“Esta escuela es una ruina”, claman los padres de A Parda

Se concentran ante el centro, que presenta deficiencias en la calefacción o el pavimento

Protesta de padres de la escuela infantil de A Parda.

Protesta de padres de la escuela infantil de A Parda. / Rafa Vázquez

N. D.

Los padres de los niños matriculados en la escuela infantil de A Parda, una de las mayores de la red Galiña Azul con 120 niños de 0 a 3 años, están hartos de las deficiencias que presenta el centro. Bajo una pancarta que dice “Escola en ruinas, nenos en perigo”, un nutrido grupo de progenitores se ha concentrado este viernes a las puertas para denunciar que el edificio “se cae a cachos” y poner en marcha un calendario de movilizaciones. Denuncian que no encuentran solución después de meses de conversaciones con el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar y e l Concello de Pontevedra.

El colectivo denuncia fallos en la calefacción, anomalías en el pavimento de las instalaciones o problemas en el patio exterior. “Muchos de estos problemas suponen un riesgo para los niños” señala Iria Méndez, portavoz de la Anpa de la escuela infantil, que denuncia la falta de soluciones a sus demandas: “El Consorcio nos dice que el mantenimiento del centro es competencia municipal y el Concello nos atiende cada vez que acudimos a ver al concejal, pero no acaba de dar soluciones”, añaden las mismas fuentes, que se refieren al edil de Benestar Social, Marcos Rey.

“El suelo se levanta y no hay un área para que los bebés puedan gatear, la calefacción no funciona bien, los niños carecen de una zona de sombra en el patio y una parte incluso está inutilizada por un desnivel”, se quejan los padres. Señalan que hay ocasiones en los que la temperatura interior no pasa de los 13 grados, en especial en las jornadas tan frías de estas semanas. También señalan que el mal estado del patio ha provocado ya lesiones entre los escolares, “que se caen y sufren quemaduras al golpear con el cemento”.

Recuerdan que es un edificio que tiene poco más de una década, se inauguró en 2011, pero que ya tuvo problemas anteriores en la cubierta, con goteras. “Casi era mejor derribarlo y volverlo a levantar”, señalan ante el mal estado general del inmueble. Subrayan que el Concello tiene consignados desde hace tiempo unos 60.000 euros para llevar a cabo diversas mejoras, pero “no sabemos cuándo se ejecutarán”.

Al respecto, el concejal Marcos Rey, apunta que los técnicos municipales elaboran un proyecto para acometer diversa reparaciones, como cubrir el suelo de cemento o crear una zona de sombra en el patio. No obstante, la pretensión municipal es dejar esas actuaciones para el verano, con el fin de no interferir en la actividad lectiva y tener obreros en medio de unos escolares tan pequeños. Además, el edil asegura que el Concello ya ha ejecutado algunas mejoras de urgencia en los últimos meses, como reparaciones en la caldera de la calefacción, si bien advierte de que muchos problemas son estructurales y su arreglo correspondería al consorcio autonómico. Subraya que el Concello está obligado a asumir tareas de mantenimiento, “pero no obras mayores, como sería la mejora del aislamiento térmico”.

Los padres no descartan seguir adelante con sus movilizaciones para lograr que se cumplan de una vez sus demandas.