mañana volverá a contar con la popular procesión de La Burrita, la favorita de los más pequeños de la casa.

Tras las limitaciones ligadas a la pandemia, la celebración pascual recupera también la bendición general de palmas y ramos, que el pasado año se repartió entre las distintas parroquias de la Boa Vila para minimizar los riesgos sanitarios. Vuelve ahora al atrio del convento de San Francisco, su emplazamiento habitual y donde arrancará a las 12.30 horas.

Finalizada la bendición, la procesión con la imagen de Jesús entrando en Jerusalén, la popular talla de la borriquita, desfilará desde las escalinatas del convento de San Francisco hasta la avenida de Santa María por la plaza de A Peregrina, paseo de Antonio Odriozola, Soportais, plaza de Curros Enríquez, Manuel Quiroga, Don Filiberto y Alhóndiga, para recogerse en la basílica.

Ésta es uno de los epicentros de las celebraciones, también de la nueva procesión que incorpora en este 2023 la Semana Santa capitalina. Será el próximo sábado, día 8, cuando por primera vez se realice el traslado de la imagen del Ecce Homo desde Santa María hasta la iglesia de Santiago Peregrino de O Burgo, donde esta talla se expone al culto.

La cofradía del Espíritu Santo es la impulsora de la nueva cita religiosa. El presidente de la agrupación penitencial, Ángel Carballo Falcón, explica que “el Ecce Homo ya estaba depositado en la iglesia de Santiago Peregrino desde hace unos años, pero la cruz de la cofradía permanecía todo el año guardada en el almacén, y consideramos que era bueno exponerla, también para que la gente de la parroquia de O Burgo se sintiese implicada, que no fuese solo una Semana Santa para las iglesias del centro”.

Con el consentimiento del consejo parroquial y de los sacerdotes Javier Porro y Luis Seoane, “se decidió exponer la cruz y dar realce a la iglesia de Santiago Peregrino”, explica “cuando tras la Semana Santa trasladábamos la imagen del centro a O Burgo parecía que íbamos escondidos, con la talla dentro de una furgoneta, y este año será una procesión nuestra para devolverla en un pequeño desfile desde la basílica”.

Precisamente ayer los cofrades realizaron el traslado del Ecce Homo y de la cruz del Espíritu Santo desde O Burgo hasta la casa parroquial de la basílica, donde se montarán los tronos para la Semana Santa.

“Por mucho que quieras tener todo atado, siempre aparecen imprevistos de última hora”, reconoce el presidente de la hermandad del Espíritu Santo. Inició el pasado noviembre los preparativos para la Semana Santa, con los ensayos de las bandas de viento y, en los últimos meses, de los tambores. “Desde hace dos meses estamos con la tintorería y los trabajos de costura, y esta última semana se dedica a los encargos de flores, pruebas de trajes y la logística de cruces e imágenes”, explica.

Es un programa de trabajo previo a las procesiones que, con matices, replican las otras hermandades de la ciudad, caso de la decana, la cofradía de la Veracruz y Misericordia, que tenía previsto realizar ayer los ensayos con niños para los inminentes desfiles, pero las inclemencias meteorológicas obligaron a cambiar el plan.

Y es que los pequeños figuran entre los grandes protagonistas, especialmente tras la pandemia, que enfrentó a las hermandades al gran reto de recuperar cofrades, un empeño que “no resulta fácil”, reconocen desde la Junta Coordinadora de Semana Santa, que se reúne desde el pasado mes de diciembre para programar los actos religiosos. Entre las 7 agrupaciones que procesionarán este año suman más de medio millar de integrantes, de ellos numerosos pequeños.

En el caso del Espíritu Santo, en esta ocasión entre sus 80 penitentes una veintena de niños vestirá la túnica granate, el capuchón blanco con las siglas IP (Instituto de Pontevedra, en alusión a su fundación en este centro educativo de la mano de Filgueira Valverde), guantes blancos y el cirio procesional.

“A raíz de la buena promoción que se llevó a cabo en el barrio de O Burgo”, explica Ángel Carballo, “se sumaron numerosos niños, algo que nos satisface especialmente porque ellos son el futuro de la Semana Santa. Y además como este año vuelve La Burrita, todos están muy ilusionados”, una alegría que compartirán esta mañana con los cientos de pequeños que protagonizan, con perdón del tiempo, una de las citas familiares del año.

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