Acuerdo para que el patrimonio termal de Cuntis se declare BIC

La proposición del BNG sale adelante con unanimidad en el Parlamento | No fructifica la petición de un informe histórico

Una de las fuentes públicas de Cuntis, que cuenta con una cadena.   | // NOÉ PARGA

Una de las fuentes públicas de Cuntis, que cuenta con una cadena. | // NOÉ PARGA / A. López

A.L.

Todo el Parlamento gallego ha instado a la Xunta, tras una proposición del BNG, a incoar el procedimiento para la declaración del patrimonio termal de Cuntis como Bien de Interés Cultural (BIC).

No obstante, esta iniciativa incluía otros puntos que no han salido adelante al ser rechazados por el grupo mayoritario del PPdeG, en los que se pedía defender en todas las instancias la propiedad y uso público de las fuentes termales de Cuntis, así como realizar un informe histórico y arqueológico de este patrimonio.

El diputado nacionalista Luís Bará critica la “dejadez” de la Xunta hacia el patrimonio termal con el que cuenta Cuntis, un “auténtico tesoro”.

El Bloque remarca que desde hace más de diez años la Plataforma Veciñal para a Recuperación do Patrimonio Termal denuncia la situación “alarmante” en la que se encuentran estos recursos, sin recuperación de manantiales localizados en dominio público y registrados como propiedad privada.

En este sentido, se apunta al “deterioro” y “desprotección” de un patrimonio cultural que se remonta a época romana. A modo de ejemplo, se ponen los manantiales y aguas termales de Rúa Real y Lume de Deus, con uso público desde hace 190 y 500 años, respectivamente, con un entorno con restos romanos. A este respecto, se advierte del riesgo de interrumpir el modo de acceder de los vecinos al agua y de incrementar el lucro por parte de una empresa privada.

En el caso de la burga de Rúa Real, sufre fluctuaciones de su caudal y actuaciones materiales, como la colocación de una cadena y un tapón que provocaron el deterioro del aspecto de la fuente, denuncia el BNG. También la burga de Lume de Deus sufre esas fluctuaciones en la cantidad del agua.

Bará propone que las termas sean de dominio y control público, al igual que las aguas y pide un modelo público de gestión directa de los recursos termales o bien un sistema de concesión privada obligada “a pagar un canon por el lucro” de un bien público.